«Como alcalde no pretendo poner ni quitar palabras», terció ayer el alcalde de Ermua, el socialista Juan Carlos Abascal, que en una tarde un tanto frenética se puso en contacto con la hermana de Miguel Ángel Blanco para ultimar la fórmula que haga posible ... la participación de Mari Mar en el acto de memoria. Blanco había condicionado su asistencia a poder hablar en el homenaje. En conversación telefónica, ambos buscaban ayer que pueda intervenir en el acto institucional del domingo, donde no estaba previsto que hablara. «Estamos trabajando ahora mismo en cómo integrar su intervención en este acto y confío en que así sea», explicó Abascal a este periódico. El regidor realizaba ayer las gestiones oportunas. Según avanzó, «tengo que hablar antes con Casa Real y ver cómo podemos integrar todo».
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El Ayuntamiento de Ermua había diseñado un homenaje puramente institucional con las intervenciones del Rey, Pedro Sánchez, Iñigo Urkullu y el propio alcalde. Abascal explicó que su ayuntamiento es el encargado de la organización «como han sido los homenajes de los 25 años anteriores» y «creemos que estamos legitimados para hacerlo porque los movimientos que se produjeron entonces no fueron fruto de la casualidad sino liderados por esta institución». Explicó que además es uno más de tantos actos que han organizado, uno de ellos con fundaciones de víctimas y con el Centro Memorial de Vitoria, «donde Mari Mar ha participado».
En la cabeza de Mari Mar Blanco siempre ha estado la intención de intervenir desde el agradecimiento a los vecinos y «por el cariño con que se recuerda» a su hermano en Ermua, indicaron fuentes de la Fundación Miguel Ángel Blanco, que consideraron «una total falta de delicadeza sacar ahora el pacto con Bildu sobre la Ley de Memoria. Sobre todo cuando estamos en las fechas del aniversario de la liberación de Ortega Lara y ahora el del secuestro y asesinato de Miguel Ángel». Muchas víctimas, aseguraron, sienten esto «como una humillación». «El ambiente está caldeado», expresaron las mismas fuentes, que recordaron que la AVT o Dignidad y Justicia, ya han anunciado que no irán.
Quien tampoco asistirá será Sortu, que justificó su ausencia porque «el sentido y el objetivo de ese acto no es honrar la memoria de Miguel Ángel Blanco y no ahonda en el camino hacia la convivencia». El Gobierno Vasco lamentó esa decisión. Bingen Zupiria, portavoz del Ejecutivo, pidió a la formación abertzale que no pierda «una oportunidad para reflexionar» sobre lo que «supuso aquel trágico espanto». Y replicó que «la sociedad vasca quiere restañar las heridas» y enmarcó el tributo «en el recuerdo, en la verdad de lo que sucedió y en el dolor de las víctimas».
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Carlos Iturgaiz lanzó ayer un mensaje a Sánchez, ya que cree que el domingo tiene «una oportunidad de oro, delante del Rey y de toda España de romper con Bildu y dejar de ser el socio» de un partido «dirigido por los jefes de ETA». De otro modo, advirtió, «no sería entendible su presencia». El presidente del PP vasco, que el sábado asistirá junto a su líder, Alberto Núñez Feijóo, al homenaje del partido a Blanco, se preguntó «cómo va a ir Sánchez a hablar de Miguel Ángel cuando pacta y negocia con los que justifican este asesinato».
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