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Los servicios sociales de Gipuzkoa baten récords y atienden ya a más de 30.000 personas, el mayor número de usuarios de la historia. La crisis demográfica en la que está inmerso el territorio, cada vez más envejecido, y el cambio sociocultural que tiene ... un impacto directo en los cuidados, han desembocado en un aumento de los usuarios de los diferentes servicios sociales que tiene en funcionamiento la Diputación de Gipuzkoa, como residencias de mayores, centros de día, recursos para personas con discapacidad o menores y ayudas a la dependencia, entre otros. En septiembre de este año, 30.024 guipuzcoanos hacían uso de estos servicios, frente a los 28.793 de ese mismo mes de 2021 o los 29.396 de 2019, según datos del departamento de Cuidados y Políticas Sociales. «Es la primera vez que se sobrepasan las 30.000 personas usuarias diferentes en todos los servicios y prestaciones», aseguran desde este área, que dirige Maite Peña.
Tras el descenso de 2021 por el Covid, los servicios sociales de Gipuzkoa han recuperado ya la demanda. No solo se ha vuelto a cifras prepandemia, sino que en muchos casos se han superado esos datos. La lista de espera para acceder a una residencia de mayores, por ejemplo, no ha hecho más que subir. En estos momentos, 718 dependientes esperan a que les llegue el turno para ingresar en uno de estos centros –497 mujeres y 221 hombres–, según una respuesta de Peña a una pregunta realizada por la juntera de EH Bildu Estitxu Elduaien. Son un 18,5% más que en diciembre del año pasado, cuando la lista de espera estaba formada por 606 mayores, y una cifra muy similar a la de septiembre de 2019, cuando quienes aguardaban su turno para una plaza en una residencia eran 715. El mínimo histórico se registró en esas mismas fechas de 2021, con apenas 398 personas en lista de espera para una residencia por el miedo a posibles contagios y las medidas impuestas en estos recursos durante la pandemia.
Sea como fuere, de las más de 700 personas que en la actualidad están apuntadas para entrar en una residencia, 254 son beneficiarias de la ayuda económica PEVS, que contribuye al coste de una plaza privada en un centro de día o una residencia permanente, siempre y cuando la persona en situación de dependencia esté en lista de espera para acceder a una plaza de carácter público o concertado. Además, otras 34 están siendo atendidas en plazas sociosanitarias y 14 en estancias temporales. Por su parte, 189 habían renunciado a una plaza a la espera de otra en el centro elegido, normalmente por lejanía al lugar de residencia de los familiares. Así, desde el departamento de Cuidados y Políticas Sociales reducen la lista de espera a 412 personas, que son las que no reciben ningún otro servicio ni prestación mientras esperan para ingresar en un recurso.
Ese tiempo de espera, en estos momentos, es de unos tres meses y medio aproximadamente. En concreto, «las personas dadas de alta en residencias para mayores en los últimos doce meses han esperado de media 109,8 días» y «tienen prioridad aquellas con mayor grado de dependencia». Es, en cualquier caso, la espera más breve de los últimos tiempos: en estas mismas fechas de 2021, por ejemplo, eran 153 días y en 2019, unos 160.
Las residencias de mayores siguen siendo los recursos más solicitados del territorio, pero no los únicos. 225 personas estaban en septiembre en lista de espera para acceder a un centro de día para mayores en Gipuzkoa, de las que 155 eran mujeres y apenas 70 hombres. Es una cifra que se asemeja a la registrada en prepandemia –221 en 2019–, después del bajón de 115 que se registró en 2021 por la pandemia.
Como en la mayoría de servicios para mayores, en los centros de día también son mayoría las mujeres, que combinan su vida en casa con unas horas en el centro de día, donde realizan diferentes actividades y, en muchas ocasiones, también comen. En los últimos doce meses, las personas dadas de alta para acceder a uno de estos recursos del territorio han esperado una media de 45,7 días, esto es, unas cinco semanas. En 2021 la espera era 74 días y en 2019, de 56.
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Macarena Tejada
Hace tiempo que el departamento foral de Cuidados y Políticas Sociales apuesta por potenciar el cuidado profesionalizado en casa, además de acortar los plazos para las valoraciones de dependencia que permiten el acceso a diferentes ayudas y servicios.
Tras el parón de la pandemia, la espera se disparó, entre otras cosas por el atasco de los trámites burocráticos. Este año, en el que la crisis por el coronavirus parece haber dado ya tregua, las personas que solicitan una valoración a la dependencia esperan una media de 55 días desde que se pide la evaluación hasta que se le hace. Son 28 menos que en 2021, cuando fueron 83 días, y 27 menos que en 2019 (82 días).
Basta con echar un vistazo a la evolución de demandantes de los diferentes servicios que ofrece el área que dirige Maite Peña para concluir que la pandemia y el cada vez mayor número de mayores que hay en la sociedad ha obligado a repensar el modelo de servicios sociales y la atención a las personas dependientes. La apuesta de la Diputación de Gipuzkoa por las prestaciones económicas para contratar a un cuidador PEAP «se está consolidando» y ya son 6.295 los dependientes que tienen un asistente personal contratado gracias a esta ayuda, medio millar más que antes de la crisis sanitaria por el coronavirus.
Mientras crece la demanda para cobrar las PEAP, disminuye, aunque a un ritmo más lento, el número de perceptores de la prestación económica para cuidados en el entorno familiar PECE. La ayuda para contratar a un cuidador profesional ha pasado de tener 5.711 usuarios en 2019, a 5.953 en 2021 y 6.295 este 2023. Cada vez más guipuzcoanos en situación de dependencia –la mayoría mayores– cobran esta ayuda para contratar un asistente personal. La evolución de las PECE para el cuidado en el entorno familiar es justamente la contraria. En 2019 la recibieron 9.263 personas, en 2021 la cobraron 8.614 y en 2023 son 8.434. El objetivo de la Diputación es que esta tendencia continúe y alargar la estancia de los mayores en sus hogares con la ayuda de un cuidador profesional. Precisamente por eso Gipuzkoa ha ampliado recientemente las cuantías de la prestación para contratar un asistente personal PEAP hasta un 15%.
Además, con el objetivo de ofrecer una atención de calidad a todas las personas que hacen uso de los servicios sociales del territorio, tanto en sus hogares como en cualquier centro residencial, el departamento de Cuidados y Políticas Sociales creará una agencia para evaluar la calidad de los servicios sociales, que se suma a las inspecciones que ya realiza.
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