Varios jóvenes trabajan en las instalaciones del BIC Gipuzkoa Sara Santos

BIC Gipuzkoa ha impulsado 158 empresas que han creado mil empleos en Donostia desde 2020

Dedicada a la promoción y el acompañamiento de las jóvenes compañías, la institución ofrece ayudas de hasta 60.000 euros a los proyectos que resultan más prometedores

Julio Díaz de Alda

San Sebastián

Sábado, 13 de abril 2024, 07:05

Es el lugar en el que las ideas se convierten en empresas. Así se sencillo y, al tiempo, así de complicado y costoso. BIC Gipuzkoa lleva promoviendo y acompañando al emprendimiento en el territorio desde 1993, cuando siquiera estaba de moda la palabra 'emprendedor' y el concepto 'start up', aún menos. Con una incansable Marisa Arriola al frente, el BIC ha impulsado 866 proyectos que han alumbrado 533 empresas. Entre los años 2020 y 2023, según datos a los que ha tenido acceso DV, la institución (dependiente de la Diputación Foral y el Gobierno Vasco a través de la Spri) analizó la viabilidad de 250 iniciativas que cristalizaron en 158 nuevas empresas. Compañías, todas, con sede fiscal y social en Gipuzkoa y que «han generado por ahora, puesto que la cifra crecerá seguro y lo hará de forma considerable», resalta Arriola, nada menos que 964 nuevos empleos.

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Se trata, además, de puestos de trabajo de calidad, de alto valor añadido, y en casi todos los casos relacionados con actividades tecnológicas. Justo lo que el territorio y Euskadi en su conjunto buscan, a la luz de los grandes retos que afronta la economía mundial, también la vasca.

De todo ese corpus de empresas surgidas en los últimos cuatro años, 550 están ubicadas en el propio BIC, que tiene su cuartel general en el llamado Edificio Tándem, en el Parque Tecnológico de Miramón de Donostia.

Otra de las muchas ventajas que aporta el paso de esas jóvenes empresas por el BIC (esto es algo que destacan sobre todo los fundadores de esas mismas firmas) es el acceso a diferentes fuentes de financiación. En primera instancia, el gran soporte para las 'start up' a las que se ve realmente potencial es el programa Ekintzaile-Txekintek, que ofrece una aportación a fondo perdido de hasta 60.000 euros para las fases de maduración de la idea, análisis de la viabilidad y puesta en marcha.

Esa inyección de dinero tan absolutamente vital para las 'start up' en sus primeros pasos, y también en los que les siguen inmediatamente, eso que los emprendedores llaman 'el valle de la muerte', les permite pasar del power point a la (dura) realidad.

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Marisa Arriola desvela que, desde 2020, esas 158 empresas nacidas bajo al ala del BIC lograron 107 millones de euros de procedencia pública y privada; esto es, de entidades como el DCTI, Enisa, Elkargi o los diferentes bancos y entidades financieras 'tradicionales'.

Al mismo tiempo, esas jóvenes compañías recibieron también otros 132,7 millones de euros de entidades de capital riesgo. Un capital riesgo, por cierto, que ha eclosionado en los últimos años en el territorio y en todo Euskadi; también en el ámbito público, puesto que el departamento de Economía del Gobierno Vasco cuenta con una entidad de este tipo bastante activa.

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Arriola destaca una y otra vez la importancia de una de las grandes características del BIC y sus empresas. El hecho de que la inmensa mayoría de ellas trabajen en los mismos campos que las estrategias europea, vasca y guipuzcoana señalan desde hace tiempo como prioritarios.

«Dicho de otro modo, son empresas y empleos de futuro», resalta la directora del BIC, que pone números a la situación al desvelar que el 46% de las empresas corresponden a la industria avanzada; el 13%, a las biociencias; el 30%, a las TICs (sobre todo a la inteligencia artificial) y el 11%, a las tecnologías del deporte. Junto a esto, la cuántica comienza a protagonizar no pocos casos.

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