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Tras casi 12 años al frente de la Diócesis de San Sebastián, José Ignacio Munilla abandonará Gipuzkoa tras ser nombrado por el papa Francisco, este martes, obispo de Orihuela-Alicante. El prelado guipuzcoano ha ofrecido este mediodía una rueda de prensa, que ha arrancado con el rezo del Ángelus, para confirmar su nuevo nombramiento, del que se venía rumoreando a lo largo de la mañana. Munilla ha informado de que su toma de posesión será el 12 de febrero, «y hasta entonces espero continuar como administrador de la Diócesis de San Sebastián». El 6 de febrero celebrará una eucaristía de acción de gracias en la catedral del Buen Pastor de Donostia. «Doy gracias a Dios por estos 12 años como obispo de San Sebastián», ha dicho Munilla, quien ha enviado un vídeo de saludo a sus nuevos feligreses alicantinos y que finaliza con un «yo ya rezo por vosotros».
La intención del Vaticano es repetir el proceso de relevo que ya ensayó en Bilbao con la sustitución de Mario Iceta por Joseba Segura: es decir, la cabeza de la Diócesis de Gipuzkoa quedará vacante hasta que se designe al nuevo obispo, dirigida temporalmente por quien decida el Colegio de Consultores Guipuzcoano que está previsto que se reúna hoy mismo. Las hipótesis de candidatos apuntan que el sustituto de José Ignacio Munilla será vasco.
La Diócesis de Orihuela-Alicanta, nuevo destino del obispo Munilla abarca una demarcación de 1,6 millones de habitantes, cuenta con 307 sacerdotes, 214 parroquias, 32 seminaristas, 1.958 catequistas, 459 religiosas y religiosos, 74 misioneros y 11 monasteriores.
Munilla sustituyó en el cargo a monseñor Uriarte y ofreció su primera misa en enero de 2010 después de abandonar la diócesis de Palencia. Cinco autobuses de feligreses llegaron a San Sebastián procedentes de la capital palentina.
Más sobre el relevo de Munilla
La Iglesia española se está enfrentando a un proceso de renovación por la próxima jubilación de al menos una treintena de arzobispos y obispos por lo que desde el Vaticano llevan un tiempo inmersos en un proceso de relevos que podría afectar de lleno al Obispado de San Sebastián. Hace un par de meses se rumoreó que Munilla podría ocupar el cargo de obispo de Zamora aunque en aquella ocasión fuentes de la diócesis señalaron que «nadie le ha llamado».
La rumorología comenzó a tomar forma el 18 de septiembre, día en el que la cúpula eclesiástica de España se reunió con el papa Francisco para hablar de la situación de la Iglesia en el país. Aquel encuentro llevó a una segunda cita en la que se habló de la reestructuración de la Iglesia española. La renovación comenzó en octubre el traslado del obispo de Bilbao, Mario Iceta, a la diócesis de Burgos. El Vaticano nombró a Joseba Segura prelado de la diócesis de Bilbao.
De esta manera, el obispo Munilla cerrará una etapa de más de diez años frente a la dióciesis de San Sebastián. Su llegada estuvo rodeada de una importante controversia, ya que parte de la Iglesia guipuzcoana se mostró contraria a su nombramiento. El 77% de los párrocos guipuzcoanos hicieron llegar a Munilla una carta con su preocupación por el estilo pasatoral que iba a imponer en el clero guipuzcoano, ya que pedían que se contiunara siendo fiel «al espíritu del Concilio Vaticano II» iniciado en 1959, que estableció una línea más apegada a la evolución de la sociedad.
Durante su obispado, la diócesis de San Sebastián ha reconocido el primer caso de abusos en la Iglesia vasca. Munilla tuvo que hacer frente al caso de abusos sexuales a menores por parte Juan Cruz Mendizabal 'Kakux', que anteriormente fue nombrado vicario general de la Diócesis por el propio Munilla. Un caso que conmocionó a la sociedad guipuzcoana.
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