El restaurante Patxikuenea, todo un templo de la chuleta para un conocido influencer: «Me la podría comer entera»

El conocido influencer gastronómico, Cenando con Pablo, visitó recientemente Euskadi. Lo hizo, una vez más, para disfrutar de su amplia gastronomía, de ahí que antes de ir al Restaurante Elkano de Getaria hizo un alto en el camino en el Asador Patxikuenea, situado en un caserío de más de 200 años que está ubicado en Lezo. Allí pudo degustar un completo menú del que salió realmente satisfecho, sobre todo por dos de sus grandes reclamos y especialidades: la chuleta y el pescado.

Cenando con Pablo comenzó la cena con una chuleta acompañada de sus correspondientes patatas y pimientos del piquillo. Tal y como dejó entrever por sus comentarios en un vídeo, sus primeras impresiones fueron inmejorables. «Qué bien preparada. Qué tierna está, que fácil de comer y… cero rastro en la maduración. Es una chuleta que sabe a carne y me la podría comer entera. Entra muy bien, entra muy bien», repetía al tiempo que concluía: «Aquí en el País Vasco saben lo que hacen». En lo que respecta a los pimientos, sus sensaciones también fueron buenas, aunque no tanto. «Están buenos, pero no tienen ese dulzor. Lo bueno es combinarlos con la chuleta», recomendó.

Cenando con Pablo continuó con la otra especialidad del Asador Patxikuenea de Lezo, el pescado, y se llevó una grata impresión, tal y como describió. «El rape me gusta, me gusta el punto que le han dejado al pescado. Cuanto más lo pruebo, más me está gustando», valoró. Eso sí, lo que más le sorprendió, para bien, fueron las croquetas. Primero probó la de hongos, que le llamó mucho la atención: «Es acoj., qué bien hecha está. Y el rebozado es increíble», añadió. Sobre las de jamón, Pablo Cabezali afirmó que «molaban» pese a no tener un sabor muy potente. Y las croquetas de chuleta «lo clavaban. Son muy agradables de comer, y con la textura de la bechamel…».

Posteriormente el influencer gastronómico probó los langostinos tigre a la parrilla, que también degustó con ganas. «Mola con la mayonesa, está rico y lo que mola es que lo puedes pedir por unidades», añadió. La cena de Pablo Cabezail finalizó con una torrija con helado, y un helado de fresa con sopa de frutos rojos… en los que el helado estaba «flojísimo». Con todo, la cuenta final en el Asador Patxikuenea fue de 124,25 euros.