![Dos miembros de la Unidad de Desactivación de Explosivos de la Ertzaintza en una entrenamiento en Iurreta.](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/2025/01/28/grafico-tedax-kIQD--1200x840@Diario%20Vasco.png)
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Oskar Ortiz de Guinea y Javier Bienzobas (Gráficos)
Iurreta | San Sebastián
Miércoles, 1 de mayo 2024, 07:00
Quién no ha visto desactivar una bomba en su vida. Aunque sea en una película, dado que el cine de acción ha recurrido en numerosas ocasiones al plano en el que un artificiero suda la gota gorda con su mirada clavada en un temporizador con la cuenta atrás activa, del que salen unos cablecitos, el motivo de su estado de tensión. ¿Y ahora qué? ¿Cuál cortar? ¿El hilo rojo o el azul? Probablemente asociado a este trance, Txema Fernández y José Fernández, los dos agentes más veteranos de la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDE) de la Ertzaintza, fueron obsequiados con una navaja tras finalizar en la academia de Arakaute el segundo curso de desactivadores de explosivos en la historia de la Policía vasca, en 1992. Desde entonces, el obsequio les ha servido más para mondar una manzana que para jugarse el tipo ante un par de cables, y eso que durante dos décadas tuvieron que lidiar con la actividad terrorista de ETA. «Cortar un cable no es una ciencia, y desde luego nunca es nuestro deseo tener que hacerlo porque el riesgo de que la cosa acabe mal es muy alto», aseguran. «La norma es destruir el artefacto explosivo» desde una distancia prudencial, y «no con una tijera». Se consideran «muy buenos», y prueba de ello es que «estamos vivos».
Tras 31 años de actividad, el día a día de estos ertzainas ha cambiado bastante. La lucha armada ya desapareció de nuestras calles y, felizmente, las únicas bombas y proyectiles a los que debe enfrentarse la UDE son vestigios de conflictos bélicos pretéritos, «principalmente la Guerra Civil», que casi en su totalidad permanecen perfectamente activos. Y no les falta trabajo, porque cada año se enfrentan a «casi un centenar» de artefactos, 29 ya en lo que va de año. Esta mirada al pasado cohabita con actividades de defensa nuclear, radiológica, biológica y química (NRBQ), que por suerte hasta la fecha han sido falsas alarmas pero que les obliga a estar al día en formación y equipación.
Unidad de Desactivación
de Explosivos de
la Ertzaintza (UDE)
TRAJE DE DESACTIVACIÓN
DE EXPLOSIVOS
El traje está realizado con un material compuesto por tejido de polímeros sintéticos como el kevlar, el acero y plástico balístico
La parte exterior del traje es repelente al fuego y al agua
Ventilación
forzada
Casco
de kevlar
1
2
9
4
3
5
10
6
7
8
1
CRISTAL PROTECTOR
ANTIEXPLOSIÓN
Fabricado con 3 capas de material acrílico endurecido y 2 de policarbonato
Policarbonato
Material
acrílico
endurecido
2
Chaleco ignífugo refrigerante
(con 1 litro de agua)
3
Panel de control remoto
4
Tirador para quitar el traje
con rapidez
5
Cubremanos blindado
6
Bomba de agua para chaleco
refrigerante
7
Placas internas de acero
o cerámica
8
Cubrebotas de kevlar
9
Equipo de radio
10
TEJIDO MULTICAPA
Aprovechando las características propias de cada material, se consigue paliar las consecuencias de una explosión, siempre que ésta no sea demasiado fuerte
Poliuretano
para absorver las ondas de choque
Compuesto de aramidas antimetralla que resisten 230 ºC
Forro
interior
suave
Armadura interna
de kevlar (un tipo especial de aramida)
PARTE TRASERA
Batería para los dispositivos del casco
Ventilador
Agua
potable
Protección para
la columna
Peso del traje
30
Kg
LA UNIDAD
(UDE-NRBQ-Subsuelo)
56
personas
ROBOT DESACTIVADOR
Se utiliza para manejar, desactivar o explosionar bombas. Su precisión, seguridad y movilidad lo convierten en la mejor herramienta para este tipo de tareas
Consola de control
Se controla desde un ordenador portátil (protegido en el interior de una maleta) con un ‘joystick’. La pantalla ofrece el estado del robot y las imágenes capturadas por las cámaras
Antenas
Cámaras
Brazo
articulado
Ruedas
de alta
adherencia
La parte final del brazo puede intercambiar distintos dispositivos en función de la necesidad del operativo
A
Cañón disrruptor
Proyecta un chorro de micropartículas (también puede proyectar agua) a gran presión, provocando la ruptura del elemento sospechoso, sin llegar a producirse su iniciación
B
Pinza
De gran precisión y robustez, permite agarrar objetos delicados o comprimir con una fuerza de hasta 3,8 Tn.
