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La batalla donostiarra entre los viejos rockeros

La batalla donostiarra entre los viejos rockeros

Emoción. La decisión de Izagirre de competir por la Alcaldía y la voluntad de Elorza de ir a primarias elevan la expectación de las elecciones municipales en San Sebastián

ALBERTO SURIO

Domingo, 18 de septiembre 2022, 07:53

Las elecciones municipales de San Sebastián de mayo de 2023 auguran una batalla de alto voltaje, el mayor de los últimos años. Quizá la batalla municipal donostiarra concentre el mayor foco de interés en la política vasca y sea el epicentro de futuros movimientos en sus alianzas. Nada está escrito todavía aunque parece difícil que se produzcan cambios en el corto y medio plazo. Pero la expectación va a subir. Y la emoción está asegurada. Hasta con unas gotas de morbo. Incluso la definición de 'vintage' del diccionario es un gancho: «Que, a pesar de no ser nuevo, está de moda por su diseño atractivo».

El tablero ya se vio sacudido en primera instancia por la decisión del exalcalde Odón Elorza de concurrir a las primarias de su partido, el PSE, en San Sebastián frente a su compañera Marisol Garmendia para conseguir ser candidato a la Alcaldía que perdió frente a Juan Karlos Izagirre en 2011 por una diferencia de 1.500 votos.

En los próximos días se conocerá si Elorza logra los avales necesarios para competir con Garmendia, la actual portavoz socialista en el Ayuntamiento y segunda teniente de alcalde, además de delegada municipal de Empleo y Desarrollo Económico.

En el PNV se interpreta que el 'factor Izagirre' va a reactivar el voto útil frente a la posibilidad de que EH Bildu vuelva a gobernar

Y la apuesta de Izagirre por volver a dar la batalla municipal, como adelantó este periódico, ha sorprendido en ámbitos políticos de Gipuzkoa, que asumen que el escenario donostiarra puede visualizar una batalla de viejos rockeros de la política local. Con sus luces y sus sombras.

La fotografía de esos comicios podría atisbar un regreso a las elecciones municipales de 2011, una especie de doble vuelta de aquel resultado, con una presencia de veteranos dirigentes con impacto directo, sobre todo, en una parte de la sociología electoral de la ciudad que se implicó entonces, y sin la misma conexión con otra, la de los menores de 30 años.

La contienda refleja además la dificultad que encuentran los partidos a la hora de forjar nuevos liderazgos y de buscar una 'cantera' con vocación de servicio público. Lo que hace años era una apuesta más natural ahora resulta más complicada, lo que a su vez repercute en el relevo generacional de las élites dirigentes locales.

En el PNV se observa con interés este momento desde el convencimiento de que el regreso de Izagirre puede favorecer el voto 'útil' moderado para evitar, precisamente, que la izquierda aber- tzale vuelva al poder municipal después de 11 años. Los jeltzales cuentan con la baza del actual alcalde, Eneko Goia, que se presentará tras el aval de ocho años de gestión si, como es previsible, opta a la reelección.

El PNV cree que el modelo de ciudad cuenta con un amplio consenso en la Corporación y, sobre todo, tiene el respaldo de los gobiernos de coalición entre jeltzales y socialistas, que potencian el carácter de San Sebastián como una ciudad de servicios en la que se ha registrado un espectacular despegue del turismo.

Cambio de rumbo

Es precisamente este desarrollo turístico el que puede generar un notable debate ciudadano en los próximos meses. Izagirre se envuelve en una bandera explícita de cambio de rumbo desde la intuición de que «los donostiarras sienten que han perdido el control», y que el actual desarrollo turístico de la ciudad ha desembocado en un modelo que «solo beneficia a una minoría», y expulsa a las nuevas generaciones.

En este debate –bastante común en las ciudades turísticas– también entra Elorza, que considera que existe una pérdida de impulso en la ciudad y una falta de liderazgo. Garmendia también pone de relieve en su apuesta la necesidad de anclar la estrategia de crecimiento económico en un proyecto de cohesión social entre los barrios y de sostenibilidad. Un discurso volcado en el futuro.

A su vez, en el PP se contempla como opción más previsible que su aspirante sea Borja Corominas, actual portavoz municipal, que forma parte de dirección nacional del partido. Corominas parte de un escenario –tres concejales– que logró en 2019 Borja Sémper. En 2011 Ramón Gómez Ugalde consiguió seis representantes. El PP fue entonces tercera fuerza política en Donostia detrás de EH Bildu y PSE y delante del PNV.

Desde Elkarrekin Podemos, que ahora cuenta con tres ediles en la Corporación, se tiene aún que tomar una decisión pero es probable que se produzca un cambio de cartel electoral. Su actual portavoz es Aitzole Araneta.

La última palabra la tendrá el 'voto de ciudad', una franja poco ideologizada y de fuerte identidad donostiarra, pero determinante a la hora de inclinar la balanza. Y, por supuesto, los nuevos electores, con menos prejuicios que sus mayores. Mientras tanto, el 'factor nostalgia' puede convertirse en un inesperado acicate movilizador en estos comicios de proximidad. Que la nostalgia, siempre, es una rentable fábrica de emociones. Y más en San Sebastián, con una pirámide demográfica cada vez más envejecida en la que sobrevuelan algunas viejas facturas políticas y personales pendientes.

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