Hacía más de un lustro que Gipuzkoa no registraba un foco de tuberculosis bovina como el que acaba de ocurrir en Deba. En concreto, el último gran brote de estas características se dio hace unos seis años, según los registros que maneja el Departamento de ... Equilibrio Territorial Verde de la Diputación, que anualmente lleva a cabo un seguimiento de la enfermedad en las explotaciones ganaderas del territorio. Pero no siempre se pueden evitar estos focos, como ha ocurrido en el caso de la ganadería de Deba, Marqués de Saka, que ha tenido que sacrificar 160 cabezas de ganado por un brote que no pudieron controlar. Este foco, el primero en Gipuzkoa en los últimos seis años, se convierte además en el primero de todo el Estado este 2025.
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La tuberculosis bovina es una enfermedad a erradicar. A fin de cuentas, la transmisión de esta infección por cualquiera de las especies de microbacterias del 'complejo mycobacterium tuberculosis' constituye «un problema de salud pública», advierten desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, a quien desde la Diputación tienen la obligación de notificar cualquier caso que detecten en animales bovinos, bisontes, cérvidos, cabras o camélidos. Solo el último año, la institución foral hizo seguimiento sobre 17.500 cabezas de vacuno en casi 900 explotaciones. Es la estrategia a seguir para prevenir este tipo de enfermedades en animales y, en caso de detectarlas, acabar con ellas.
Aunque la comisión europea declaró en 2022 a Euskadi como región libre de tuberculosis bovina, eso no significa que encontrar un foco sea imposible en el País Vasco, tal y como ha quedado demostrado con el reciente caso de Deba. A la ganadería de Asier Arrizabalaga no le ha quedado otra opción que eliminar todas sus reses, en un sacrificio masivo que ha acabado con el mayor referente vasco de festejos taurinos. Si bien la enfermedad apareció en esta ganadería el año pasado, ha resultado imposible controlarla a lo largo de los últimos meses y no ha habido otra opción que terminar con las 160 reses que quedaban en esta explotación de Deba. Así, es el último foco registrado en el conjunto del Estado el pasado año y el primero de este ejercicio. En enero se detectó algún caso en una explotación de Mutriku, donde trabaja el hermano del propietario de Deba, por lo que se considera que son de la misma explotación. En 2024, a nivel estatal hubo 26 brotes confirmados, solo uno en Euskadi, el de Deba.
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Terminar con todas las reses es la medida que recoge la normativa europea en casos de tuberculosis bovina. Si la incidencia dentro de la explotación es superior al 1% hay que eliminar todos los ejemplares de la ganadería. Pero España también tiene su propio programa de erradicación de la tuberculosis bovina. Los criterios de aplicación de vaciados sanitarios tras la confirmación de infección en una explotación ubicada en regiones oficialmente libres para este 2025, según explican desde la Diputación, establece que «para velar por el interés general, evitando la persistencia de la infección y el riesgo de contagio a establecimientos sanos, cuando aparezca una unidad epidemiológica considerada infectada se procederá a su vaciado sanitario».
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El motivo que explica esta medida son los riesgos de transmisión al ser humano que existen. La exposición a la tuberculosis bovina por aerosol «se considera la vía más frecuente de infección en los animales, pero la infección por ingesta de material contaminado también es posible», explican desde el Ministerio Agricultura, Pesca y Alimentación. Tras la infección, «pueden aparecer granulomas nodulares no vasculares denominados tubérculos». Estas lesiones tuberculosas características «tienen lugar con mayor frecuencia en los pulmones y en los ganglios linfáticos retrofaríngeos, bronquiales y mediastínicos. También pueden hallarse lesiones en los ganglios linfáticos mesentéricos, el hígado, el bazo, las superficies de las serosas y otros órganos».
España se plantea la erradicación de la tuberculosis para el año 2030, esto es, dentro de un lustro. Actualmente la prevalencia de tuberculosis en el Estado es baja, del 1,40%. Según los últimos datos disponibles, la comunidad con la tasa de incidencia más alta es Extremadura, con un 4,56%, según la estadísticas de 2023. Le sigue Madrid (2,55%) y Castilla y León (2,11%). El objetivo es que esta tasa no supere el 0,1% en 2030 en el conjunto del Estado.
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