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«Si cierro la puerta, los clientes no entran»
Ahorro energético

«Si cierro la puerta, los clientes no entran»

Desconcierto. Comercios, hoteles, bares y el sector cultural de Gipuzkoa acogen con dudas y cierto «malestar» las medidas de ahorro energético

A. ANSA / M. CALVO / A. EGUREN

Miércoles, 3 de agosto 2022

Dudas, desconcierto y cierto «malestar». Así estaban ayer los ánimos en diversos sectores guipuzcoanos, que se encontraron de pronto con la noticia de que en siete días tendrían que aplicar medidas drásticas para adaptarse al plan energético decretado por el Gobierno central. Por la mañana aún no se conocía que el Ejecutivo vasco no tenía intención de obligar a la aplicación de las medidas en Euskadi, por lo que en comercios, bares y recintos públicos todo eran preguntas sin respuesta. «¿Y quién me va a pagar a mí la reforma de la tienda para instalar una puerta?», se preguntaba la dependienta de un comercio donostiarra. «Todavía hay muchas lagunas que se deben aclarar», coincidían comerciantes y hosteleros.

Noa & Judy | Rosa Lizarralde (21º)

«Nosotros no tenemos puerta. ¿Nos van a obligar? ¿Quién la va a pagar?»

Una empleada de la tienda de ropa Noa & Judy de Donostia maneja el mando del aire acondicionado. El establecimientoestaba ayer a 21 grados. USOZ

Este paquete de medidas pilló ayer por sorpresa a muchos trabajadores del territorio, que no terminan de ver claro cómo se va a aplicar este plan de ahorro en las próximas semanas. «Nosotros no tenemos puerta en el local y con la cortina de aire que hay a la entrada mantenemos la temperatura. ¿Vamos a tener que poner una puerta? ¿Quién la va a pagar?», se preguntaba Rosa Lizarralde, dependienta de la tienda de ropa Noa & Judy. A media mañana, el aire acondicionado de este local marcaba 21 grados, seis por debajo del tope marcado por el Ejecutivo. «Lo tenemos puesto por la mañana hasta que deja de dar el sol; y la calefacción en invierno solo por las tardes», explicaba esta comerciante, quien comparte, en cierta medida, el plan del Ejecutivo central. «¿Ahorrar? Con la puerta cerrada supongo que el calor o el frío se conservará mejor y así no será necesario tenerlo puesto todo el día, pero un comercio con la puerta cerrada no invita a los clientes a pasar dentro», advierte.

Hostelería | Nagore Vallés e Iñaki Galarza (22º)

«No podemos cerrar la puerta, estamos entrando y saliendo a la terraza todo el rato»

Iñaki Galarza mantenía ayer el Café Irun a 22ºC. F. de la Hera

Nagore Vallés, del restaurante Casa Vallés de San Sebastián, se mostraba «indignada» con el trato que recibe la hostelería desde que estalló la pandemia. «El Gobierno no entiende la situación personal que está sufriendo este sector, de este restaurante dependen 15 familias. Yo no puedo tener las puertas cerradas. Para los establecimientos que disponemos de servicio de terraza es imposible bloquear la entrada porque estamos continuamente sirviendo y atendiendo a los clientes de la terraza. Esta medida empeorará y dificultará el servicio», advertía. Para Iñaki Galarza, propietario del Café Irun y que ayer mantenía su bar climatizado a 22ºC, este plan «no tiene mucho sentido». No son lo mismo, añadía, «las temperaturas que tenemos en Irun o en Sevilla. El termómetro aquí no suele subir mucho más que eso».

Zapatería Churruca | Begoña Múgica y Marta Elorza (21º)

«El aire lo ponemos solo los días de mucho calor. Hacemos corriente para estar frescos»

Begoña Múgica regula los grados en la zapatería Churruca. Arizmendi

En pleno Centro de la capital guipuzcoana, en la zapatería Churruca, el termostato indicaba ayer 25 grados, la puerta estaba abierta de par en par pero el aire acondicionado se mantenía apagado.

«En invierno nunca lo ponemos, y en verano solo en ocasiones muy puntuales, los días que hace mucho calor. Normalmente a 21ºC», aseguraban sus dependientas, Begoña Múgica y Marta Elorza. «Dejamos la puerta abierta para que haga corriente y así se está fresco», reconocían como técnica para mantener un ambiente agradable dentro del establecimiento.

Hotel Villa Katalin | Maider Jiménez (21,5º)

«Tendríamos que controlar desde recepción los grados en cada habitación»

Maider Jiménez, del Villa Katalin, controla desde un panel de la recepción la temperatura de todas las habitaciones del hotel.

Este plan de ahorro energético no solo sembró desconcierto los en comercios, también en establecimientos alojativos y hoteles. En el caso del Villa Katalin, en plena plaza del Buen Pastor de Donostia, donde ayer el aire acondicionado marcaba 21,5 grados, el paquete de medidas pilló por sorpresa a su recepcionista. «De momento aquí nadie nos ha dicho nada. Yo tengo puesto el aire, pero lo pongo solo a ratos, cuando hace calor en la calle porque pega aquí el sol», explicaba Maider Jiménez señalando una ventana junto a la recepción.

En ese sentido, admitía no saber cómo van a proceder para mantener la regulación de temperatura en cada habitación. «Cada habitación tiene su propio cuadro de mando y desde ahí se puede subir o bajar de grados. Después en recepción tenemos otra pantalla donde podemos controlar todas las estancias, supongo que tendremos que controlar nosotros desde aquí el tema del termostato y la calefacción».

Cines SADE | Iñaki Elorza

«Al final, vamos a tener que repartir mantas para ver una película»

Como otros sectores afectados, también mostraba muchas dudas Iñaki Elorza, director de los cines SADE. «Todavía no tenemos nada claro cómo nos va a afectar. ¿Será los mismo en todos los cines? Hay que leer todo detenidamente. Pero tenemos serias dudas de si con estas limitaciones podremos dar un buen servicio. Entre compañeros aún nos tenemos que reunir, pero parece que igual vamos a tener que repartir mantas», comentaba.

Donostia Kultura | Jose Ignacio Abanda (entre 27 y 30º)

«Llevamos tiempo en esta línea de ahorro, a excepción de situaciones innegociables»

Una alumna repasa sus apuntes en el Koldo Mitxelena, donde ayer el aire no estaba puesto. Borja Luna

En cuanto a edificios públicos, más allá de cuestiones «innegociables» como el control de las temperaturas para mantener «las obras de arte de los museos en buen estado», la política del departamento de Cultura de San Sebastián «lleva tiempo en la línea del ahorro energético», explica Jose Ignacio Abanda, responsable de producción de Donostia Kultura. En el teatro Victoria Eugenia, por ejemplo, se han implantado luces LED, de menor consumo energético, salvo en los focos del escenario, que por su condición de «espectacularidad» se mantienen con los de mayor consumo. Además de mecanismos manuales –como los empleados también en las bibliotecas municipales, de abrir ventanas durante la noche y de emplear máquinas de climatización de poco consumo energético– para «la vuelta de vacaciones» se pondrá a disposición de todos los trabajadores de estos centros «un decálogo del buen uso de energía para evitar el despilfarro».

En lugares públicos como el Koldo Mitxelena los sistemas de climatización estaban apagados ayer y la temperatura rondaba los 27ºC. Por su parte, en la estación de autobuses de Donostia, donde carecen de aire acondicionado, el mercurio rozaba los 30º alrededor de las 13.00 horas.

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