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Alexis Algaba
San Sebastián
Lunes, 25 de marzo 2024
Se han convertido en un elemento más a tener en cuenta en la rutina diaria de los conductores, y la mayoría los conoce de memoria. Hablamos de los radares que se encuentran colocados en los laterales de las carreteras de Gipuzkoa. Quien viaja de Tolosa, ... por ejemplo, a Donostia, conoce al dedillo los dispositivos instalados en la N-I, la GI-11 y la GI-20, y los que van de Zumaia a la capital saben que tienen que reducir la velocidad en la curva de Bedua si no quieren ser cazados por el radar más 'multón' de la red viaria vasca, el de 80 kilómetros por hora instalado en la AP-8. Muchos creen que, definitivamente, hay muchos radares instalados en la red viaria guipuzcoana. Pero, ¿los datos pueden refrendar que eso es así?
Gipuzkoa contaba a cierre de 2023 con 94 radares de control de la circulación instalados según el tercer Observatorio de Radares del proveedor de asistencia a la conducción Coyote. Una cifra que va repuntando año tras año y que a cierre del pasado curso se reparten en 87 radares fijos y 7 de semáforo -los que cazan a aquellos conductores que los cruzan en rojo-. Fuera de esta lista se quedan los radáres móviles de los que disponen Ertzaintza y la Guardia Municipal de San Sebastián, por lo que la cifra estaría más próxima al centenar de dispositivos. Esos 94 dispostivos de control de la circulación suponen la cuarta cifra más alta por provincias en todo el Estado, solo superado por Barcelona (473), Madrid (232) y Girona (128).
Es difícil encontrar en el conjunto del Estado otra provincia con más radares por habitante. Si hubiera que repartirse esos sensores entre los habitantes, tocaríamos a uno por cada 7.500 habitantes, una cifra solo superada por Girona, donde la división daría para un radar por cada 5.900 ciudadanos.
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En Bizkaia, que suma 90 dispositivos, la media sería de uno por cada 12.600 habitantes, mientras que Barcelona apunta uno entre 11.800 y Madrid, uno cada 28.600, es decir cuatro veces más que en Gipuzkoa. Cantabria, que dispone según el observatorio de 15 radares, deja una media de un dispositivo por cada 39.000 personas.
Varios factores se encuentran detrás de estas cifras. Por un lado, el aumento en inversión en seguridad vial de Tráfico, cuya competencia está transferida a Euskadi, por lo que el diseño de las estrategias de seguridad y prevención, entre ellas la de la reducción de la velocidad en tramos sensibles, se gestiona desde el Ejecutivo vasco. Y también la recaudación de las sanciones, evidentemente. Pero también hay que tener en cuenta que son carreteras de mucho tránsito al ser el enlace con el resto de la península desde Francia y que, en total, la red de carreteras de Gipuzkoa es extensa.
Según datos de la propia Diputación de Gipuzkoa en su informe sobre aforos en sus carreteras en 2022, la suma de la red de interés preferente y la red básica y la red comarcal y local de carreteras, eleva a 1.321 los kilómetros que reúnen las vías más utilizadas del territorio. La red de interés preferente la componen vías como la AP-8, A-15, N-I, N-121-A, A-636, N-634, N-636 y N-638. En total, 286 kilómetros. La red básica la componen vías secundarias como la GI-20, la GI-11 o la GI-636, en un total de 124 kilómetros. Y en último lugar están las redes comarcales y locales, con 295 y 616 kilómetros respectivamente.
Por tanto, cada conductor que viaje por carreteras guipuzcoanas se puede topar con un radar de media cada 14 kilómetros de recorrido. Evidentemente la concentración es más alta en vías rápidas y también en el entorno urbano de Donostia. Así las cosas, la media resulta alta en comparación con la mayoría de las provincias, salvo Barcelona, donde se puede identificar un radar cada 8,3 kilómetros. En Cantabria, por ejemplo, sur red regional de carreteras suma 2.015 kilómetros y con apenas 15 radares, según el observatorio de Coyote, la media quedaría en un dispositivo cada 134 kilómetros.
En lo que respecta a comunidades, Euskadi es la cuarta con mayor número de radares (233) solo por detrás de Cataluña (742), Andalucía (372) y Castilla y León (333).
El Observartorio de Radares 2023 destaca también que en España se ha producido un incremento del 4% en el número de radares de tráfico en el último ejercicio y que, actualmente, las redes viarias cuentan con 2.941 detectores: 2.095 fijos, 433 de semáforo, 168 de tramo y 245 de cinturón y móvil (vigilan a los conductores que no llevan la protección de seguridad o utilizan el teléfono al volante).
En el conjunto de Euskadi, el radar que más multa en los últimos años es el situado en la AP-8 en la curva de Bedua, entre Zumaia y Zestoa. Un dispositivo muy rentable y que ya en 2020 desbancó al anterior detector más sancionador, el situado en los túneles de Aiete en la GI-20 en Donostia. En 2023 el radar de Bedua totalizó 26.233 denuncias y acumula 124.281 sanciones en los últimos cuatro años.
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