
Marcela Salazar
Domingo, 23 de julio 2023, 02:00
La ola de calor que golpea a buena parte de la Península, y de la que Euskadi se ha librado ha empujado a muchos turistas nacionales a visitar Gipuzkoa. La mayoría de reservas las hacen catalanes y madrileños, aunque también nos visitan muchos murcianos y andaluces, los que buscan unas temperaturas más templadas, según explica Idoia Ezkurdia, gerente de la Asociación de alojamientos rurales en Euskadi, Nekatur.
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Óscar Peña
Granada
Óscar Peña, Silvia Mendia y su hija Emma son una familia granadina que disfruta estos días de una semana de vacaciones en Gipuzkoa. Silvia, de padre pamplonés, ya había visitado la zona, pero quería que Óscar y Emma también conociesen la «belleza de la costa guipuzcoana». La familia ha elegido hospedarse en la casa rural Azkue, ubicada en un precioso enclave en Aia. Según Óscar, eligieron esta opción porque hay más tranquilidad, porque les gusta estar «rodeados de verde» y, sobre todo, porque querían evitar el calor que está haciendo en Granada estos últimos días.
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«Venimos huyendo del calor», confiesan. Óscar explica que en Granada está haciendo «un verano muy duro, peor que el de otros años. He visto 47 grados muchos años, pero por la noche refrescaba y se podía dormir. Ahora a las diez de la noche hace 39 y es insoportable». Todo lo contrario que en Gipuzkoa, «En cambio, aquí he dormido hasta con calcetines y edredón», dice, feliz, mientras sonríe.
En cuanto a la vestimenta, la familia destaca lo mucho que les sorprende ponerse un pantalón vaquero en pleno julio. «Eso es impensable en Granada, hasta octubre ni se nos ocurre», cuenta Óscar. Su mujer, Silvia, también se muestra encantada con el clima guipuzcoano, porque «por fin» está pudiendo usar ropa de entretiempo, ya que en Granada las temperaturas van de un extremo hacia otro. «Yo soy friolera, pero aquí estoy en la gloria», reconoce la andaluza.
Estos días de vacaciones les ha servido, además de disfrutar del viento del norte, para aficionarse al txakoli y el marmitako. Además, cuentan como anécdota que se encontraron con Arguiñano mientras paseaban por la playa de Zarautz y que luego fueron a cenar a su restaurante.
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La familia no ha seguido un itinerario de viaje en concreto, y han ido «sobre la marcha» visitando municipios cercanos como Deba, Ondarroa y Zumaia. De este último, destacan que se sorprendieron al ver el flysch, y que decidieron visitarlo porque lo vieron en la retransmisión del Tour de Francia, en el que imágenes aéreas captaron toda la belleza de esta joya geológica
Ahora solo les queda visitar San Sebastián y probar los pintxos de la Parte Vieja. «No me quiero imaginar cuando volvamos a Granada, no quiero ni mirar el tiempo porque sé que me voy a deprimir del calor que va a hacer», reconoce Silvia.
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Susana y David
Zaragoza
David y Susana son un matrimonio zaragozano que también ha venido a pasar unos días a Gipuzkoa. El viernes paseaban por La Concha con sus cuatro hijos: Pablo, Javier, Franjo y Raúl. Susana comentaba que «este tiempo es una gozada» en comparación de las altas temperaturas registradas en la ciudad aragonesa, azotada por las sucesivas olas de calor. «En Zaragoza estamos a 44 grados. Mi método para combatir el bochorno por la noche es dormir con todas las ventanas abiertas para que corra el cierzo, el mejor aire de Zaragoza».
«Venir aquí, donde hace 23 grados de máximas, para nosotros es ideal», dice Susana. La familia se aloja en el camping de Orio, y entre las prendas de ropa que trajeron para el viaje hay ropa de deporte, pero también «alguna chaquetilla, porque por la noche refresca». La familia confiesa que se está «muy a gusto» en Gipuzkoa y que el tiempo es «el mejor» para hacer senderismo, actividad que practica toda la familia.
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Loli Rendón
Sevilla
Por el paseo de La Concha también paseaban Loli Rendón e Inma, ambas originarias de Sevilla. Loli comentaba que había venido a visitar a Inma, que ahora reside en Donostia. Ella se ha hospedado en Arantzatzu. Loli cuenta que cuando llegó al hotel junto al santuario se alegró por el tiempo que hacía: «Lo primero que vi cuando llegué fue que estaba nublado y que estaba lloviznando y dije: ¡qué alegría!». Loli se encuentra «encantada» con las temperaturas guipuzcoanas, ya que en Sevilla los termómetros alcanzan los 45 grados. Según ella, no hay punto de comparación. «En Sevilla hace muchísimo calor. Duermo toda la noche con el aire acondicionado y, aunque supone un gasto, me da igual, lo pago porque si no es imposible», confiesa. Además, explica que durante el día trabaja en un hotel y que «lo pasa mal» ya que al estar en constante movimiento, el calor se nota aún más. Y por la tarde, Loli solo sale «si es muy necesario». En estos días, Loli ha recorrido varias ciudades y ha visitado varias playas junto a un tour guiado, eso sí, durante las visitas siempre lleva la chaqueta.
Cástor Narvarte
Barcelona
En la Parte Vieja, Cástor Narvarte y Emel visitaban la Basílica de Nuestra Señora del Coro cuando contaban que habían llegado hace una semana de Barcelona y que agradecieron el cambio de temperatura «enseguida, sobre todo, para dormir». La mínima en Barcelon es la máxima de aquí, decía Emel, mientras que Cástor Narvarte, del barrio donostiarra de Aiete pero que lleva diez en Barcelona, explicaba que en Barcelona «dormimos con ventilador y nos mojamos los pies antes de entrar a la cama, eso y aguantar, no queda otra».
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