El caso del otro agente de la Ertzaintza de Gipuzkoa que cambió de género

Finalmente el agente mantuvo una reunión con la directora de Recursos Humanos de la Policía autonómica, además de con otros mandos de la División de Prevención de Riesgos Laborales y de la propia comisaría, para tratar de buscar una solución al problema suscitado. Así, se determinó que se cambiaría solo en un baño, en lugar de en los vestuarios femeninos. También se tomó la decisión de que ya no podía realizar cacheos, ni a hombres ni a mujeres.

Este caso suscitó mucho revuelo en la Ertzaintza. En la citada comisaría trabaja medio centenar de mujeres, que denunciaron su desacuerdo a tener que cambiarse o ducharse delante de un compañero al que siempre habían visto como un hombre. De hecho, como ocurre con el agente que ha sido detenido en San Sebastián, el cambio de sexo se limitó al Registro Civil, por lo que «sigue con el mismo nombre, físico, forma de vestir y de comportarse», denunciaron las agentes.

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De hecho, las ertzainas dudaban de que el motivo real de adoptar oficialmente otro género fuese su voluntad real de sentirse mujer, y pensaban que era más una medida para «evidenciar el fallo del sistema». En este caso, esa laguna en la Ley Trans que deja la puerta abierta a que se puedan producir fraudes de ley. En sus redes sociales el agente también recibió numerosas críticas por lo que muchos achacaban que era un «paripé». Lo que sí es cierto es que sigue siendo mujer a efectos legales.