![Las trabajadoras del hogar de SOS Racismo de Gipuzkoa se han concentrado en Antxo este miércoles para recordar a Leonor, la mujer asesinado por su expareja este fin de semana.](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/2024/12/04/1489542380-kBoH-U230206544149kKI-1200x840@Diario%20Vasco.jpg)
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'Todas somos Leonor'; 'Por ella, por todas, seguimos luchando'. Con estos mensajes reivindicativos, el grupo de trabajadoras del hogar de SOS Racismo Gipuzkoa encabezó este miércoles la concentración con la que rindieron homenaje a Leonor R. M., la mujer colombiana de 45 años que ... fue asesinada el sábado en Pasai Antxo a manos de su expareja. Medio centenar de personas, entre ellas compañeras de trabajo de Leonor, se reunieron frente a la iglesia San Fermín de Antxo para trasmitir su «más profundo rechazo y repugna» ante este crimen machista. Lamentablemente, «las trabajadoras del hogar no somos ajenas a esta dura realidad», denunciaron a la vez que exigieron «justicia para Leonor».
«Alegre», «amigable» y, sobre todo, «luchadora». Así es como la definen la mayoría de sus compañeras de oficio. «Sabemos que Leonor tuvo alguna consulta en nuestras oficinas de asesoría laboral para trabajadoras del hogar», explicó Marling, conmocionada. Así, destacó que «Leonor solía acudir a una de nuestras actividades. Un día a la semana, los jueves, venía con el grupo a tomarse un café». En estos encuentros es donde Leonor tuvo la oportunidad de forjar grandes amistades.
Vivian, otra de las compañeras y trabajadora del hogar, añadió que «sus amigas más cercanas siempre han hablado muy bien de Leonor. Era una mujer luchadora y muy trabajadora». Y es que Leonor vino hace cinco años desde su país natal, Colombia, «para labrar un futuro mejor para ella y para sus hijas». Destacaban, también, que Leonor era «muy querida por todo su entorno familiar y sus amistades»; pero si en algo coinciden todas sus compañeras es que «adoraba a sus hijas. Sus hijas para ella eran su todo».
Sobre las escaleras de la iglesia, y encabezadas por una gran pancarta que decía 'Por ella, por todas, seguimos luchando', una veintena de trabajadoras del hogar tomaron posición, en silencio, con rostros que transmitían consternación y rabia. Alzaron carteles con diferentes mensajes como 'Denok gara Leonor' (Todas somos Leonor), 'el silencio también mata' o 'ni una más, ni una menos'.
Una compañera de oficio fue la encargada de leer un manifiesto por parte del grupo de trabajadoras del hogar de SOS Racismo Gipuzkoa. «La vida de Leonor fue truncada injustamente como la de muchas otras víctimas de la violencia machista. Las trabajadoras del hogar no somos ajenas a esa dura realidad. Muchas de nosotras también hemos sufrido agresiones por el simple hecho de ser mujeres. Algunas emigramos huyendo de situaciones de maltrato y muchas hemos enfrentado estas situaciones, incluso aquí en nuestros trabajos, como en el caso de Leonor». Y concluía: «La distancia de nuestras familias y amistades nos hace más vulnerables. Solo nuestra unión a través de redes de solidaridad nos dará la fuerza necesaria para enfrentar las dificultades y seguir siendo más fuertes de lo que ya somos. Exigimos justicia para Leonor, que estará siempre en nuestros corazones y pensamientos». Así, y antes de dedicar un minuto de silencio en su honor, los asistentes exigieron al unísono 'justicia para Leonor' con el puño en alto.
Muchas de las presentes no pudieron evitar sentirse identificadas con la víctima. «Dicen que la unión hace la fuerza, por eso estamos todas hoy aquí», declaró Rebeca Vargas. «No la conocíamos personalmente, pero somos mujeres, somos trabajadoras del hogar y somos migrantes; no estamos exentas de que nos pase esto a nosotras también», añadió en nombre de varias compañeras. «Tenemos que seguir luchando por nuestros derechos. Lo haremos por Leonor, y por todas». A la vez, Rebeca y otras compañeras exigían una y otra vez «justicia. Que no se olvide este crimen tan atroz. Y que su asesino no quede impune».
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Tatiana mostró «apoyo a las hijas de Leonor» mientras pegaba con cinta la gran pancarta en una pared cercana a la iglesia San Fermín, a la vez que quiso dar voz a «aquellas mujeres que ya no pueden, o que tienen miedo, a denunciar y a hablar sobre la violencia que están recibiendo». Añadió, también, que «Leonor es un claro ejemplo de nuestra realidad, la de las mujeres migrantes. Salimos de nuestros países en busca de una mejora económica, tanto para nosotras como para nuestras familias, y muchas veces terminamos encontrándonos con la muerte, como en el caso de Leonor. Ella pagó con su vida el abuso y la violencia que sufría por parte de su expareja».
Varias asistentes al acto se lamentaban de que, a pesar de las dos denuncias que Leonor presentó por violencia de género contra su pareja, no fue suficiente para que se protegiera su vida. Ambas fueron tramitadas en un juzgado de San Sebastián. La primera tuvo lugar en 2020, y en un procedimiento de urgencia él fue condenado a unos trabajos para la comunidad y se adoptó una orden de alejamiento durante 18 meses, en los que la medida fue quebrantada de mutuo acuerdo. El proceso fue archivado en 2022.
Tras la segunda, que fue interpuesta a instancias de la asociación especializada en violencia de género Bekoz Beko, con sede en Pasaia, la víctima finalmente se negó a declarar en el juzgado y las diligencias fueron archivadas en 2023. Ahora, la Asociación Clara Campoamor, cuya delegada en Gipuzkoa es la letrada Cristina Ramos, se ha presentado como acusación popular en el proceso judicial.
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