«Varios acusados» del 'caso De Miguel' asumirán que fueron parte de una trama organizada, dice el fiscal

En dos semanas, 'Txitxo' (como todos conocen a De Miguel) ha pasado de tener un acuerdo prácticamente suscrito con el Ministerio Público y de estar incluso hablando de las penas que estaba dispuesto a asumir -planteó aceptar un castigo a cambio de que su mujer no pisase la cárcel- a subir al estrado como si nada de esto hubiese pasado. Es previsible que afirme ante el tribunal presidido por el juez Jaime Tapia que «no hay ni habrá prueba alguna» que lo relacionen con la corrupción, como ha plasmado su letrado Gonzalo Susaeta en diferentes escritos.

Sin embargo, esta postura puede quedar debilitada tras conocerse que accedió a negociar y más aún cuando algunos de los imputados en este 'macroproceso', sobre todo relacionados con una sombría operación urbanística en el municipio alavés de Zambrana para instalar un gigantesco polígono industrial, sí tienen firmado un acuerdo que puede dejar en evidencia al antiguo burukide.

La presión de muchos imputados -alguno alegó que estaba dispuesto «a tragarse un sapo, pero no la charca entera»- y aquella procedente del exterior, donde se había convertido en un arma política contra el Partido Nacionalista, han conseguido que quien fuese 'número dos' del Araba buru batzar (ABB) devuelva este proceso a la casilla de salida. Un acuerdo que, como es lógico, también repercutirá sobre sus colegas Aitor Tellería y Koldo Ochandiano, con quienes ha mantenido una estrategia sincronizada.

Este periódico ya había publicado el viernes que algunos letrados habían rechazado firmar nada antes de conocer en qué se materializaba la declaración de Alfredo de Miguel, que previsiblemente sólo responderá a su abogado dejando sin respuesta a las preguntas que lance el fiscal Josu Izaguirre.