La cocina guipuzcoana afronta el relevo con una nueva generación que pide paso

Pero en la práctica estos dos cierres dejan a Gipuzkoa sin dos de sus actuales 19 estrellas Michelin. La guía del año próximo, que se presenta en noviembre, quizás recoja aún las estrellas de los dos locales, pero en la práctica la cocina guipuzcoana quedará con solo 17. Los rumores dicen que este año no habrá más.

La cifra de estrellas es solo un símbolo, pero se une al debate sobre el relevo en la alta cocina de Gipuzkoa. La generación de los Arzak, Subijana y resto de miembros de la Nueva Cocina Vasca situó a Donostia en el epicentro de la culinaria mundial. Juan Mari Arzak tiene el relevo en casa con su hija Elena, Pedro Subijana vive una segunda juventud con el éxito de su hotel en Igeldo, Berasategui no para de crear historias y Andoni Luis Aduriz es un gurú de los nuevos cocineros, con el Mugaritz como centro de peregrinación.

Pero hay que pensar en el relevo. Y ahí crece el interés por el colectivo Mahaia, que agrupa a la siguiente generación. Muchos de los cocineros agrupados ahí tienen ya un reconocimiento internacional (Aitor Arregi y su Elkano), de las guías (Rubén Trincado y El Mirador, Gorka Txapartegi y el Alameda, Dani Lopez y el Kokotxa) y de la gente (Roberto Ruiz con Hika, Igor Arregi con el Kaia, Ander Gonzalez con el Astelena, Aizpea Ohianeder y Xabi Díez del Xarma, Pili Manterola del Iribar, Jon Ayala del Laia, Enrique Fleischman del Txoko y Bailara, Xabi Gorrotxategi del Julián, Ismael Iglesias de Rita, Iñigo Lavado de Singular y Pablo Loureiro del Urola). Hay más, pero ellos conforman la foto más parecida a lo que fue la Nueva Cocina Vasca.