Rotación
360º
CÓMO ACTUAR SI SE
ENCUENTRA CON
UN PROYECTIL ANTIGUO
La mayor parte de los artefactos hallados son proyectiles de artillería, obuses y granadas de mortero de diferentes calibres, así como granadas de mano y bombas de aviación
Alto riesgo de explosión
El 95% de los artefactos militares de la Guerra Civil encontrados seguían con su carga activa.
El riesgo de que explosionen si se manipulan es muy alto. Además está prohibida su manipulación y almacenamiento
No tocar
No moverlo
Anotar el lugar
del hallazgo
Fotografiar
el artefacto
Marcar el lugar
para que sea visible
Alejarse del lugar
112
Llamar a
emergencias
GRÁFICO: F.J. BIENZOBAS
Unidad de Desactivación
de Explosivos de
la Ertzaintza (UDE)
TRAJE DE DESACTIVACIÓN
DE EXPLOSIVOS
El traje está realizado con un material compuesto por tejido de polímeros sintéticos como el kevlar, el acero y plástico balístico
La parte exterior del traje es repelente al fuego y al agua
Ventilación
forzada
Casco
de kevlar
1
2
9
4
3
5
10
6
7
8
1
CRISTAL PROTECTOR
ANTIEXPLOSIÓN
Fabricado con 3 capas de material acrílico endurecido y 2 de policarbonato
Policarbonato
Material
acrílico
endurecido
2
Chaleco ignífugo refrigerante
(con 1 litro de agua)
3
Panel de control remoto
4
Tirador para quitar el traje
con rapidez
5
Cubremanos blindado
6
Bomba de agua para chaleco
refrigerante
7
Placas internas de acero
o cerámica
8
Cubrebotas de kevlar
9
Equipo de radio
10
TEJIDO MULTICAPA
Aprovechando las características propias de cada material, se consigue paliar las consecuencias de una explosión, siempre que ésta no sea demasiado fuerte
Poliuretano
para absorver las ondas de choque
Compuesto de aramidas antimetralla que resisten 230 ºC
Forro
interior
suave
Armadura interna
de kevlar (un tipo especial de aramida)
PARTE TRASERA
Batería para los dispositivos del casco
Ventilador
Agua
potable
Protección para
la columna
Peso del traje
30
Kg
LA UNIDAD
(UDE-NRBQ-Subsuelo)
56
personas
ROBOT DESACTIVADOR
Se utiliza para manejar, desactivar o explosionar bombas. Su precisión, seguridad y movilidad lo convierten en la mejor herramienta para este tipo de tareas
Consola de control
Se controla desde un ordenador portátil (protegido en el interior de una maleta) con un ‘joystick’. La pantalla ofrece el estado del robot y las imágenes capturadas por las cámaras
Antenas
Cámaras
Brazo
articulado
Ruedas
de alta
adherencia
La parte final del brazo puede intercambiar distintos dispositivos en función de la necesidad del operativo
A
Cañón disrruptor
Proyecta un chorro de micropartículas (también puede proyectar agua) a gran presión, provocando la ruptura del elemento sospechoso, sin llegar a producirse su iniciación
B
Pinza
De gran precisión y robustez, permite agarrar objetos delicados o comprimir con una fuerza de hasta 3,8 Tn.
