Foto: Trabajos de limpieza en Bera esta mañana. Vídeo: La tromba caída de madrugada. Vídeo: CARLOS POMBAR. Foto: Alicia del Castillo
Meteorología

Recuento de daños tras la histórica gota fría

Bera y Lesaka se llevan la peor parte de unas lluvias torrenciales que dejaron hasta 244 litros en tres horas. La crecida del Urumea causa afecciones en Hernani y Astigarraga

Beatriz Campuzano

San Sebastián

Sábado, 20 de mayo 2023

Una gota fría imprevista y que ha marcado registros históricos de precipitaciones en algunos puntos del sureste de Gipuzkoa y el norte de Navarra, con hasta 244 litros por metro cuadrado en el embalse del Añarbe, deja un cuantioso reguero de daños en Bera, ... Lesaka o Arano. Los vecinos tardarán en olvidar la impresionante tromba de agua que descargó en la madrugada de este sábado. Fueron apenas tres horas en las que el cielo se desplomó sobre la tierra, aunque lo hizo de forma tan localizada en puntos concretos que dejó contrastes como que en una distancia de apenas 5 kilómetros en línea recta -los que separan Irun de Bera- se registraran diferencias de precipitación de hasta 120 litros. Si la localidad de Bortziriak sufrió graves inundaciones que, por fortuna, no provocaron daños personales, en la ciudad fronteriza ni siquiera llovió en toda la noche.

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Las localidades que se llevaron la peor parte de esta gota fría -de la que apenas había noticias hasta que a última hora del viernes organismos como Aemet o Euskalmet lanzaron sendos avisos ante la previsión de precipitaciones intensas de madrugada- fueron las de la comarca navarra de Bortziriak, con Bera, Lesaka y Arano como las más afectadas. No obstante, algunas localidades de Gipuzkoa como Hernani o Astigarraga también sufrieron las consecuencias de la crecida del río Urumea, aunque las afecciones se limitaron a zonas deshabitadas como huertas o el campo de rugby hernaniarra de Landare, escenario habitual de inundaciones. Asimismo, el río Oria también se desbordó en algunos puntos de Andoain y Lasarte-Oria.

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«Parecía el fin del mundo, llovía sin parar. Han sido solo unas horas, pero la lluvia era torrencial», relataba a este periódico una vecina de Bera, aún con el susto en el cuerpo y sin haber podido pegar ojo en toda la noche. «Me he asomado a la ventana y he visto que la calle Altzate era como un río», apuntaba Joxe Zubieta, un veterano beratarra que aseguraba no haber visto algo así en toda su vida. «Lo más sorprendente es saber que a pocos kilómetros de aquí ni siquiera ha llovido, es impresionante que se haya concentrado tanta lluvia en un mismo punto». A primera hora de la mañana, Bera era un ir y venir de vecinos que trataban de achicar agua de viviendas, garajes y locales. También se afanaban en limpiar las calles, convertidas en un barrizal tras el paso de la riada que provocó el desbordamiento de la regata Zia a su paso por la localidad navarra.

Los vecinos limpian las calle de Bera tras la lluvia torrencial que ha caído esta madrugada. Alicia del Castillo

En Lesaka los daños estuvieron más concentrados en algunas calles, pero el susto fue aún mayor en un grupo de viviendas que vieron cómo sus plantas bajas quedaban totalmente anegadas tras un desprendimiento de tierras que provocó el desborde de un canal. Los bomberos tuvieron que acudir al rescate pertrechados con hachas para romper puertas y ventanas y abrir vías de agua que permitieran a los vecinos abandonar sus viviendas. Otro desprendimiento dejó al pueblo de Arano incomunicado por carretera.

Antes de lo esperado

Juantxo Cisneros, sargento de los Bomberos de Navarra y coordinador del puesto de mando que afrontó las lluvias torrenciales, explicaba a este periódico que el aviso rojo de Aemet por precipitaciones intensas llegó a última hora y preveía la principal descarga de agua «en torno a las 6.00 de la mañana», por lo que fue «una sorpresa» que en algunos puntos la tromba de agua llegara alrededor de las 1.30 horas.

