Fernando Romero, el errenteriarra que pasó de vender pizzas a ser el tercer vasco más rico en la lista Forbes

Ocupa el puesto 34 entre los cien españoles más ricos gracias a la cotización de EiDF, la empresa dedicada a las instalaciones solares que fundó en 2008

IRATXE BERNAL

Lunes, 7 de noviembre 2022, 11:29

En el puesto 34 de la última lista de los 100 españoles más ricos de Forbes está Fernando Romero Martínez (Rentería, 1982), el último vasco en llegar al famoso ránking . Vasco afincado en Galicia desde que sus padres se trasladaron allí siendo él pequeño, ... hay que matizar. Su llegada a la lista se debe a que es propietario del 77% de EIDF (Energía, Innovación y Desarrollo Fotovoltaico), firma especializada en instalaciones de autoconsumo solar para el sector industrial de la que además es consejero delegado. La empresa, que tiene su sede central en Pontevedra, comenzó a cotizar en verano del año pasado en el Mercado Alternativo Bursátil (o BME Growth) y se estima que su capitalización se ha elevado el 300%, con lo que el patrimonio de Romero estaría valorado según la revista en los 850 millones de euros.

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Los padres de Romero emigraron en los setenta a Suiza, donde trabajaron montando relojes. Tras regresar en 1974 al País Vasco, finalmente se instalaron en Galicia. Romero estudió Derecho entre las universidades de Santiago y Deusto, formación que según consta en su perfil en LinkedIn, completó en la Escuela de Negocios de la Universidad de Navarra. Sus primeros trabajos fueron como camarero y repartidor de Telepizza y su primer contacto con el sector energético le llegó cuando ya trabajaba en la banca privada como gestor de inversiones. «Allí conocí las renovables, el producto, sus márgenes», explicaba hace un año en una entrevista publicada por La Voz de Galicia.

Eran los tiempos de «la primera burbuja del sector». En el último Consejo de Ministros del Gobierno de Aznar se aprobó un Real Decreto que establecía elevadas primas para proyectos fotovoltaicos. El objetivo era que en 2010 la energía renovable cubriera al menos el 12% de la demanda energética en España y la idea, que los pequeños productores fueran los protagonistas del cambio. Así que, para favorecerles, las ayudas se limitaban a las instalaciones inferiores a 100 kW de potencia, pero no faltaron los especuladores que, a través de distintas sociedades y bancos de inversión, trocearon grandes instalaciones para poder recibir las subvenciones.

En aquel ímpetu, Romero «se empapa» de la parte jurídica de un sector tan regulado y finalmente decide dejar la banca para dedicarse a la energía. En 2008 crea EIDF, que sin embargo no puso en marcha su primera instalación de autoconsumo hasta en 2011, en una empresa avícola gallega. Pero su verdadero despegue llegó en 2018 con la supresión del llamado 'impuesto al sol', que debían pagar quienes instalaran sus propios sistemas de autoconsumo solar.

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«¿Cuánta fe hace falta para creer en el autoconsumo solar bajo el cielo de Galicia y con un impuesto al Sol, entonces, en el horizonte?», le preguntaron en 2018 en la revista 'energías renovables'. «No hay iglesia ni religión que te la dé. Mucha fe. Muchísima. La tuvimos, la tenemos, y cada vez mas«, aseguraba. «Al principio, no confiaron mucho en nosotros. Quizá la edad de la plantilla y la mía ha sido un hándicap sobre todo para el sector bancario tradicional. No somos los típicos empresarios de 50 años con 30 de experiencia. Ya llegaremos», aseguraba en la misma entrevista.

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