Rotación
360º
CÓMO ACTUAR SI SE
ENCUENTRA CON
UN PROYECTIL ANTIGUO
La mayor parte de los artefactos hallados son proyectiles de artillería, obuses y granadas de mortero de diferentes calibres, así como granadas de mano y bombas de aviación
Alto riesgo de explosión
El 95% de los artefactos militares de la Guerra Civil encontrados seguían con su carga activa.
El riesgo de que explosionen si se manipulan es muy alto. Además está prohibida su manipulación y almacenamiento
No tocar
No moverlo
Anotar el lugar
del hallazgo
Fotografiar
el artefacto
Marcar el lugar
para que sea visible
Alejarse del lugar
112
Llamar a
emergencias
GRÁFICO: F.J. BIENZOBAS
Unidad de Desactivación
de Explosivos de la Ertzaintza (UDE)
Ventilación
forzada
Casco
de kevlar
Chaleco ignífugo
refrigerante
(con 1 litro de agua)
1
Tirador para
quitar el traje
con rapidez
Panel de
control
remoto
Equipo
de radio
El traje está realizado con un material compuesto por tejido de polímeros sintéticos como el kevlar, el acero y plástico balístico
Bomba de agua para chaleco refrigerante
Refuerzo en
la zona femoral
2
Cubremanos
blindado
Placas internas de acero o cerámica
Peso del traje
30
Kg
Cubrebotas
de kevlar
1
2
CRISTAL PROTECTOR
ANTIEXPLOSIÓN
TEJIDO MULTICAPA
Aprovechando las características propias de cada material, se consigue paliar las consecuencias de una explosión, siempre que ésta no sea demasiado fuerte
Fabricado con 3 capas de material acrílico endurecido y 2 de policarbonato
Poliuretano
para absorver las ondas de choque
Policarbonato
Compuesto de aramidas antimetralla que resisten 230 ºC
Forro
interior
suave
Material
acrílico
endurecido
Armadura interna
de kevlar (un tipo especial de aramida)
Ventilador
Batería para los dispositivos del casco
PARTE TRASERA
DEL TRAJE
Protección para
la columna
Agua
potable
LA UNIDAD
(UDE-NRBQ-Subsuelo)
56
personas
ROBOT DESACTIVADOR
Se utiliza para manejar, desactivar o explosionar bombas. Su precisión, seguridad y movilidad lo convierten en la mejor herramienta para este tipo de tareas
Antenas
Cámara
Cámara
Sistema de control por cable
Brazo
articulado
Ruedas de alta
adherencia
La parte final del brazo puede intercambiar distintos dispositivos en función de la necesidad del operativo
A
B
Cañón disrruptor
Pinza
De gran precisión y robustez, permite agarrar objetos delicados o comprimir con una fuerza de hasta 3,8 Tn.
Proyecta un chorro de micropartículas (también puede proyectar agua) a gran presión, provocando la ruptura del elemento sospechoso, sin llegar a producirse su iniciación
Rotación
360º
Consola de control
Se controla desde un ordenador portátil (protegido en el interior de una maleta) con un ‘joystick’. La pantalla ofrece el estado del robot y las imágenes capturadas por las cámaras
CÓMO ACTUAR SI SE ENCUENTRA CON UN PROYECTIL ANTIGUO
La mayor parte de los artefactos hallados son proyectiles de artillería, obuses y granadas de mortero de diferentes calibres, así como granadas de mano y bombas de aviación
Alto riesgo de explosión
El 95% de los artefactos militares de la Guerra Civil encontrados seguían con su carga activa.
