Bildu agrieta la hegemonía vizcaína del PNV pero sigue lejos en las grandes urbes

De momento, los nacionalistas vivieron ayer un día agridulce. Ratificaron que su dominio es incontestable en los grandes municipios –Bilbao, Barakaldo, Getxo, Santurtzi, Basauri...– pero evidenciaron un notable retroceso en localidades de tamaño medio y pequeño. El acuerdo de colaboración con el PSE-EE no ha sido tan determinante esta vez. Los socialistas incluso han arrebatado dos ayuntamientos a sus socios, Muskiz y Trapagaran.

Traducido a cifras significa que el PNV tendrá más alcaldías que nadie en el territorio, pero ha perdido un tercio de las que ostentó la legislatura pasada. De liderar 73 consistorios pasa a hacerlo en 55. En 2019 alcanzó su mejor resultado en más de una década y ayer obtuvo el peor de la historia. Por primera vez gobernará menos de la mitad de las localidades de Bizkaia.

La caída quedó maquillada en parte gracias a la reconquista de Durango. Pese a no ser la fuerza más votada, se cumplió el guion. El gran caballo de batalla con EH Bildu se decantó del lado jeltzale y Mireia Elkoroiribe se hizo con la makila gracias al apoyo del único concejal del PP. El nacionalismo también recupera Balmaseda, Orduña e Igorre.

A cambio los jeltzales perdieron ayer casi todos los ayuntamientos en los que las urnas no dejaron un resultado concluyente y la suma de Bildu con Podemos o los independientes daba pie al 'sorpasso'. Mundaka, Zalla... aunque el mayor golpe fue el de Bermeo. El PNV se quedó a un concejal de la mayoría absoluta pero estará en la oposición. Caso aparte es Gernika y la entente con Gorroño. Acuerdo 'in extremis' para no dejar en manos soberanistas todas las alcaldías de una comarca estratégica. El Guggenheim de Urdaibai es uno de los grandes proyectos del nuevo mandato en Bizkaia.

Salvo el mal trago de Gernika y de Durango, EH Bildu vive días de vino y rosas. Los próximos cuatro años gobernará 41 ayuntamientos, 12 más que hasta ahora. Récord absoluto para una coalición que nunca había superado la treintena de alcaldías y que crece en dos vertientes. Por un lado se consolida como fuerza predominante en Busturialdea y Lea Artibai al sumar las makilas de Bermeo –donde le espera un complicado mandato–, Mundaka y Lekeitio a las que ya tenía en Ondarroa y Bakio. Por otro lado, retiene Galdakao, Arrigorriaga y Zaratamo, y añade Alonsotegi a su objetivo, prioritario, de penetrar en el Bilbao metropolitano. También asoma en la Margen Derecha: recupera Sopela y se estrenará en Urduliz y Plentzia.

Como el relato importa, y acercarse al poder que ostenta el PNV es un caramelo, la coalición soberanista ha cerrado los últimos días acuerdos con los que ha permitido que diferentes plataformas vecinales desbanquen a los jeltzales. Especialmente llamativo es el pacto de Gatika pese a las notables diferencias con el futuro equipo de Gobierno, en el que no va a entrar EH Bildu.

De los 112 ayuntamientos vizcaínos una treintena cambiaron ayer de color. Entre las casi 80 mayorías absolutas confirmadas no puede pasar inadvertida la de Portugalete, donde el socialista Mikel Torres no nota desgaste pese a afrontar su quinto mandato. En Etxebarri lo que importan son las siglas: Iker López será el tercer regidor consecutivo de La Voz del Pueblo, formación que lleva treinta años en el poder. Es el gran emblema de unas plataformas vecinales con buena salud. En el nuevo mandato habrá más alcaldes independientes que nunca.