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El faro del fin del mundo en la bahía de Plentzia

Ubicado en un importante enclave defensivo, este faro solitario y altivo guarda, colgado sobre los acantilados de cabo Billano, la entrada a la antaño estratégica bahía de Plentzia

EL DIARIO VASCO

Jueves, 31 de mayo 2018, 09:56

Ubicado en un importante enclave defensivo, este faro solitario y altivo guarda, colgado sobre los acantilados de cabo Billano, la entrada a la antaño estratégica bahía de Plentzia. La inconfundible torre de luz del fin del mundo, cilíndrica y sin habitar, se ... recorta en el horizonte dominando gran parte de la costa de Bizkaia. En torno a esta emblemática edificación se extiende uno de los rincones más espectaculares de la costa vasca. Pequeñas ensenadas, acantilados de vértigo y calas secretas recuerdan aquí a las islas croatas del Adriático e invitan a zambullirse en sus aguas cristalinas en los tórridos días de verano.

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Datos

  • Provincia: Bizkaia

  • Dificultad: Fácil

  • Modo: A pie

  • Temporada: Verano

  • Duración: 2 h

  • Distancia: 6,20 km

1.- Gorliz

Punto de partida

La excursión comienza en los arenales de Astondo, en el extremo este de la playa de Gorliz. No lejos del punto de inicio de la ruta se puede contemplar un fenómeno de alto valor geológico: las dunas petrificadas, un conjunto de acumulaciones arenosas eólicas de 6.000 años de antigüedad. Frente al chiringuito playero comienzan unas escaleras que trepan hacia un pinar en el que tomamos un sendero hacia la izquierda, en dirección al mar. Pocos metros después, a la altura del malecón, vemos unas escaleras a nuestra derecha. Es el camino a seguir. Una agradable subida por el límite del acantilado nos lleva hasta un magnífico mirador sobre la bahía. A la derecha del otero, unas escalinatas permiten continuar el itinerario por un sendero hasta alcanzar un pequeño alto, desde donde un suave descenso nos lleva a un área de recreo con mesas, bancos y una fuente donde refrescarse.

2.- Área de recreo

Km 1,37 >

Desde aquí parten dos senderos. Uno asciende al faro y otro, a la izquierda, desciende en línea recta hacia la punta de Ustrikoetxe, donde vemos las ruinas del fortín de Azkorriaga. El viejo fuerte, junto a su hermano de La Galea, protegía la bahía en las luchas contra los ingleses y de él apenas se conservan cuatro muros de piedra. Regresamos al área de recreo y giramos a la izquierda, buscando las sendas que remontan la ladera en dirección al faro de cabo Billano.

3.- Faro

Km 3,99 >

Su reciente construcción, en una época en la que los fareros ya habían dejado paso a la automatización, hizo innecesaria la edificación de una vivienda, por lo que la torre de luz se alza solitaria sobre los acantilados. Frente al faro, un islote rocoso donde anidan las gaviotas en época de cría rompe el paisaje, pero los mayores atractivos de este paraje están tierra adentro. Aquí se conservan varios búnkers e incluso un viejo cañón oxidado que aún apunta hacia el mar tratando de defender la bahía de Gorliz. Para finalizar la excursión, sólo resta regresar al punto de inicio por la carreterilla de acceso al faro en un corto paseo entre encinas, pinos y pastizales.

4.- Gorliz

Km 6,20 >

De interés

  • Atxiki: Plazatxoa, s/n; Plentzia. Tel. 946 774 056

  • Bekasier: Calle Puerto, 1; Plentzia. Tel. 946 773 370

  • Casa de Marinos: Erribera, 3; Plentzia. Tel. 946 774 478. www.casasdemarinos.es

  • Caserío Larrakoetxea: Barrio Berreaga, 3; Plentzia. Tel. 946 770 860. www.larrakoetxea.com

  • Oficina de turismo de Gorliz: Iberrebarri plaza, 4; Gorliz. Tel. 946 774 348

  • Museo del Puente Colgante: En el propio puente. Río Nervión, entre Getxo y Portugalete

Cómo terminar el día

Puerto viejo de Algorta

En el municipio de Getxo, junto a las residencias señoriales levantadas durante la industrialización por la aristocracia, aún se conserva un viejo puerto de modestas casas de pescadores que se escalonan hacia el mar. El tiempo parece no haber modificado la fisionomía de este emblemático fondeadero en el último siglo. Hermosas casas pintadas en tonos vivos y brillantes se amontonan pugnando por el espacio que asciende desde el muelle. Entre ellas, estrechas callejas serpentean con sabor inconfundible a mar. El popular Portu Zaharra es un punto de encuentro para locales y visitantes que en la hora del aperitivo se dan cita en sus coquetos bares. Mientras, en cada rincón, se repiten escenas costumbristas que parecen haber desaparecido en otros muchos lugares de Euskal Herria. Raídas redes, aparejos y los últimos arrantzales van y vienen por el puerto en los días de faena. Las txalupas bailan al son de la marea mientras atrevidas gaviotas tratan de sisar una última presa a las embarcaciones que regresan del mar. Si se busca un lugar genuino, con encanto, donde el vertiginoso presente no ha atropellado el tranquilo ritmo de centenarias costumbres, el puerto viejo de Algorta es una visita imprescindible en cualquier época del año.

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Puente colgante de Bizkaia

El Puente Colgante de Bizkaia, inaugurado en 1893, fue la primera obra de sus características en el mundo y una maravilla de la ingeniería diseñada por el labortano Alberto de Palacio y Elissagüe. Erigido sobre la desembocadura de la ría del Nervión, este mastodóntico mecano de más de 60 metros de altura fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el 13 de julio de 2006. El puente transbordador de Portugalete se ha convertido en un símbolo de la industrialización vasca y es el último de su género que aún permanece en perfecto funcionamiento. Diversas generaciones de portugalujos y getxotarras han nacido y convivido junto a los cables y pilares repletos de remaches de su estructura. Ya nadie imagina la postal ni la vida en el último tramo de la ría sin los sonidos propios e históricos del puente ni los vaivenes de la barquilla transportadora. Su excepcional expresión de creatividad técnica, en la que se combinan perfectamente su funcionalidad y su belleza estética, su empaque y su siglo largo de vida hacen de este amasijo de hierros un emblema insustituible, testigo único del florecimiento y posterior declive de la minería y la industria vasca, tan presente en la fisionomía y memoria colectiva de la región.

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