Las diez noticias clave de la jornada
El bertsolari Ekaitz Goikoetxea posa en el mismo escenario del Usurbe Antzokia donde cantó el bertso a Carrasco. Foto: Lobo Altuna | Vídeo: Morgancrea

Ekaitz Goikoetxea, el bertsolari que cantó a Isaías el día que ETA le asesinó

Ekaitz Goikoetxea. El 7 de marzo de 2008, tras escuchar la noticia del atentado contra Carrasco en Arrasate, le salió «de dentro» un bertso en su memoria. Se lo dedicó esa noche en el teatro de Beasain

A. GONZÁLEZ EGAÑA

Domingo, 6 de marzo 2022

El día que ETA asesinó a Isaías Carrasco rompió en mil pedazos la vida de su mujer Marian Romero, de sus hijos Sandra, Ainara y Adei, y de toda su familia. Su desgarro de dolor, rabia y tristeza infinita, sentida y compartida por sus compañeros ... socialistas, amigos, muchos vecinos de Arrasate y miles de vascos anónimos, encogió también el corazón de un joven beasaindarra de 28 años, irakasle de euskera en la Escuela para Adultos (EPA) de Mondragón y sobre todo bertsolari. Su nombre es Ekaitz Goikoetxea, no conocía de nada a la familia de Carrasco, pero ese día cantó un bertso a la memoria del socialista Isaías en el Festival de Primavera que se celebraba por la noche en Usurbe Antzokia de Beasain.

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Era la primera vez que un auditorio, lleno hasta la bandera de aficionados al bertsolarismo, escuchaba en forma de bertsos la condena de un asesinato de ETA ocurrido apenas unas horas antes. Sus rimas improvisadas provocaron el silencio durante cinco segundos, eternos, apenas quebrados por unos tímidos aplausos. Aquel bertso incomodó a muchos y otros «no se atrevieron» a agradecer el gesto con la liturgia de aplausos que acompaña siempre, «cantes bien o mal», a los bertsolaris, repasa el protagonista.

A la salida, una persona le llegó a preguntar: «¿Qué necesidad había de cantar ese bertso?». Goikoetxea reconoce que hablar de «ciertos temas» en estos certámenes o pedirles a los bertsolaris un análisis o un comentario en torno al mundo de ETA «era muy difícil entonces, casi tabú, y lo sigue siendo hoy, catorce años más tarde».

Ekaitz Goikoetxea rememora su vivencia de aquel 7 de marzo de 2008, en que el etarra Beñat Aginagalde se situó frente al parabrisas delantero del coche del exedil del PSE Isaías Carrasco, en el que se disponía a salir hacia su trabajo en el peaje de la autopista A-1, a su paso por Bergara, y le descerrajó cinco tiros. Era viernes, el último día de campaña para las elecciones generales. Al día siguiente, su hija mayor, Sandra Carrasco, clamó en la plaza de Arrasate que su padre, «un hombre valiente», había muerto «por defender la libertad, la democracia y las ideas socialistas».

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«Oí la noticia en la radio del coche, me rompí de dolor y me salió de dentro un bertso que tuve claro que iba a cantar esa noche»

La noticia del atentado

«Se hizo un silencio sepulcral durante cinco segundos. Pasado ese instante se escucharon unos tímidos aplausos»

la reacción en el teatro

Hace algunos meses, Goikoetxea, hoy profesor en el Instituto de Beasain, evocó su relato de aquel día en un vídeo creado por 'Morgan Crea' para ser exhibido en el Koldo Mitxelena, en la exposición 'El largo y sinuoso camino', organizada por el Departamento de Cultura de la Diputación y lo vuelve a recordar ahora para este periódico.

