El cierre del Café de Mario, su 'renacimiento' en Gros y los bares como 'alma' de barrio

Hay bares que son más que bares: puntos de encuentro, almas de barrio. El Café de Mario surgió hace 22 años en Benta Berri, el barrio donostiarra que nacía entonces. Su terraza y sus mesas fueron pronto centro de reunión, hasta el punto de que para muchos vecinos esa plaza se llama «la del Mario», y no Julio Caro Baroja, que es lo que dice el callejero. Mario era el nombre del padre de los hermanos Montorio, promotores del negocio. El Café de Mario ha cerrado.

No están los tiempos para grandes locales de grandes gastos, aunque alguien cogerá pronto el local, seguro. En otros barrios de San Sebastián y de grandes municipios de Gipuzkoa se están dando más casos así: desaparecen bares que son epicentro social. En algunos casos es por jubilación, en otros por imposibilidad de cubrir gastos, con alquileres altos y facturas disparadas por las subidas de costes.

Pero el 'Mario' se reinventa en cierta forma. Los responsables que han guiado este popular establecimiento, Carlos Montorio y su esposa, vuelven a Gros, donde ya gestionaron hace tiempo el café Kursaal del paseo de Ramon María de Lily. Asumen la nueva vida de un local con carácter, el Txoko de Ramiro, otro bar de ilustre historia pero dimensiones más cómodas de gestionar, y con una buena terraza, para montar un negocio más cercano.

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La pareja contará para ello con la asesoría de su hermano Miguel Montorio, responsable de la Bodega Donostiarra en el mismo Gros, convertida en todo un fenómeno de parroquianos y turistas. Carlos quiere abrir este jueves, víspera de San Sebastián.