En los puestos de vacunación llegan a escuchar todo tipo de historias. Las últimas están relacionadas con las prisas por intentar llegar a hacer las cosas que la pandemia quitó en 2020 y que en este 2021 se podrán hacer siempre y cuando se ... tenga el pasaporte Covid.
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En las últimas semanas los sanitarios han comprobado que personas, generalmente jóvenes, hacen sus cálculos para poder tener la pauta completa de vacunación de cara a citas de festividades importantes de los próximos días, y la primera en el calendario es la de Nochevieja. Aunque no son los únicos con inquietudes ahora que el pase covid se ha generalizado.
En las fechas en las que estamos ya no les da el calendario de protocolo de pinchazos. Poder asistir a un cotillón para dejar atrás el año II de coronavirus obliga a tener el certificado sanitario ya se celebre en un bar o en una sala de fiestas. Pfizer obliga a hacer un parón de tres semanas entre los dos pinchazos y Moderna marca que entre la primera y la segunda dosis son cuatro semanas. Se puede retrasar pero nunca adelantar. Así que desde la semana del puente quienes no estuvieran en listas para vacunar no llegan a fin de año inmunizados.
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Las consultas de si se pueden adelantar las fechas de vacunación se suceden entre cuadrillas de amigos que se dan cuenta que los planes se trastocan por no haberse ido a inocular cuando les tocaba. «La parte positiva es que la obligación del certificado covid les ha hecho reaccionar», asegura un sanitario en un puesto de vacunación en Gipuzkoa que no quiere dar su nombre. «No les va a dar tiempo a llegar a las fiestas de Navidad pero podrán hacer otras después».
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También se han topado esta semana, ante la ampliación del pase covid, con personas de mediana edad, padres y madres, que al no tener su inmunización se encuentran ahora con la imposibilidad de asistir a los partidos de multideporte de sus hijos porque se celebran en polideportivos donde exigen el certificado sanitario. «Son pequeñas cosas que van obligando a la ciudadanía a darse cuenta de que si no están vacunados se quedan fuera», asegura el mismo sanitario.
De esta forma, en los puestos de vacunación destinados para mayores se aprecia «cada vez más» personas que van a ponerse su primera dosis. «Estamos poniendo las de refuerzo, la tercera dosis a los mayores de 60 que vienen convencidos de que es la manera de protegerse... y al lado gente más joven, mucho más joven, que viene por primera vez», cuenta. «En los casos de jóvenes, muchos nos cuentan que no se han vacunado antes por dejadez, no porque pensaran que la vacuna era negativa», explica. «Los de mediana edad vienen porque van a ver su vida social recortada, duele no poder ver a tu pequeño jugar un partido. Con todo, lo importante es que vengan», añade.
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Los últimos datos de la sexta ola publicados el lunes arrojaban las peores cifras de la pandemia en Euskadi, para cuyo freno solo se dispone de la vacunación y las medidas de prevención. La tasa vasca de incidencia acumulada alcanzó el domingo 937 casos por cada 100.000 habitantes y en Gipuzkoa llegó a los 1.428 casos. Ambas cifras, las más altas de toda la crisis sanitaria. Además hay 91 pacientes en las UCI de Osakidetza, 35 en Donostia.
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