El UAE prepara la crono por equipos que inaugura este viernes la Vuelta en Utrecht, en los Países Bajos. UAE
Vuelta a España

Renuncias, presencias y ausencias

La baja de Nairo Quintana tras detectarle restos de tramadol en dos análisis en el Tour de Francia sobrevuela el inicio de la Vuelta a España este viernes en los Países Bajos

IÑAKI IZQUIERDO

Viernes, 19 de agosto 2022, 06:30

Soplan malos vientos en el inicio de la Vuelta. Y no solo los que barren de forma habitual los Países Bajos desde el mar del ... Norte. La baja de Nairo Quintana (Arkea) tras detectársele restos de tramadol en dos controles en el Tour marca el inicio de la carrera española este viernes en Utrecht, con una crono por equipos de 23,3 kilómetros. El colombiano explicó este jueves que no tiene «ni la cabeza ni el cuerpo» para afrontar la prueba y que no participará «para hacer valer mis motivos ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS)».

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Quintana está descalificado del Tour –donde acabó sexto– y tiene diez días para apelar. Ha decidido no correr la Vuelta pese a que sobre él no pesa ninguna sanción, dado que el uso del analgésico tramadol está prohibido por la UCI desde 2019 pero no por la Agencia Mundial Antidopaje. El colombiano no ha cometido una violación de las normas antidopaje, sino una infracción del reglamento médico de la UCI, por lo que este viernes podría haber tomado la salida. Su equipo forma parte del Movimiento por un Ciclismo Creíble. No ha cubierto su baja con otro ciclista.

La ausencia de Quintana no es menor. El cafetero –que ya sufrió en el Tour de 2020 una investigación de la Fiscalía de Marsella que quedó en nada–, ganador del Giro de 2014 y de la Vuelta a España de 2016, es una figura internacional y un ídolo absoluto en Colombia, uno de los grandes países del ciclismo. A los 32 años, esta semana se anunció su renovación con el Arkea hasta 2025, tras desoir diferentes ofertas del World Tour. Es un símbolo y es millonario, no uno de esos buscadores de fortuna dispuestos a cualquier cosa por abrirse camino y escapar del hambre. Tiene la vida resuelta.

Quintana no es un cualquiera, ni tampoco es Rafa Nadal. La permisividad en la lucha contra el dopaje en este deporte es nula, rayana con el fanatismo. El tenista balear alardeó de la multitud de infiltraciones que recibió para ganar en Roland Garros, una práctica prohibida y sancionada con dureza en el pelotón. Pero el ciclismo no es víctima de los errores de otros, sino de los suyos propios. La salida de los años de plomo está resultando cara y muy dura, porque los excesos de las tres décadas anteriores los sufren los jóvenes de ahora, abocados a lidiar con una intransigencia injusta pero probablemente necesiaria a la vista de la conmoción que sigue causando cada nuevo caso. No termina el ciclismo de librarse de su sambenito.

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Y el Caja Rural-RGA, en casa

La ausencia de Quintana deja al Arkea con un equipo de circunstancias y a la organización, con un enfado monumental. No solo porque pierde a una de sus figuras –uno de los cinco ganadores que debían de haber estado en la salida junto a Alejandro Valverde (2009), Vincenzo Nibali (2010), Chris Froome (2011 y 2017) y Simon Yates (2018)– sino porque el conjunto bretón es uno de los invitados a la carrera, aunque invitado entre comillas porque le correspondía la plaza por ser segundo del ranking ProTeam.

En todo caso, su presencia obligó a la Vuelta a descartar a uno de los cuatro equipos con licencia estatal y le tocó al Caja Rural-RGA. El conjunto navarro buscará reivindicarse en un calendario alternativo.

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Unas carreras, por cierto, que están cobrado un interés inusitado debido a la lucha por los puestos de la permanencia (curioso deporte el ciclismo, que establece una clasificación donde solo interesa quién baja y nadie sabe quién va primero...). Alex Aranburu pelea por la permanencia del Movistar en el Tour de Limousin. No hay mal que por bien no venga y las pruebas modestas ven mejorada su participación (Ordizia, sin ir más lejos), algo vital para el futuro del ciclismo.

Roglic, a por la cuarta seguida

Renuncias, ausencias y presencias. La Vuelta parte con un buen cartel y un pronóstico incierto. Primoz Roglic (Jumbo) aún no está recuperado al cien por cien de la caída sufrida en el Tour, pero se presenta en la línea de salida y es el favorito número uno. Por calidad y por palmarés. Ha ganado las tres últimas ediciones y si está bien es superior al resto.

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El vencedor del Giro, Jai Hindley (Bora), llega en progresión ascendente desde que reapareció en la Clásica de San Sebastián. La montaña española no es tan favorable para él como la italiana. Richard Carapaz (Ineos), en una crisis existencial respecto a su futuro, que parece encaminarle al EF, y sobre todo Simon Yates (BikeExchange) son los aspirantes más cualificados, a la espera de lo que pueda sacarse de la chistera Remco Evenepoel (Quick-Step) y de las condiciones en las que esté Enric Mas (Movistar).

No empieza la Vuelta a España con viento favorable, pero hay 21 etapas hasta el 11 de septiembre en Madrid para que el ciclismo prevalezca.

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