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Los «chubascos localmente muy fuertes», tal y como los definió Euskalmet, barrieron la muga entre Gipuzkoa y Navarra y fueron «muy activos y estáticos», lo que provocó que se marcaran récords históricos como los 244 litros recogidos en el embalse de Añarbe en apenas tres horas, una cantidad de agua que no se había registrado nunca ni siquiera en una jornada completa. La tormenta barrió el sureste de Gipuzkoa, aunque no se produjeron afecciones tan graves como las registradas en la comunidad foral. La crecida de los ríos, especialmente el Urumea, a primera hora de la mañana preocupó a los servicios de emergencia, pero el riesgo no pasó a mayores y se fue reduciendo a medida que avanzaba la mañana. Lo paradójico es que en algunos puntos de Gipuzkoa a esas horas brillaba el sol y no había ni rastro de lluvia, como en el caso de Donostia e Irun. Aunque en San Sebastián se hizo patente la fuerza de las lluvias caídas en la parte alta del Urumea al llegar el río totalmente marrón a su desembocadura.

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En puntos concretos de Gipuzkoa la situación llegó a ser preocupante a primera hora de la mañana. La estación de Euskalmet en Ereñozu, en Hernani, llegó a alcanzar el nivel rojo de alerta. Las estaciones de Lasarte, Andoain y Belauntza llegaron al nivel amarillo a primera hora de la mañana. Con el paso de las horas la situación fue mejorando con el descenso de los caudales de los ríos, aunque hubo que mantener la atención por los desprendimientos que podía provocar la gran cantidad de lluvia caída sobre laderas y montes, como ocurrió en la carretera que une Hernani con Goizueta, que tuvo que ser cerrada durante todo el día, o un bidegorri en Tolosa. Además, la A-15 tuvo que ser cortada durante una hora en Villabona a la altura del túnel de Oindolar, por la presencia de balsas de agua y barro.

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Pocas veces se habrán producido contrastes tan elevados en los registros de precipitaciones máximas diarias de las estaciones de Euskalmet o Aemet. La palma se la llevó el embalse del Añarbe con ese récord histórico de 244 litros por metro cuadrado en apenas tres horas, mientras que la estación de Aemet en Arano recogió 217 l/m2 y la de Bera 116 l/m2. En Gipuzkoa, la Agencia Vasca de Meteorología registró 96,6 litros en Berastegi, 74,4 en Belauntza, 65,8 en Hernani (Ereñozu), y 60 en Andoain. Pero es que las estaciones de Euskalmet en Donostia u Hondarribia no registraron ni un solo litro de lluvia, al igual que la de Aemet en Irun.

De 1.30 a 5.30 horas

La tormenta torrencial se concentró entre las 1.30 y las 5.30 horas, en el corredor de la muga entre Navarra y Gipuzkoa, afectando de manera especial a Arano, Goizueta y Bera, donde se desbordó la regata Zia y obligó a los vecinos a esforzarse para achicar agua y tratar de salvar los electrodomésticos y el género que guardaban en comercios, bajeras y garajes. Muchos vehículos también fueron arrastrados por la riada o quedaron sepultados en el fango. Desde primera hora de la mañana, los vecinos de Bera tiraron de 'auzolan' para limpiar las calles y evaluar los daños. El Ayuntamiento habilitó un punto de información en Beralandeta para atender a todos los vecinos que lo necesitaran. La parte positiva de que la tromba de agua cayera de madrugada es que los vecinos estaban en sus casas, lo que minimizó el riesgo de que se produjeran daños personales.

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La delegada de Aemet en Euskadi, Margarita Martín, definió como una «gota fría» el fenómeno que provocó las lluvias torrenciales en la muga entre Gipuzkoa y Navarra, mientras que Euskalmet lo calificó como un «fenómeno extremo de precipitación».

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