De Andorra la Vella a Tarragona por la vía rápida. Nunca mejor dicho, de la montaña al mar por el camino más directo. Esta etapa ya la hicimos en 2001 con llegada a Port Aventura. Pienso que hubiese sido un chiste si después de todo ... lo ocurrido hasta ahora la carrera hubiese llegado a un parque de atracciones. Me imagino chistes por doquier. Ayer hablábamos del incidente de Remco en meta, esa pasada de frenada en busca de un pasillo inexistente. Cuantas más veces veo las imágenes, más responsable le hago al belga de lo ocurrido. Yo creo que ni frenó, quiso pasar entre los auxiliares pensando que detrás había evacuación. Contentos de que no pasó nada más. Por eso, al césar lo que es del césar. En este caso la organización está fuera de toda responsabilidad.
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Ayer en diferentes medios se abrió el melón en referencia a si dos grandes vueltas al más alto nivel en una misma temporada son compatibles o no. Todo venía a colación tras la máxima implicación en Arinsal de Vingegaard. Desde luego que yo fui uno de los gratamente sorprendidos cuando al finalizar el Tour de Francia, Jonas anunciaba su presencia en la Vuelta con un mensaje contundente. Desde ese momento a todos nos vino a la cabeza esa bicefalia, nunca mejor dicho, de Jumbo para afrontar una Vuelta que, por muchos factores, les viene como anillo al dedo. El danés está implicado en carrera y viene con toda la intención de llevarse el maillot final. ¿Se le hará pelota el final de Vuelta? Lo veremos.
La Vuelta y el Giro son compatibles entre sí. Si hablamos de rendimiento, posiblemente esa es la fórmula perfecta para el que quiera afrontar el reto de las dos grandes en un año. Una aproximación al Giro, disputarlo, descanso, concentración en altura y la Vuelta. Casi, casi, si me apuráis, os diría que no es necesario ni competir. Si cogemos los diferentes ejemplos vemos como Remco se bajó del Giro el 14 de mayo y un mes después ya competía. Suiza, campeonatos nacionales, Donostia, Mundiales, etc. Un mix entre competición y entrenamiento. No debemos olvidar que tras vencer en el Boulevard de Donostia se enfundó el maillot arcoíris de crono en Stirling. Una fórmula más que productiva que le ha hecho llegar con muy buenas piernas al inicio de la Vuelta.
Roglic se lo ha tomado de otra manera. Vencedor del Giro, descanso, entrenar y un pequeño test en Vuelta a Burgos, donde además consiguió la victoria. Con todo eso a la Vuelta. Más drástico ha sido el caso de Enric. Si no contamos los kilómetros de la primera etapa del Tour donde se retiró por caída, podemos decir que han sido, desde Dauphine, dos meses largos de ausencia en competición. ¿Demasiado? No lo sé. Ayuso tras lesión arrancó la temporada en abril por tierras suizas y poco a poco ha ido acumulando días de competición tejiendo una preparación que sujete sus aspiraciones para la Vuelta. Campeonato nacional, Ordizia, Donostia, ajustar y a Barcelona.
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Como ven, diferentes fórmulas de aproximación donde los equipos manejan infinidad de factores a la hora de hacer el ajuste perfecto. La preparación de un/a ciclista es controlada a diario por su grupo de trabajo, no hay nada que pueda quedar al azar. Cada detalle es determinante a la hora de encontrar el máximo rendimiento. Por supuesto, pienso que es el ajuste de Jonas el más complicado. ¿Por qué? Porque tras la finalización del Tour es la fase de recuperación la que primero hay que afrontar. Hablamos de descanso, no vacaciones. Posiblemente algunos días sueltos sin bicicleta y entreno regenerativo para que el cuerpo no se duerma. Saber cuándo arrancar la fase de carga es posiblemente el punto crítico del plan.
Yo hacía Tour y Vuelta. Según mi experiencia, era la parte psicológica la más complicada de gestionar. Siempre me acordaba de Marino. Cuántas veces me preguntaba, ¿cómo puede soportar Marino las tres grandes? Recordad que por aquel entonces la Vuelta era en mayo, después Giro y luego Tour.
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Tras la preparación, una semana de previa y Tour, la cabeza llegaba muy muy saturada a París. Ese momento no era el idóneo para ponerse a pensar en que en cuatro semanas, en nuestro caso, había que llegar al máximo a la salida de la Vuelta.
El ciclismo en eso ha ganado mucho. Ahora los chicos y chicas tienen muchas más herramientas y la psicológica es una de ellas. Porque Jonas perfectamente tras ganar el Tour podía haber dicho que no viene a la Vuelta, ¿no? Que necesidad, decían algunos. Una vez un gran ciclista me dijo: «Joseba, cada gran Vuelta es un año menos de profesional». Menos mal que eso no se cumple, pero no hay que quitarle razón que por no saber gestionarlo se puede convertir en una lápida crónica. Veremos quién ha acertado.
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