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Óscar Mayor y Oihan Picabea, miembros de Buceo Donosti, junto a agentes de la Guardia Civil, tras retirar ayer la red de Pasaia. Arizmendi

Retiran la red de 700 metros cuadrados del fondo de Pasaia

Una operación organizada por la Guardia Civil, en la que intervino una veintena de efectivos, permite retirar la red abandonada en Jaizkibel

Elena Viñas

Pasaia

Viernes, 20 de octubre 2023, 02:00

Hicieron falta más de dos horas y la participación de una veintena de efectivos de la Guardia Civil, así como cuatro buceadores de la empresa Buceo Donosti, para que la 'red fantasma' hallada hace una semana a 25 metros de profundidad en aguas de Pasaia fuera, finalmente, retirada. Una vez en tierra firme, quedaba despejada la incógnita de cuáles eran sus dimensiones reales. El aparejo, supuestamente perdido por algún barco pesquero que faenaba en las cercanías de la costa de Jaizkibel, presentaba una superficie aproximada de 700 metros cuadrados.

«Abajo, en el fondo del mar, no parecía tan grande», coincidían en señalar cuantos tomaron parte en el operativo organizado por el servicio marítimo de la Guardia Civil de Gipuzkoa y en el que también intervino una unidad de los Grupos de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS) llegada desde Logroño.

Los agentes abandonaban el puerto de Pasaia a media mañana de este jueves a bordo de dos lanchas neumáticas y la patrullera media 'Río Sella' para poner rumbo a Punta Turrulla, en el monte Jaizkibel, donde Buceo Donosti localizó el pasado viernes el aparejo perdido. Sus buceadores también regresaron a este punto situado a unos sesenta metros de distancia del litoral para colaborar en la operación.

Las fuertes rachas de viento registradas en el litoral dificultaron un operativo que culminó con éxito

Las fuertes rachas de viento que registraron en la costa dificultaron las tareas que se prolongaron durante más de dos horas. «Hubiera sido peor bajar por la tarde porque ya se ha puesto peor tiempo», confesaba Óscar Mayor, instructor de Buceo Donosti, quien añadía que la mayor complicación a la que se enfrentaron en su inmersión fue lo «enredada» que estaba la red para llevarla a la superficie. Afortunadamente, aún no presentaba signos de haberse enrocado.

Imagen principal - Retiran la red de 700 metros cuadrados del fondo de Pasaia
Imagen secundaria 1 - Retiran la red de 700 metros cuadrados del fondo de Pasaia
Imagen secundaria 2 - Retiran la red de 700 metros cuadrados del fondo de Pasaia

Tras conseguir elevarla con ayuda de unos globos de aire, la izaron a la cubierta de la patrullera empleando la grúa de la que esta se dota. Horas más tarde, cerca de una decena de agentes lograba desenmarañar el tejido rescatado de las profundidades marinas en el muelle de El Reloj de la dársena guipuzcoana, que acababa cubierto prácticamente en su totalidad.

Las mediciones ponían de manifiesto su imponente tamaño. «Este tipo de redes pueden ir de los 250 metros de largo por 40 metros de ancho, de las más pequeñas, hasta unos 600 metros de largo por otros 80 metros de ancho, de las más grandes», recordaba Mayor.

En la red recién recuperada aún había algunos ejemplares presos de estrellas de mar y crustáceos, como santiaguiños. Era una prueba de la trampa mortal que suponía. De hecho, cuando los buzos de los GEAS descendieron este jueves a una veintena de metros de profundidad para su rescate encontraron varias especies vivas a las que pudieron liberar.

Una actuación contra el reloj

«La 'red fantasma' había entrado en lo que se conoce como su segunda fase. En ella, ya no es el pescado el que acaba capturado, sino el marisco. Es fácil ver santiaguiños, centollos, nécoras y bogavantes. Atrae a especies carroñeras que van a comerse a los peces y acaban enganchándose para, tarde o temprano, morir también», explicaba Mayor.

El aparejo abandonado a su suerte en un bajo de Jaizkibel hubiera hecho «mucho daño». Por ese motivo, Guardia Civil y Buceo Donosti tenían claro que había que sacarlo «cuanto antes» del mar. Querían frenar la muerte de más animales.

La red había entrado en su segunda fase, en la que el marisco y otras especies carroñeras acaban enganchadas y mueren

El operativo se diseñó a contra el reloj, porque las previsiones meteorológicas advertían de la inminente llegada de mala mar. «Todo ha sido muy precipitado porque íbamos a tener bastantes temporales, pero ha ido bien, mejor de lo que podía hacer sido», admitían los buceadores. «Lo importante es que se ha cumplido el objetivo que nos habíamos marcado y esta trampa ya está fuera del agua», celebraban.

Se desconoce de momento si la Guardia Civil podría iniciar una investigación para esclarecer cómo la red acabó en el fondo del mar y si se decide abrir diligencias por un presunto delito contra el medioambiente.

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