A 200 metros

Ese viernes, Ekaitz estaba justamente en Arrasate cuando se enteró de que ETA había asesinado a Carrasco a apenas 200 metros de la escuela en la que impartía clases de euskera desde hacía poco tiempo. Escuchó la noticia por la radio del coche cuando emprendía el viaje de regreso a casa. «En cuanto lo oí me quedé muy impresionado, sentí un desgarro interior, una gran tristeza, me rompí por dentro de dolor, enfado y tristeza. Me vine abajo, apagué la radio y enseguida me salió de dentro un bertso al que di forma y tuve claro que lo iba a cantar en la actuación de aquella noche», detalla. Su perfil de bertsolari, hoy más dedicado a escribir en euskera, lo dibuja él mismo como el de «una persona libre que siempre se ha esforzado en transmitir y decir lo que realmente piensa. Siempre he reaccionado hablando o compartiendo mis impresiones frente a las injusticias, sobre todo intentando transmitir mi solidaridad con aquellos que sufren injustamente».

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«¡Ekaitz, bien! Ha sido un saio (sesión) bonito. Pero el primer bertso que has cantado... ¿Qué necesidad había de cantarlo?»

la pregunta de un aficionado

«Tengo claro que se pueden tener puntos de vista diferentes, pero que, desde luego, el silencio no es el camino»

falta debate

En certámenes como el de aquella noche en Usurbe Antzokia los bertsolaris normalmente tienen la opción de cantar, tanto al inicio como al final, un saludo con un tema libre. Goikoetxea decidió que lo iba a hacer en el primer agurra y que lo que quería era compartir su «sufrimiento» sobre aquel atentado que desde la tarde daba vueltas en su cabeza.

Tenía claro que «no podía hablar de ninguna otra cosa antes de exteriorizar lo que sentía sobre el asesinato de Carrasco». Intuía, además, que podía pasar toda la actuación «sin que nos pusieran un tema como ese, ya que en este mundo de los bertsos se ha tratado muy poco la violencia. Se ha verbalizado poco sobre ETA».

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Cuando llegó su turno, el presentador le anuncio. Ekaitz se levantó de su silla y en pie cantó su bertso: «ETAk tiroka hil du /Isaías gaztea, /herritar ameslari /ta gizon askea, /aurrean seme-alabak /eta emaztea, /urratuta bukatu /dugu lan-astea, /dugu lan-astea, /Isaías gaztea... /Kostako zaigu berriz /bizitzen hastea». Traducido sería: «ETA ha matado a tiros /al joven Isaías, /al paisano soñador /y libre de corazón /tenía cerca a sus hijos /y a su esposa, /hemos terminado desgarrados /la semana laboral, /semana laboral, /joven Isaías... /Nos costará volver /a vivir de nuevo».

Tras cantar el bertso se quedó un par de segundos de pie y volvió a sentarse. «Se hizo un silencio sepulcral cinco segundos. Pasado ese instante se escucharon unos tímidos aplausos. Y eso fue todo», rememora. «Fue un momento impresionante, un momento que da mucho que pensar», expresa.

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La respuesta del público

La sesión siguió con normalidad, los seis bertsolaris hicieron distintos ejercicios, pero tal y como se imaginaba Goikoetxea no hubo ninguna otra mención al asesinato de Isaías Carrasco. Al terminar se retiraron del escenario a una esquina y como es habitual se les acercó gente del público a comentar la sesión. «¡Ekaitz, bien! Ha sido un saio (sesión) bonito. Pero el primer bertso que has cantado... ¿Qué necesidad había de cantarlo?», le dijo un aficionado. Le cuestionó si «imaginaba o esperaba otra respuesta del público». La pregunta le afectó «bastante», pero al mismo tiempo la agradeció porque suscitó cierto debate. Respondió que no entendía cómo le preguntaba algo así, «cuando esa necesidad la debíamos haber sentido todos cuando ETA había matado horas antes a Isaías Carrasco».

Los bertsos de Ekaitz Goikoetxea

BERTSO ORIGINAL

«ETAk tiroka hil du Isaías gaztea, herritar ameslari ta gizon askea, aurrean seme-alabak eta emaztea, urratuta bukatu dugu lan-astea, dugu lan-astea, Isaías gaztea... Kostako zaigu berriz bizitzen hastea».

TRADUCCIÓN

«ETA ha matado a tiros al joven Isaías, al paisano soñador y libre de corazón tenía cerca a sus hijos y a su esposa, hemos terminado desgarrados la semana laboral, semana laboral, joven Isaías... Nos costará volver a vivir de nuevo».

