Ver 17 fotos

Estado en el que ha quedado la vivienda en la que se originó el incendio. CEDIDA

Los inquilinos del piso incendiado en Errenteria achacan el fuego a la batería de un patinete

Niegan que las llamas fueran provocadas por una barbacoa y denuncian que un vecino trató de agredirles tras evacuar el edificio

Iñigo Villamía

San Sebastián

Domingo, 14 de julio 2024, 12:51

Poco a poco y desde primera hora de la mañana se fueron acercando este domingo al número 13 de la calle Alfonso XI de Errenteria todos los vecinos evacuados el sábado por un incendio en el que seis personas que quedaron atrapadas en el tejado tuvieron que ser rescatadas por los bomberos. Entre quienes volvieron estaban los inquilinos de la vivienda en la que se inició el fuego, que relataron cómo sucedió todo.

Publicidad

Juan Manuel Hernández acababa de comer con su mujer, Laura Echevarría, y subieron al piso que ella comparte con sus cuatro hijas a preparar las cosas para ir a la piscina. La mujer se marchó y Juan Manuel se quedó atendiendo una llamada en una habitación cuando empezó a oler a quemado en el pasillo. «Abrí la puerta de otro cuarto, del que salía humo, y vi que el enchufe donde se cargaba el patinete eléctrico de una de las niñas estaba ardiendo», decía frente al portal. Corrió a coger un cubo con agua, pero cuando regresó, explica, ya era demasiado tarde. «No pude hacer nada. Me afectó el humo y me quemé hasta el pelo. Tiré el teléfono encima de la cama y salí corriendo», afirma el hombre, todavía afectado por el susto. «Por suerte, no explotó una bombona de butano que tenía en la casa», añade.

Juan Manuel empezó a avisar «a todos los vecinos, llamando a las puertas para que salieran». «Si me quedo un poco más allí, el fuego me acorrala», asegura. Laura Echevarría, por su parte, detalla que enchufó el cargador «como unas dos horas», y que la noche anterior hubo un momento en que se fue la luz en su casa. «La luz estaba roja, así que lo dejamos cargando. Nos fuimos a la piscina y al rato me llama una amiga diciéndome que estaba mi casa ardiendo. Llevo seis años aquí, de alquiler, con todo el respeto del mundo hacia el vecindario», recalca.

«Vino a pegarnos»

Echeverría denuncia que el sábado, tras producirse el siniestro, «vino un vecino a pegarnos. Ellos tienen hijos; yo también tengo cuatro hijas. Lo mismo que nos ha pasado a nosotros les podía haber pasado a ellos. Nos quisieron pegar y gracias a la Ertzaintza que lo evitó». Los inquilinos niegan que estuvieran haciendo una barbacoa, como han advertido algunos testigos, y lamentan que su casa está «toda destrozada». La Ertzaintza continúa investigando el origen del fuego y descartando distintas posibilidades.

La tensión entre los vecinos no disminuyó. Tras llegar los inquilinos del piso quemado, algunos de los vecinos del bloque se dirigieron a ellos, diciéndoles que era algo que «se veía venir. En 50 años no ha habido ningún problema, hasta que habéis llegado vosotros», recriminó una vecina enfadada a la pareja residente en la casa en la que empezaron las llamas.

Publicidad

Félix, vecino del 6ºB, vive pared con pared con el piso en el que se originó el fuego y cuando pudo entrar a su vivienda se encontró con «todo patas arriba, humo, los techos destrozados, la pintura sucia de hollín, agua en el suelo... Solo se ha salvado la cocina, que estaba cerrada. Todo ha ardido de forma importante. Habrá que limpiar, pintar y arreglar toda la casa».

Por su parte, el propietario de las dos viviendas de la séptima planta explica que en una de las manos viven cinco personas y en la otra, un matrimonio. «Por lo que sé, la chica pudo bajar por la escalera, pero su marido se tuvo que quedar y salir por el velux, como los del otro piso. El tejado tiene mucha pendiente. Menos mal que pasaron al del portal 15», donde esperaron a ser rescatados por los bomberos.

Publicidad

De los dos pisos -que compró en 2019 y 2023-, uno está «calcinado completamente» y ha perdido el techo en algunas zonas, mientras que el otro «está mal, con mucho hollín y suciedad, aunque hay cosas que vamos a poder recuperar». «El sábado mismo llamé al seguro pero ahora tienen que venir los peritos para valorar los daños. Y a ver a dónde van ahora las dos familias que vivían ahí», se lamenta el arrendador.

Gritos en la escalera

Agustín Arana, vecino del 3ºA del bloque siniestrado, tres pisos por debajo de la casa en la que se originó el incendio, lleva cerca de 40 años en el edificio y todavía no ha conseguido quitarse el susto del cuerpo. «Escuchamos unos gritos en la escalera y aparecieron unos hombres que luego nos enteramos de que trabajan en el bar Iratxo. Habían llamado al interfono, pero subieron golpeando las puertas y llamando a los timbres. Salimos todos deprisa. Yo, con lo puesto, nada más. Eran las 16.30 horas, aproximadamente, la hora de la siesta, y era un momento peligroso por si alguien estaba dormido y no se enteraba. En la calle ya vimos que habíamos salido todos los vecinos, aunque los del séptimo, que son dos buhardillas, subieron al tejado porque no podían bajar por la escalera. Tuvieron que atravesar la azotea hasta la esquina, donde los bomberos les rescataron con la escala», cuenta.

Publicidad

Arana explica que «hemos pasado la noche en casa de un familiar. En mi casa tengo todas las medicinas, la ropa, y aquí estoy a ver si nos dejan entrar a coger algunas cosas. El sábado ya pudimos acceder a la vivienda para coger el pijama y el neceser. Mi casa está inundada y la bodega, que está junto al ascensor, se ha inundado por todo el agua que necesitaron los bomberos para apagar las llamas».

Su mayor deseo es regresar lo antes posible a su hogar. «El edificio se ha quedado sin luz y nos comentaron que hacia el martes o miércoles podrían volver a conectarla. Tenemos muchas ganas de volver a casa, pero nos hemos encontrado con un cuadro, porque huele todo a humo. Vamos a tardar muchísimo tiempo en poder recuperar la normalidad», lamenta.

Publicidad

Otro de los afectados por el incendio, Aitor Mitxelena, relata que «tenía un examen online y tuve que salir a todo correr. Estuvimos unas dos o tres horas fuera, sin recibir ninguna información. Vinieron los bomberos, la Ertzaintza y demás. He tenido que dormir en casa de mi tía, que por fortuna vive aquí al lado. Sigo con el susto».

Este residente del bloque cuenta que «bajaron todos los vecinos corriendo y a nosotros, que vivimos en el primero, nos tocaron la puerta gritando que había un incendio, así que les seguimos hacia la calle. Mi casa no está afectada. Dicen que las del sexto, sí. Y en las escaleras hay mucha agua sucia».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad