Urgente Incendio en el centro de San Sebastián
Zourdine trata de robar el esférico a un jugador del Portugalete, ayer en La Florida. P. URrESTI
Segunda B

El Real Unión pierde el penúltimo tren hacia el playoff

El empate a cero del Racing contra el Arenas provoca que si los irundarras ganan al Athetic B el domingo en Gal, se clasificarán para el play-off como terceros

Miren Galarraga

Portugalete

Domingo, 21 de marzo 2021, 16:23

El Real Unión echó por tierra buena parte de sus opciones de luchar por el ascenso en un partido para olvidar en Portugalete. El equipo local fue muy superior y tuvo las ideas mucho más claras en las dos áreas. La derrota del Athletic en ... el derbi de filiales dejaba a los pupilos de Aitor Zulaika con una sola opción: esperar a que el Racing pinchara en uno de los duelos que le restaban y ganar a los cachorros de Lezama en el enfrentamiento directo de la última jornada en el Stadium Gal. Finalmente, el encuentro que enfrentó al Real Racing contra el Arenas acabó en empate, así que todavía hay vida.

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En Portugalete se jugaron dos finales: una por evitar el descenso y otra por la autopista a Segunda División. Al final, un duelo al menos de inicio eléctrico, feo en lo que a la ortodoxia se refiere, pero con una intensidad propia de un fútbol pretérito. El balón circulaba sin patrón de área a área y las líneas de creación se veían obligadas a ponerse el mono de trabajo. Viguera, uno de esos hombres diferentes, interpretó con clarividencia los espacios y generó la primera acción de peligro de la mañana con un pase filtrado a Fran Rivera que el meta Mediavilla había leído y desarmado con inteligencia. Sería una de las pocas acciones de la tarde que pusieron a prueba al arquero, perfectamente arropado por su línea defensiva.

La posición de Fran Rivera, inquieto entre la medular y el ataque, fue de lo poco que creó dudas al Portugalete. Eso, y un balón en el que Rozas se confió en exceso, Thior le robó la cartera y regateó a dos rivales para finiquitar demasiado flojo con la puntera. Los anfitriones parecían responder a un plan basado en la paciencia. Su primer disparo a puerta llegó manso y pasada la media hora, pero con el paso de los minutos se sintieron más cómodos, a medida que se bloqueaba la sala de máquinas del Real Unión.

El paso por vestuarios pareció relanzar a los pupilos de Aitor Zulaika, ya con el traje de faena para una final. Pareció el técnico solicitar una presión alta de salida, y en los primeros compases dio resultado en forma de pérdidas y balones peligrosos cerca del área del oponente. Sin embargo, al estirar líneas la defensa pareció resquebrajarse. Resulta inexplicable en un choque de tamaña importancia la languidez del Real Unión en la defensa del córner que dio origen al primer gol. Esteve ejecutó cerrado, a pierna cambiada, desde la derecha, Rubio peinó en el primer palo y Thaylor, completamente libre de marca, empujó al fondo de la red.

Un gol que dejó sin opciones

Un gol que dejó sin opciones

El tanto del delantero bilbaíno dejó inexplicablemente KO a los de Aitor Zulaika, inoperantes a la hora de asumir el mando del partido, encontrar vías de hincarle el diente al Portugalete o simplemente buscar un plan B. No pisarían el área rival hasta un cuarto de hora después, con una falta que se paseó por el área, ni moverían el banquillo hasta entonces. Y resultó ser tarde.

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Portugalete

Mediavilla; Zekri, Murua, Santamaría, Rozas; Arnedo, Rubio, Esteve (Ayala, min. 78); Thaylor (Salado, min. 70), Elizmendi (Nacho Ruiz, min. 88); y Mario Musi (Güemes, min. 88).

2

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0

Real Unión

Irazusta; Azkoiti, Iván Pérez, Ekhi Senar, Kijera (Ekhi Bravo, min. 85); Fran Rivera (Galán, min. 76), Quique Rivero, Beobide; Thior (Capelete, min. 76), Madrazo (Guille, min. 85) y Viguera.

  • Goles: 1-0 Thaylor (min. 53). 2-0 Mario Musi (min. 79)

  • Árbitro: Català Ferran (Comité catalán). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Elizmendi, Thaylor, Murua y Rozas, así como a los visitantes Kijera y Javi Galán.

El Portugalete, que se adaptó también a la perfección a estar en ventaja, mató la cita en una internada de Salgado con pase de la muerte para incorporación de Mario Musi. El delantero, cedido curiosamente por un Racing de Santander al que estaba haciendo un enorme favor, finiquitó la cita. Solamente entonces, a la desesperada, un bloque irundarra al que se le iba buena parte del sueño de la temporada reaccionó y cercó, por empuje, el área rival. Un remate al palo a cuyo rechace no llegó Guille fue el epílogo de un partido frustrante. Y decepcionante.

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