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Viernes, 22 de mayo 2020
Aunque todos creamos saber cómo limpiar un huevo para desinfectarlo, hacerlo correctamente no es tan fácil como parece. El primer paso a la hora de ir a hacerlo es fijarse bien en toda la cascara. De estar agrietada o tener alguna pequeña fisura es recomendable no consumir el huevo, ya que en el caso de que la cáscara contenga bacterias, ya habrían entrado en contacto con el interior del huevo.
Una opción es limpiar la cascara en seco con una esponja o un estropajo suave de cocina. Aunque con esta técnica es más complicado quitar toda la suciedad, tiene sus ventajas, ya que al lavar los huevos con agua se elimina la cutícula de la cáscara, al ser esta muy porosa. Esto aumenta la probabilidad de que penetren bacterias en el huevo. Lo que además de hacer el huevo más vulnerable, reduce su fecha de caducidad. Si se tiene intención de comer pronto el huevo no debería suponer mayor problema.
Aunque el limpiar el huevo con agua parezca poco recomendable, no hacerlo puede representar también un gran riesgo para la salud. Además hay otras formas de limpiar los huevos con agua sin que resulte tan agresivo. Una buena opción, con la que no gastaremos tanta agua y evitamos que el huevo absorba el líquido, es frotarlo suavemente con un paño húmedo. Se puede utilizar también la propia esponja con la que se ha lavado en seco.
En el caso de utilizar cualquier artículo de limpieza, ya sea un paño, esponja o incluso cepillito, es importante limpiarlo con jabón después de cada uso para no pasar las bacterias que se han podido eliminar de un lote a otro.
Si el lavado del huevo con agua no resulta del todo efectivo o se busca una limpieza más intensa se pueden utilizar productos de higiene. Para ellos se necesitan dos tazones, agua y el producto que se vaya a utilizar.
Existe un jabón específico para el lavado de huevos, aunque también se puede recurrir a una solución de agua y lejía, o jabón sin fragancia. Un remedio casero y más natural que elimina todas las impurezas es la mezcla obtenida de agua y vinagre blanco destilado. En cualquier caso una de las tazas debe usarse para el enjuague, con agua y el producto; y la otra para el aclarado.
Es muy importante que la temperatura del agua esté entre tibia y caliente, ya que en caso de estar fría el contenido del huevo se contraería, haciendo el vacío, y absorbiendo el líquido exterior, ya sea el agua o la disolución.
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