Urgente Nueve kilómetros de retención por un accidente en la N-I en Tolosa, sentido Donostia

A decir verdad no sé por dónde empezar. Y no lo digo porque no exista contenido suficiente, la etapa de ayer nos dio mucho, muchísimo, demasiado diría yo. Jumbo juega con sus rivales, Remco baja a la realidad, la Vuelta es cosa de tres… Dignos ... titulares por una causa, sintetizar al máximo lo ocurrido. Fue mucho, intenso y bonito. Alguno pensará que estoy hablando de otra cosa. No, hablo de ciclismo puro. Como no tengo preferencias vamos a repasar cada detalle por orden cronológico.

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La carrera apuntaba a desgaste, 4 kilómetros en busca de la cima del Portalet y descenso a muerte hacia el Aubisque. Salida a la Portuguesa. En etapas tan cortas y con tanto desnivel es difícil que la fuga cuaje. Y así fue. Jumbo tensó lo suficiente camino del Aubisque. Quiso ordenar la carrera y a las primeras de cambio se cargó a Almeida y Remco. El primero, de inicio, no nos sorprendió mucho, el segundo, sí. Ver al maillot blanco incapaz de seguir el ritmo de sus compañeros en el primer puerto era sal para nuestros ojos. Picaba solo de pensar que la carrera perdía a un exponente tan importante. Algo pasajero que enseguida nos demostró que era definitivo. La Vuelta pierde mucho músculo sin Remco. No voy a decir que era esperado, desde luego que a esas alturas de etapa no, pero yo siempre he sido de los escépticos con las confirmaciones del favoritismo. La Vuelta 2023, de inicio, no tiene nada que ver con el final de la Vuelta 2022. Ganar siempre hay que ganar, lo dice uno que ganó bastante poco, pero estoy seguro que lo que Remco necesita es cierta tranquilidad. Un ciclista muy muy top pero que parece que va la vida con que consiga el Tour. Pues igual no es hombre Tour. Yo no le animaría a cambiar su fisonomía y dejar los objetivos donde tanto nos hace disfrutar por hipotecar todo al Tour. Del Giro se fue a casa y aquí 'gripa' a las primeras de cambio. El famoso mal día, la altitud, etcétera, mil aspectos que seguro su entorno valora al milímetro. Paciencia.

Mientras tanto Jumbo a lo suyo. Atentos a cualquier movimiento, bien Mikel moviéndose en Spandelles. Ritmo tropical de desgaste. Un pil pil que poco a poco iba engordando. Un ritmo gelatinoso que comenzaba a oler rico rico. Las kokotxas estaban preparadas para saltar, solo hacía falta llegar al momento preciso. Kelderman movía en rotación la cazuela al paso por Barege. Ya no quedaba nadie más para cocinar. Jonas arranca y a la segunda se va. Movimiento interesante. Poco a poco el danés iba cogiendo segundos mientras por detrás la caza se aferraba a la generosidad de Enric. Amarillo por delante y dos por detrás al acecho. Difícil moverse con convicción. Dice la letra: Cuando explota la tormenta se confunde al enemigo.

Y eso es exactamente lo que ocurrió. Tras muchos escarceos de fogueo llegó el de verdad, el de Kuss, a kilómetro y medio de meta. Seco y duro, sin mirar atrás. Por delante su compañero se preparaba para degustar en primera posición el plato principal. Un logro interesante pero con poca rentabilidad en cuanto a segundos para degustar. Y si ya éramos pocos, a la segunda, se marcha Roglic. Primer plato, segundo y postre. Sensacional para la foto. Maravilloso golpe de efecto a la Vuelta. Muchos piensan que podemos estar ante la primera vez en el que tres corredores del mismo equipo copan el podio en una grande. No queda nada aún.

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En numerosas ocasiones he demostrado mi debilidad por el equipo holandés, eso no quita para que cuando se lo merece le dé algún palito que otro. Ayer faltó jerarquía. Hay momentos en esta vida en los que hay que saber tomar decisiones y ayer no fueron capaces. Jonas era el más atento en cabeza y arrancó cuando todo el mundo lo esperaba, aun así abrió hueco. Lo de después, dejémoslo en cierto descontrol, no me atrevo a decir que lucha de egos. Creo que Kuss se merece esta Vuelta por todo lo que ha trabajado durante estos años por sus compañeros. Un tío implicado, un hombre de equipo. Pero al final hablamos de productividad, hay mucho en juego. Ahora copan las tres plazas del podio con Ayuso a únicamente un minuto. No hay posibilidad de jugar al ensayo error. Hoy Larrau. Algo ya habrá visto lo que le ocurrió a Miguel para afrontar con respeto un puerto duro y ojalá determinante.de productividad, hay mucho en juego. Ahora copan las tres plazas del podio con Ayuso a únicamente un minuto. No hay posibilidad de jugar al ensayo error. Hoy Larrau. Algo ya habrá visto lo que le ocurrió a Miguel para afrontar con respeto un puerto duro y ojalá determinante.

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