La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia (PNV), ha vuelto a defender este miércoles la estrategia propia que llevan semanas trabajando las instituciones vascas, diferenciada del plan de ahorro energético del Gobierno central, con la que, ha ... apuntado, Euskadi aspira a lograr un ahorro en el consumo energético superior al 7% solicitado por la Unión Europea como prevención ante posibles cortes de suministro desde Rusia en los próximos meses. Un objetivo que explica las restricciones que ha aprobado esta semana el Ejecutivo de Pedro Sánchez y que deberían entrar en vigor el próximo martes, como la limitación del aire acondicionado a 27º como norma general, de la calefacción en invierno a 19º, el apagado de las luces de escaparates, monumentos y edificios públicos a partir de las 22.00 horas, o el cierre obligatorio de puertas en oficinas, comercios y locales que tengan el aire acondicionado puesto, entre otras.
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Como ha anticipado DV, Euskadi se ha desmarcado del plan de Sánchez y no obligará a adoptar estas medidas ni, en consecuencia, sancionará por no acatarlas. Preguntada por esta decisión durante una visita a la depuradora de Aduna en la que ha presentado un plan de inversiones de 900 millones de euros en planificación hidrológica hasta 2027 para hacer frente a inundaciones y sequías, Tapia ha subrayado que «Euskadi es ejemplar en el impulso de la eficiencia energética; llevamos 40 años trabajando en este campo y en el de la descarbonización, y seguimos haciéndolo con medidas estructurales de largo alcance». Respecto a las decisiones concretas aprobadas por el Gobierno central, en principio de obligado cumplimiento, ha asegurado que el País Vasco «va a alcanzar el objetivo del 7%, pero de otra manera». Incluso ha ido más lejos al preguntarse «¿por qué el 7% y no más? Seamos ambiciosos y aspiremos a lo máximo posible».
Y es que el desmarque vasco al plan de Sánchez no se debe al fondo de la cuestión (consumir menos y de manera más eficiente), sino a la forma. El Gobierno Vasco discrepa del carácter imperativo de las medidas y de la imposición de sanciones y defiende la concienciación y sensibilización ciudadana. «La ciudadanía vasca está muy concienciada ante el cambio climático y la preservación del medio natural y sabe actuar con responsabilidad de forma voluntaria», ha recalcado la consejera. En este sentido, ha indicado que en sus directrices «la propia UE habla de compromisos voluntarios» y que «solo en situaciones de emergencia, como el caso de que llegue a cortarse el suministro, habría que tomar medidas extraordinarias de obligado cumplimiento».
Sobre las medidas en sí, ha vuelto a cuestionar la eficacia de algunas decisiones y a recordar que algunas de ellas pueden tener efectos negativos secundarios. Así por ejemplo, sobre la obligatoriedad de mantener cerradas las puertas y ventanas si está el aire acondicionado puesto, ha recordado que la pandemia sigue activa y que «es conveniente airear los espacios cerrados», o sobre los apagones nocturnos, ha defendido que «las calles deben seguir siendo seguras tras los avances que se han logrado en los últimos años en acabar con los puntos oscuros en pueblos y ciudades». «Medidas de eficiencia energética hay muchas y debemos conjugar el ahorro con una iluminación suficiente», ha recalcado.
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A. ANSA / M. CALVO / A. EGUREN
Tapia ha abogado una política energética basada en la «concienciación» y la «flexibilidad», adaptando las condiciones a cada circunstancia. «No debe pedirse la misma temperatura a una residencia de ancianos o un hospital que a un colegio o instituto», ha apuntado. Al mismo tiempo, ha defendido la necesidad de «escuchar» a algunos sectores, como la hostelería, «que han sufrido mucho durante la pandemia», y sobre los que podrían aplicarse otras medidas que no sean tener las puertas cerradas o la climatización limitada.
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La responsable vasca de Medio Ambiente ha remarcado que la postura vasca no va en contra de la estrategia del Gobierno central. Todo lo contrario, está alineada en los objetivos, aunque no en la concreción de cómo alcanzarlos. De hecho, ha señalado que en la Conferencia Sectorial de Energía de la semana pasada «se habló de que las administraciones públicas debíamos dar ejemplo, que el Estado iba a tomar medidas y que las comunidades debíamos colaborar, y que cada administración debía usar al máximo de sus posibilidades los recursos para reducir el consumo energético y acelerar los proyectos de energías renovables. Y Euskadi está compometida en estas tres cuestiones», ha sentenciado.
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