Ertzainas observan el vallado colocado en la base de la torre en la que se electrocutó un niño en Usurbil. Borja Luna

Accidente en una torre eléctrica de Usurbil

La ley exige al propietario de la torre en la que se electrocutó el menor fallecido un informe del accidente antes de tres meses

Ninguna estructura de alta tensión de los polígonos de Usurbil muestra tanta facilidad para ser escalada como la del siniestro

Aingeru Munguía

San Sebastián

Lunes, 17 de marzo 2025, 06:27

Ninguna otra torre de alta tensión ubicada en los polígonos industriales de Usurbil es tan accesible como la del siniestro que provocó la muerte del niño de 11 años electrocutado ... . La normativa de seguridad de estas infraestructuras eléctricas no exige un perímetro cercado alrededor de estos colosos metálicos para alejar a la ciudadanía, pero sí exige señalar claramente el peligro y poner los medios para evitar su escalamiento. Y, en caso de accidente, el dueño de la instalación deberá realizar un informe antes de tres meses. El juez de instrucción y la Ertzaintza deberán determinar si los responsables de la torre cometieron algún delito para que se pudiera producir el trágico suceso o si, por el contrario, cumplieron con la normativa.

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La torre de alta tensión donde se produjo el fatídico incidente el día 8 permanecía ayer protegida por un doble vallado, uno metálico y otro de plástico naranja, para que los curiosos no se acercaran. Pero el día del siniestro la torre, aunque en una zona retirada próxima al río Oria, fue escalada sin problemas por el niño fallecido, su prima de 15 años y por las dos personas que se acercaron a socorrerles.

Algunas de estas condiciones de seguridad se recogen en el Real Decreto 223/2008, de 15 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento sobre condiciones técnicas y garantías de seguridad en líneas eléctricas de alta tensión. En la norma se indica que estas instalaciones deberán tener inspecciones periódicas cada tres años.

En caso de accidente, «el propietario de la línea deberá redactar un informe que recoja los aspectos esenciales del mismo» y, «en un tiempo no superior a tres meses», deberá remitir al órgano competente de la Comunidad Autónoma, «copia de todos los informes realizados». Las sanciones por cualquier irregularidad cometida en la materia se regulan por la Ley 21/1992, de 16 de julio, de Industria, que fija multas de hasta 60.000 euros por las infracciones leves, hasta 6 millones de euros para las graves y de hasta 100 millones de euros para las muy graves. Unas cuantías que se establecen en función de la importancia de los daños causados, la capacidad económica del infractor, su intencionalidad y la reincidencia, entre otros factores.

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La torre en cuestión no dispone de un cerramiento que aleje a los viandantes de las escaleras, algo que ocurre con prácticamente todas las torres de alta tensión. La normativa no exige esta franja de alejamiento aunque sí es una medida recomendable.

Lo que sí exige la normativa es mantener una distancia respecto a los edificios, disponer de «una señalización clara del riesgo eléctrico con peligro de muerte» e incorporar barreras que «dificulten el acceso» efectivo a la parte alta de la torre, según explicó en los últimos días a EiTB Oihane Abarrategi, doctora ingeniera industrial y profesora de Ingeniería Electrónica de la UPV.

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En el caso acontecido en Usurbil Iberdrola afirmó que la torre no era de su titularidad sino de un propietario privado, dueño del terreno donde se levanta. De los requisitos de seguridad que exige la normativa el que está realmente en cuestión en este caso son las medidas para evitar el acceso a la torre. Tal y como señalaron algunos vecinos a DV la semana pasada la trampilla horizontal colocada en la escalera cilíndrica «no vale para nada. Todos, tanto los niños como los dos adultos que acudieron a auxiliarles, subieron a la torre de alta tensión por la escalera, que es totalmente accesible. Cualquiera entra por ahí».

Un primer aspecto sorprendente es que la escalera comience a menos de un metro del suelo. Cualquiera puede empezar a subir por esta escalera, también un niño de la edad del fallecido. Pero es que la trampilla horizontal, ubicada en el décimo escalón, sirve para advertir a la persona que sube del peligro de muerte, pero no impide que cualquiera siga escalando hacia la parte superior de la torre.

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Otros polígonos

Es una situación que no se registra en las otras torres de alta tensión del polígono Osinalde ni en otros polígonos de la localidad como Zumartegi, Atallu y Ugaldea. Las torres de alta tensión emplazadas en estos industrialdeas son de más altura, normalmente no disponen de una escalera que facilite el acceso a la parte superior y, lo más importante, tienen toda la base protegida con unas planchas metálicas de unos dos metros de altura que impiden empezar a trepar por la estructura.

DV solo detectó ayer una escalera cilíndrica similar a la del siniestro en una torre de alta tensión del polígono de Ugaldea. Es un acceso pegado a las vías del tren y a la sede de la empresa MIG Tratamientos Térmicos. Pero en este caso el comienzo de la escalera no arranca a medio metro del suelo sino a más de dos metros, lo que complica sobremanera cualquier intento de escalamiento de esta estructura, y en la parte final de la escalera existe una trampilla que cierre por completo el hueco para cualquier persona ajena a la zona de alta tensión.

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