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Los nuevos contagios parecen estabilizarse en Gipuzkoa después de unas semanas de alarma, pero mientras los positivos descienden entre la población, las residencias de mayores ... del territorio atraviesan el peor momento de esta segunda ola. La alta transmisión comunitaria y los récords de contagios vividos en las últimas semanas empiezan a hacerse notar ahora en los geriátricos. En esta segunda ola, el coronavirus ya ha entrado en más residencias que en la primera. Si en primavera se coló en 16 centros con contagios entre mayores, desde agosto ha irrumpido en 23, es decir, 7 más que en los meses más crueles de la pandemia, aunque en la actualidad hay casos activos en un total de 19. Las 4 restantes han logrado decir adiós al Covid-19 en los últimos días. Y hay que tener en cuenta que el virus también se expande entre el personal sociosanitario. En la actualidad, 146 trabajadores de residencias están contagiados en 40 centros. Lo advirtió el diputado general, Markel Olano, el pasado lunes: «El crecimiento de casos en la sociedad tiene un efecto directo de contagios en las residencias, con una afección directa absolutamente dramática que fue fortísima en la primera ola y lo está siendo cada vez más en esta segunda».
Pese a que la letalidad del SARS-CoV-2 ha disminuido, su capacidad de expansión es cada vez mayor. A día de hoy, 19 de las 65 residencias del territorio tienen algún usuario contagiado, es decir, el 30%. Llama la atención que, en su mayoría, los geriátricos que se han visto afectados por el virus en esta segunda ola consiguieron evitarlo en primavera. ¿Pero por qué? Una vez que el Covid-19 entra dentro del centro, resulta muy complicado detener su expansión.
Es evidente que el aumento de mapeos realizados por la DYA y la Diputación de Gipuzkoa tiene un reflejo directo en el crecimiento de positivos -desde julio se han hecho más de 48.000 test entre personal y residentes y 6.000 la última semana-, que tras obtener el resultado son «aislados rápidos», apuntan desde un recurso del territorio. Cuando resultan infectados, los usuarios suelen ser trasladados «fuera de las residencias» al hospital de Eibar o a San José de Ordizia, centros de referencia para tratar a enfermos Covid derivados de residencias.
Sin embargo, pese al intento de librar estos lugares de positivos, el virus sigue transmitiéndose entre los residentes. Con un constante goteo de contagios que pueden terminar en muertes. Solo ayer se detectaron otros 4 fallecidos, elevando el número total de víctimas de esta segunda ola a 68. La cifra podría aumentar de forma notable en los próximos días dado que la tendencia es al alza y las defunciones se han disparado últimamente. Desde el pasado miércoles, 17 residentes han fallecido con SARS-CoV-2 frente a los 5 de la semana anterior. La cifra se ha triplicado en apenas una semana.
En estos momentos, después de los últimos datos publicados por la Diputación de Gipuzkoa, en las residencias del territorio hay 177 usuarios infectados, si bien en esta segunda ola el total de contagios asciende a los 436. El 'bicho' no cede y sigue abriéndose camino entre los más vulnerables, que ya rozan el medio millar de casos desde el 11 de agosto. La residencia más afectada es Zorroaga, en Donostia, con 31 positivos, seguida de Sagrado Corazón de Errenteria, con 27, y Arangoiti en Beasain, con 20.
Zorroaga: 31
Sagrado Corazón: 27
Arangoiti: 20
Julian Rezo: 18
Hermano Garate - San Ignacio: 12
Txara II: 11
Jose Arana: 10
Alai Etxe: 9
Lamourous: 8
Bermingham: 8
San Juan Bautista: 6
Argixao: 4
Caser Anaka: 4
Egogain: 4
Berra: 1
Iturbide: 1
Otezuri: 1
San Grabiel: 1
La situación preocupa a las autoridades, pero también a los familiares, que ayer reclamaron en el Parlamento Vasco cuidados «dignos» para las personas dependientes. Las asociaciones Gipuzkoako Senideak, Babestu Araba y Babestu Bizkaia denunciaron conjuntamente que hay usuarios que «están peor que en la cárcel. Queremos cuidados de calidad y cuidados emocionales. Las residencias no son como aparcamientos de coches».
Mientras que el número de infectados sigue al alza en las residencias de Gipuzkoa, siendo cada vez más los centros afectados, desde la Diputación recuerdan que la situación actual dista mucho de la de primavera, cuando el confinamiento general impedía las visitas y salidas no solo de los residentes, también de las trabajadoras de los geriátricos y del resto de la población, limitando los contactos de todos. «La exposición al virus ahora es más prolongada en el tiempo, no hay confinamiento domiciliario y estamos aprendiendo a convivir con él. Mientras el contagio comunitario sea elevado, tendrá repercusión en las residencias», sostienen fuentes del departamento de Política Social.
Desde julio, en Gipuzkoa se han detectado más de 28.100 casos positivos en general, 436 corresponden a las personas mayores usuarias de residencias y 332 a las trabajadoras de un total de 54 centros. Se supone que, tras haberse dado de bruces con la realidad en marzo, las residencias estaban preparadas para esta nueva ola, con planes de contingencia actualizados y más conocimiento y material. Pese a los datos, desde el Ejecutivo foral defienden que «las medidas adoptadas son efectivas, pero el virus no entiende de barreras, y aprovecha cualquier resquicio para entrar».
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Sea como fuere, la situación es cada día más preocupante y estos próximos días podría darse el pico de muertes de esta segunda ola en las residencias. En la primera se registraron 168 fallecidos de un total de 566 contagios.
De todas formas, independientemente del aumento de positivos entre los usuarios, cabe destacar que 191 mayores han superado la enfermedad desde verano. Es decir, casi la mitad de los infectados.
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