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La pandemia agudizó el descenso de la natalidad que Gipuzkoa venía constatando cada año desde la crisis de 2008 hasta dejarla en mínimos históricos. Pero aún tenía margen para caer más abajo, y lo ha hecho en el primer semestre de este año, al ... alcanzar un nuevo mínimo histórico con únicamente 2.174 nacimientos. Son un 8,37% menos que en el mismo periodo del año anterior, y un 26% menos si se compara con la primera mitad de 2016, que es antes de ayer. El bajo índice se ve agravado por los 4.593 fallecimientos contabilizados esos seis meses, un 5,93% más que en los seis primeros meses del ejercicio pasado, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es decir, la población guipuzcoana sigue menguando y envejeciendo, dado que cada día nacen 12 bebés y mueren 22 personas.
Sin embargo, Gipuzkoa no es el único territorio que se queda sin niños. En todo el Estado apenas nacieron 159.705 entre enero y junio, que son casi un millar menos que doce meses antes (976). El dato guipuzcoano contrasta con el de los otros dos territorios históricos vascos, que tienen un saldo positivo aunque la ganancia sea mínima: Álava, con 1.141 nuevos alaveses, gana un 0,9% respecto a hace doce meses; y Bizkaia, con 3.388 vizcaínos recién llegados al mundo, suma a la causa un 0,8% más. La mayor actividad en los paritorios vizcaínos y alaveses permite suavizar la caída en Euskadi, que se queda en un 2,34%, con 6.704 nacimientos.
Salvo un giro radical de aquí a final de año, Gipuzkoa se dispone a superar el peor balance anual de nacimientos en casi medio siglo, ya que ese hito se registró en 2021 con 4.932, según publicó hace dos meses el Instituto Vasco de Estadística (Eustat). Solo tres provincias empeoran el 8,37% guipuzcoano: Segovia (-14,17%), Guadalajara (-13,19%) y León (-9,2%).
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Un repaso a la evolución demográfica en Gipuzkoa permite hablar de una notable depresión. En 1975 nacían 37 bebés cada día en el territorio. Hace diez años, en 2012, eran 19. Hace seis ejercicios, en 2016, el primer semestre se cerró con una media de 16 nacimientos al día. Esta cifra ha decaído un 25% en solo seis años, hasta llegar a los 12 alumbramientos diarios entre enero y junio. El dato recogido en la estadística estatal publicada ayer confirma que la natalidad no levanta cabeza en Gipuzkoa.
Las cifras del INE también muestran la cada vez mayor edad de las guipuzcoanas que deciden ser madres. Así, si hace seis años solo 18 niños habían nacido de mujeres cuya edad se encontraba entre los 45 y los 49 años, en 2022 esa cantidad se ha visto incrementada hasta los 30 alumbramientos. Más de la mitad de las que han dado a luz tienen entre 30 y 34 años (37,5%) o entre 35 y 39 (32,5%). Les siguen el grupo de 25 a 29 años (13,1%) y el de 40 a 44 (10,2%).
12 bebés nacen cada día en Gipuzkoa, frente a las 22 muertes que se registran.
4.593 personas han muerto en el territorio en el primer semestre del año, un 5,93% más que en 2021.
La tendencia al alza de la edad materna obedece a distintos factores. Por un lado, a que ha llegado a esta etapa vital la generación de los años 90, cuando la fecundidad cayó a mínimos tras el bum de los 70 en el Estado. Además, el hecho de que la media de paro juvenil doble a la europea, junto a la precariedad del empleo en jóvenes así como al precio de la vivienda por las nubes, hacen que la edad de emancipación se sitúe casi en los 30 años, lo que no ayuda a ser madre. De hecho, solo 111 de los 2.174 nacimientos de Gipuzkoa en el primer semestre fueron de mujeres menores de 30 años. Esto es, un 5% del total.
Y si la estadística de nacimientos no arroja ningún dato positivo, la de defunciones tampoco augura nada bueno en el territorio, que en el acumulado de las 30 primeras semanas de 2022 se apunta el máximo de muertes desde el inicio de este siglo. Así, 4.593 personas han fallecido en el territorio hasta el 24 de julio, según el INE. Es un 5,93% más que en el mismo periodo de 2021. Lo que supone una media de 22 decesos al día.
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No hay ningún año desde que existen registros territoriales por semanas (año 2000) en los que las cifras hayan sido más altas, ni siquiera durante los periodos más mortales del coronavirus. En 2020 se registraron 4.295 muertes en las primeras 30 semanas del año, y en 2021 se llegó a 4.336.
El envejecimiento de la población, la propia pandemia e incluso las olas de calor pueden estar tras este repunte de muertes. O tal vez haya también otras causas por determinar. Así lo deslizó hace dos semanas el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) cuando en su informe MoMo –el sistema que monitoriza la mortalidad diaria en el país– recogió que en julio habían muerto 9.687 personas, cinco veces más que la media histórica de ese mes (1.844).
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