El riesgo de que explosionen si se manipulan es muy alto. Además está prohibida su manipulación y almacenamiento
No moverlo
No tocar
Fotografiar
el artefacto
Anotar el lugar
del hallazgo
Alejarse del lugar
Marcar el lugar
para que sea visible
112
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emergencias
GRÁFICO: F.J. BIENZOBAS
La anécdota de la navaja ilustra bastante bien sus inicios en una unidad que, a su llegada en 1993, se encontraba «bastante descabezada». El primer jefe de la misma, Luis Hortelano, había muerto en 1989, con 33 años, junto a dos Tédax (técnico especialista en desactivación de artefactos explosivos) de la Policía Nacional, tras explotarles la bomba que ETA había dejado en el maletero de un taxi en Zorroza y ellos trataban de desactivar –el próximo día 24 se cumpirán 35 años, y la Ertzaintza le rendirá un nuevo homenaje en su sede de Iurreta–. «Cuando comenzamos –recuerdan–, apenas había nada». Pero ellos lo eran 'todo' para sus compañeros de otras unidades. «Nos llamaban porque había una bomba, y allá íbamos. A veces preguntando el camino o con un mapa. Imagínate en Arrasate a las tres de la madrugada y lloviendo: la patrulla de seguridad ciudadana se tranquilizaba al vernos, y nosotros pensábamos... ¿y ahora qué?», recuerdan con cariño. Siempre tratando de mantener la calma y no trasladar nerviosismo.
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Oskar Ortiz de Guinea
Hoy, un total de 56 personas integran la UDE, una unidad «pequeña» comparada con otras en cuanto a efectivos pero «muy bien preparada». Su jefe es el oriotarra Julián Arruabarrena, Txema Fernández es el subjefe de unidad y Jose Fernández, el responsable de la instrucción. Están en edad de haberse jubilado ya, pero están ultimando la preparación de su grupo, con el fin de que la unidad mantenga su buena dinámica. «Cuando llegamos nosotros, no había ni un folio escrito», rememoran al lado de varios tomos en dos vitrinas. «Los negros son las memorias de cada año y los verdes, manuales que hemos ido haciendo». Al principio, con máquina de escribir y fotografías pegadas. Para documentar todo, solían destripar los artefactos para comprender su funcionamiento y clasificar todo el despiece. «Así, si tras un atentado hallábamos una pieza de un reloj Casio (temporizador) o una rueda dentada, podíamos saber de qué se trataba».
1 /
Hay otro motivo que les mantiene activos: disfrutan con lo que hacen. «Te tiene que gustar para aguantar 31 años» en una unidad, para la que «no hay codazos para entrar». En parte, por el riesgo que entraña, y tal vez también por la larga formación necesaria: si ser ertzaina requiere de nueve meses en la academia de Arkaute, a un Tédax le esperan luego otros doce de formación específica.
Tienen la base en Iurreta, y sendos retenes de dos personas en Gipuzkoa (Oiartzun) y Álava (Arkaute), aunque inician y acaban la jornada laboral en la sede vizcaína. En tiempos de ETA, cuando los Tédax eran solo ocho y solían intervenir por parejas, la acción terrorista les mantenía perfectamente adiestrados. Ahora, su día a día son los artefactos militares antiguos, y el área NRBQ. «Jose en esto fue pionero», valora Txema Fernández. «Al comienzo de los años 2000 vio que el futuro pasaría por esta actividad, y a través de sus contactos pudimos formarnos en la escuela militar de Hoyo de Manzanares (Madrid), y ahora nosotros damos la formación».
La conversación discurre junto al museo donde guardan todo tipo de munición y componentes que han caído en sus manos y no fueron destruidos, incluido un lanzagranadas incautado en Iparralde. Ahora, las armas a las que se podrían enfrentar son más sigilosas y se identifican con las siglas NRBQ, ya sea un ataque yihadista o de otro tipo. «Ojalá nunca tengamos que enfrentarnos a uno, pero debemos estar preparados».
Por ello la UDE ha crecido a 56 efectivos, ya que «mínimo vamos en grupos de 8-10 para hacer todo lo necesario». Acude primero una patrulla Tédax, y en caso de necesidad, requieren la presencia del grupo NRBQ, que dispone de un fugón equipado para intervenir según sea un aviso nuclear, radiológico..., que ensayan cada jueves. Lo primordial es protegerse la vías respiratorias, y usan una botella de aire comprimido. Ya han actuado «algunas veces», siempre por «falsas alarmas» que no han publicitado «para no crear alerta social», aunque desplegaron su protocolo, aislando a toda persona que hubiera tocado la sustancia sospechosa: un líquido, unos polvos. «Debemos estar preparados».
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