![La guerra de Ucrania se llevará 1.700 millones del PIB vasco, con un severo impacto en la industria](https://s2.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202203/22/media/cortadas/economia-kehG--1248x770@Diario%20Vasco.jpg)
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La guerra en Ucrania –de la que ni siquiera se cumple un mes desde la invasión rusa– va a volatilizar 2,2 puntos del Producto Interior Bruto (PIB) vasco este año. Eso es lo mismo que decir que Euskadi va a perder por ... el conflicto unos 1.700 millones de euros de 'riqueza'. El cálculo del destrozo deviene de la severa rebaja de las previsiones macroeconómicas para este año que el gabinete Urkullu aprobó ayer, y que explicó el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu. Si antes de la intervención armada rusa las estimaciones pasaban por crecer un 6,7% en 2022, ahora ese impulso se quedará en el 4,5%. Un recorte de 2,2 puntos. El empleo, por su parte, crecerá en 16.600 contratos a tiempo completo, con una tasa de paro del 9,5%.
Para 2023, el PIB vasco –que si no hay más sustos podría recuperar entonces, dos años después, lo perdido en lo peor del Covid– crecerá un 4,1%, con 8.000 empleos nuevos y un desempleo del 9,1%.
El golpe, que ya se deja notar en Euskadi –bien de forma directa, bien indirecta por las sanciones a Rusia–, añadió Azpiazu, será severo y general, aunque afectará con especial intensidad a la industria y el consumo. El consejero descartó cualquier «alarmismo» y dijo que crecimientos del orden del 4,5% son «sólidos», pero aunque al principio de su intervención evitó la palabra «crisis», la rotundidad de la situación le hizo utilizarla después sin paños calientes. «La recuperación se demora», afirmó.
Por su parte, la aportación al PIB del sector exterior, clave en una economía tan abierta como la vasca, quedará muy tocada; tanto, que en realidad no sumará sino restará crecimiento a Euskadi. En concreto, un 0,3%. En 2023 el juego entre la exportación y la importación apenas sumará un 0,2%, con los cuellos de botella de nuevo como un gran lastre.
«En un momento en el que los problemas derivados de la pandemia empezaban a estar encauzados y que la confianza volvía a los agentes económicos, la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha trastocado totalmente el escenario en todo el mundo», lamentó el consejero.
pedro azpiazu
Consejero de Economía y Hacienda
Al explicar la situación económica, Pedro Azpiazu puso en primer lugar el foco en la escalada de precios desatada en el ámbito energético. Una corriente que ya venía registrándose antes que Rusia iniciara la guerra y que se ha desquiciado tras la invasión. Ese lastre, que tiene una segunda lectura muy gravosa para las empresas vascas, dado que supone un misil a su competitividad respecto a otros competidores internacionales, como por ejemplo los asiáticos o los estadounidenses, afecta a multitud de sectores. Entre ellos, citó Azpiazu, los de transporte, metalurgia, acerías, pesca, agroalimentario, manufacturas o el papelero.
Azpiazu reconoció que «la incertidumbre se está extendiendo entre los agentes económicos y la prudencia anima a contener el gasto». «En el caso de las familias la inflación resta poder adquisitivo, por lo que el consumo privado se verá mermado», dijo. Al referirse a la economía doméstica, Azpiazu explicó también que todo el ahorro embalsado en la pandemia tardará ahora en convertirse en consumo; un apartado que se esperaba creciera un 6,6%, que ahora se queda en el 4,6%.
pedro azpiazu
Consejero de Economía y Hacienda
El repaso que hizo Azpiazu no dejó resquicio para el mínimo optimismo. Tras dejar claro que la industria sufrirá, subrayó que la construcción hará lo propio por los costes de las materias primas, lo mismo que los servicios, que sufren la merma del consumo. El consejero dejó claro que el impacto en la inversión será «muy significativo». De hecho, la previsión pasa del 6,7% al 5%. A modo de conclusión, aseguró que la duración del conflicto y la respuesta que dé Europa «definirán la evolución de nuestra economía».
A la vista de la situación de muchas empresas 'atrapadas' desde el punto de vista comercial en Ucrania, Rusia o Bielorrusia, el Ejecutivo vasco aprobó ayer dos medidas financieras «de cirugía fina», según definió Pedro Azpiazu.
En primer lugar, explicó, se firmará un convenio entre el Instituto Vasco de Finanzas y Elkargi para activar una línea de financiación de diez millones de euros (ampliable en caso de necesidad) específica para las pymes que mantengan como socios comerciales a empresas de esos países y cuya actividad y transacciones económicas se vean afectadas por la guerra. Se concederán préstamos de entre 50.000 euros y un millón, con un plazo de pago a tres años y una carencia de hasta doce meses, a un tipo de interés del euríbor 12 meses más un diferencial de 1,25%. «Las empresas pueden ir presentando las solicitudes en Elkargi desde ya, de forma que en dos semanas, tras suscribir el convenio se puedan ir formalizando los préstamos», dijo.
Por otro lado, el IVF pondrá a disposición de todas las empresas que se hayan visto afectadas de alguna manera todo su abanico de oferta de financiación existente, en la modalidad de cofinanciación con los bancos.
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