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L. OCHOA / A. S. JIMÉNEZ
Lunes, 4 de julio 2022, 21:10
Como cada 7 de julio desde hace 14 años, decenas de personas se han concentrado este lunes en Pamplona para recordar a Nagore Laffage, la joven irundarra de 20 años que murió asesinada en 2008 en el día de San Fermín a manos de Diego Yllanes, condenado a doce años y medio de prisión por homicidio. Varias pancartas en la que se podía leer 'Nagore no te olvidamos', 'Solo si es sí' o 'Por tu ausencia, Nagore, Zure oroimenez' han liderado la concentración, en la que se han mostrado además otros mensajes que denunciaban que su muerte fue un crimen de violencia machista.
En el acto ha participado, como cada año, la madre de Nagore, Asun Casasola, que muy emocionada ha dedicado unas palabras a todos los presentes. «Os doy las gracias por acompañarme en este día, en el que siempre me emociono y cada vez lo llevo peor, pero gracias porque sin vosotros Nagore no existiría y no podríamos luchar para que llegara un día en el que vivamos todos en igualdad. Deseo que todos tengamos unas fiestas en igualdad y que este año no haya ni Nagores, ni Manadas», ha dicho entre lágrimas.
El homenaje, convocado por la asociación Lunes Lilas Navarra, ha tenido lugar a partir de las 19.00 horas de la tarde en en la plaza del Vínculo de Pamplona. En el mismo se ha realizado un aurresku de honor y diferentes actuaciones musicales, y se han colocado velas y flores a una fotografía de la joven fallecida. Asun Casasola ha querido agradecer a las convocantes y ha asegurado que se siente «una madre privilegiada, porque siempre habéis estado ahí, cada vez que pido que me acompañéis estáis. Gracias, gracias al pueblo de Pamplona y gracias a mi gente y a mi familia. Solo puedo decir gracias».
Porque aunque los Sanfermines se han suspendido los dos últimos años por el Covid, la cita para rendir homenaje a la joven no ha fallado ni en los años de pandemia. «Dentro de toda esta desgracia me he sentido afortunada porque tanto en Pamplona como en Irun se han volcado con nosotros y eso me ha dado fuerzas para seguir adelante», aseguró Asun Casasola en una entrevista con este periódico publicada el domingo. En la concentración también han participado representantes de diferentes instituciones navarras, y en el mismo han pedido que el centro de atención 24 horas para la violencia sexual en Navarra reciba el nombre de Nagore Laffage.
Hace 14 años que Nagore se fue, y cuatro desde que el hombre que la mató accedió a la libertad condicional. La sentencia por la muerte de la joven guipuzcoana fue un mazazo para su familia, ya que el jurado encontró a Yllanes culpable de homicidio, y no de asesinato, como solicitaban las acusaciones. «Fue muy duro. El caso de Nagore es uno de los que más se nombra por lo injusto que fue», afirma Asun.
Nagore era una joven que estudiaba Enfermería en Pamplona y que, como todos sus compañeros, salió de fiesta para celebrar San Fermín. Esa madrugada del 7 de julio de 2008 coincidió con José Diego Yllanes y se fueron al piso de él. El jurado estimó que este pensó «erróneamente» que la joven quería mantener una relación y respondió de forma brusca, y que ella, al pensar «erróneamente» que se trataba de un intento de agresión sexual, amenazó con denunciarlo. Yllanes reaccionó violentamente y le propinó una paliza, para después estrangularla. Después se dirigió a una zona boscosa, donde abandonó el cuerpo. El jurado no creyó que hubiese alevosía. « A Nagore le pegaron una paliza, tenía roto el cráneo y golpes por todo el cuerpo. ¿Qué opciones tuvo mi niña de defenderse? No lo entendí entonces y todavía hoy lo sigo sin entender», insiste su madre.
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