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«Nunca había visto un incendio así. En San Martin de Unx hay un cristo montado, el fuego es terrible. No creo que haya visto nunca cinco fuegos simultáneos y que se van expandiendo a esa velocidad», exclama al otro lado del teléfono Karlos Martí, ... cabo del parque de San Sebastián. El fuego avanza imparable en Navarra y Martí apenas tiene tiempo para contar cómo han sido estas casi diez horas que lleva junto a otros cuatro efectivos voluntarios (Oskar, César, Ion y Aitor) que se han desplazado desde la capital guipuzcoana este domingo luchando contra las llamas.
«A las seis de la mañana nos hemos movilizado con un camión y una bomba rural y hemos llegado a San Martin de Unx, donde el fuego ha llegado a las casas. Había columnas de humo. Hemos tenido que ir casa a casa», relata. «Lo peor es ver cómo el fuego que habíamos apagado vuelve. Hay frentes de varios kilómetros y las llamas arrasan todo lo que ya habíamos salvado. Cuando parece que está controlado llegan rachas de viento», se lamenta.
La envergadura de los incendios declarados en varios puntos de la geografía foral y los fuertes vientos ha arrastrado por el aire el humo de los incendios. «En total seremos unos 400 bomberos los que hemos venido a colaborar y eso que Navarra tiene unas dotaciones muy potentes, son 12 parques. Nosotros hemos venido porque estamos de vacaciones».
La gran pregunta que todo el mundo se hace y que nadie puede responder es cuándo se reducirán las llamas. Martí y su equipo no tienen hora de regreso prevista. «Intentaremos aguantar hasta el próximo relevo o al menos lo que podamos», sostiene. Las condiciones meteorológicas, con viento sur de hasta 30 km/h y temperaturas elevadas, están complicando la situación, hasta el punto de que algunos focos han vuelto a activarse. «Hace mucho calor y sopla viento sur. Estas próximas horas van a ser las más duras en cuanto al calor que va a hacer. El fuego forestal tiene un frente muy amplio», prevé.
El viento, el gran enemigo. «Nosotros esta mañana ya hemos tenido que salir dos veces corriendo porque llegan rachas de viento muy fuertes», señala. Martí se muestra preocupado por la evergadura de los incendios y añade que «estos son fuegos de fondos, pero no veo la meta por ningún lado. Nos tenemos que dar por satisfechos con haber salvado los pueblos. El fuego forestal es más peligroso, esas zonas ya se dan por perdidas. Ahí es donde están trabajando los medios áéreos para intentar bajar la intensidad».
Los servicios de emergencia confían en que el viento previsto esta noche de componente norte pueda servir de ayuda, pero «habrá que ver. Puede ocurrir que el viento empuje el fuego hacia zonas que no se habían quemado».
En estos momentos se mantienen activos y fuera de control el que se inició en Obanos y que ha ido desplazándose hacia el norte (preocupa especialmente la situación en el entorno de Arguiñáriz) y el declarado la pasada noche, que ha obligado a desalojar a los vecinos de San Martín de Unx y, este mediodía, a los de Ujué.
Varios efectivos del servicio foral de bomberos de Gipuzkoa también han luchado contra el fuego en San Martín de Unx. Mikel Zubeldia hace de portavoz de sus cinco compañeros. «El fuego ha sido muy fuerte. Hemos conseguido que no entre el pueblo, pero todos los alrededores se han calcinado». Las labores han sido muy duras porque el «viento era cambiante y el terreno estaba muy seco. Lleva mucho tiempo sin llover». A última hora de este domingo les ha relevado otro equipo llegado de Gipuzkoa. Reconocen estar «muy cansados, reventados y frustrados. Lo peor es que no vemos la salida. Nos hemos dejado la piel, pero nos ceñimos a hacer lo nuestro porque no damos abasto». Zubeldia advierte de que en la zona forestal «el fuego está descontrolado y va a ser difícil controlarlo. A nosotros por suerte nos han ayudado los medios aéreos, porque sin ellos habría sido impensable contener el fuego».
También exhausto pero aún con la adrenalina disparada se encuentra uno de los bomberos de un parque de Oronoz-Mugairi que esta madrugada se ha enfundado su traje y se ha presentado para ayudar a sus compañeros. «Estos fuegos son de interfaz, es decir, se mezclan viviendas y fuego forestal. En estos incendios grandes no tenemos capacidad de extinción. Solo intentamos salvar vidas», cuenta este profesional.
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El día de hoy no está siendo sencillo en la Comunidad Foral. «Lo que estamos intentando es sujetar el fuego para que no se expanda. Ahora parece que ha bajado la temperatura, pero sigue habiendo mucha sequedad y viento, que es el peor enemigo», reitera.
Las últimas informaciones apuntan que el frente del incendio forestal de Legarda, en la zona de Arguiñáriz (Guirguillano) ha cruzado el río Arga y avanza hacia el pantano de Alloz. Ibon Elizegi, voluntario de Goizueta, «estuvo desde las cinco de la tarde de ayer y toda la noche trabajando en Guirguillano y Puente la Reina. La situación es mala, muy crítica. Somos nosotros contra el fuego», relata este voluntario de Goizueta que se ha desplazado para echar una mano junto a otros tres bomberos.
Llegaron ayer a la zona afectada con un camión y una bomba rural y esta mañana otros tres efectivos han tomado el relevo. «Está todo muy seco. Lo que hemos estado haciendo es intentar que no llegue a núcleos urbanos. Hemos estado diez bomberos en Guiguiñano haciendo un contrafuego. Es decir, cuando viene el fuego de frente, lo controlas con más fuego nuestro para de alguna manera hacerlo retroceder. Para ello, el viento tiene que estar a tu favor, no tiene que haber pendiente, hay que tener suficiente agua y varios efectivos. Esta técnica la hemos realizado y se ha podido salvar el pueblo», explica.
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