Años más tarde algunos de aquellos espectadores, algún familiar, amigo o incluso algún compañero que otro le han reconocido que no estuvieron finos, que es un tema del que «cuesta hablar». «Varios de los que estaban allí me decían que hubieran aplaudido a gusto, pero que pensando en lo que podían decir otros –la cuadrilla, el partido, el entorno...–, se sintieron cohibidos. Que les pilló de sorpresa o les dio reparo, que no se sintieron cómodos o que por la tensión que se creó no aplaudieron», relata.

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El bertsolari reconoce que es eso justamente lo que le da «más pena», convencido de que se pueden tener puntos de vista diferentes, «pero que desde luego el silencio no es el camino». «Al final, los sentimientos perviven y el dolor sigue siendo dolor. Lo que ocurre a nuestro alrededor genera unos sentimientos y me parece importante hablar de ello», cita.

Goikoetxea echa la vista atrás y se reafirma en que aquel día tenía que cantar un bertso en memoria de Carrasco, «tanto en Beasain como en cualquier otro lugar». «Lo canté muy a gusto porque me sentí libre y porque en aquel momento sentí que era lo que tenía que hacer», resume.

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Desde joven, ya con 16 años, Goikoetxea no ha evitado mostrarse contrario a la violencia y lo ha dejado patente en público, no solo en el mundo del bertso, sino en otros ámbitos como las concentraciones para pedir la liberación de José María Aldaia, de Julio Iglesias Zamora... «Siempre he estado en primera línea, pero para denunciar todo tipo de vulneraciones. Lo expresé igual cuando pasó lo de Egunkaria, en algún homenaje a 'Naparra', a Zabalza... o para apoyar al acercamiento de los presos de ETA», cita.

La oportunidad de 'Maixabel'

Ahora, cuando ya se ha cumplido una década del fin de ETA, reconoce que «estamos mucho mejor que hace años», pero constata que en el bertsolarismo «se sigue sin enfrentarse, cara a cara, a lo que ha pasado con el terrorismo». Para muestra un botón. Cita la oportunidad que brinda la laureada película 'Maixabel'. «Ha podido ser un buen tema sobre el que ejercitar los bertsos en festivales, pero hasta ahora no se ha escuchado nada así», señala.

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Goikoetxea habla con conocimiento de causa. Mantiene «buena relación» con Maixabel Lasa y con su hija María desde que acudió al homenaje en el décimo aniversario del asesinato del exgobernador civil de Gipuzkoa, el socialista Juan Mari Jáuregui. «Voy todos los años con mi hermana Irati a Legorreta. Canto bertsos y ella recita un poema». También ha cantado en homenajes a 'Naparra', en actos de memoria histórica... «En todos los casos lo que hay que pedir es justicia, reparación, verdad, memoria y condena sobre todo».

En el bertsolarismo, explica, se improvisan rimas sobre temas de actualidad. «Hoy es Ucrania o la pandemia, pero no estaría mal que se cantara también sobre los encuentros restaurativos que se cuentan en 'Maixabel'. Sería muy enriquecedor escuchar algo así cantado por dos bertsolaris, uno podía tomar el papel de Maixabel y el otro el de Ibon Etxezarreta». «Llevamos diez años sin ETA, se abren nuevos caminos, la izquierda abertzale ha dado pasos, pero aún nos cuesta, no solo en el mundo del bertsolarismo, sino en general, verbalizar algunas palabras como ETA», apunta.

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Harkaitz Millán: «Deja en evidencia la ambigüedad calculada de muchos»

El relato de Ekaitz Goikoetxea ha formado parte de la exposición 'El largo y sinuoso camino' y destaca, según el diputado foral de Cultura, Harkaitz Millán, «por su claridad meridiana que deja mucho más en evidencia la ambigüedad calculada de muchos». «Se puede ser euskaldun, euskaltzale, bertsolari y hasta abertzale, pero distinguir claramente las injusticias y el terrorismo», expresa Millán. En el marco de estas iniciativas culturales ligadas a los diez años del fin de ETA, el 16 de marzo se presentará en Donostia, de la mano de la Fundación Rubial y la UPV, el libro 'Cultura en tiempos de violencia', editado por el Departamento foral de Cultura.

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