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David González
Jueves, 6 de julio 2023, 07:59
Koldo Ochandiano se ha convertido este miércoles en el segundo condenado del 'caso De Miguel', el mayor escándalo de corrupción del País Vasco, que ingresa en prisión. Según ha sabido en exclusiva este periódico, este exintegrante del PNV se presentó a las 19.30 ... horas en el centro penitenciario de Álava, más conocido como Zaballa.
Al contrario que Alfredo De Miguel, considerado principal cabecilla de esta trama que exigía comisiones ilegales entre otros ilícitos, Ochandiano acudió un día antes del límite marcado por la magistrada de la Audiencia Provincial de Álava Elena Cabero para él y para el exnúmero dos del PNV alavés. Ochandiano había presentado varios recursos para eludir o demorar su encarcelamiento. Sin embargo, siempre obtuvo la negativa de esta jueza. Uno de los últimos fue un informe clínico que revelaba un proceso ansioso depresivo. Los forenses judiciales determinaron que «no puede considerarse enfermedad muy grave y que puede ser realizado seguimiento dentro del centro penitenciario».
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De esta manera, Ochandiano ha pasado su primera noche en una celda de 13 metros cuadrados. Lo ha hecho acompañado de un preso de confianza, como marca el protocolo penitenciario. Este jueves será evaluado y sometido a varias pruebas para determinar en qué módulo se le reubica así como su estado de salud. En principio, irá a uno de respeto, donde residen los presos menos conflictivos.
En uno de esos edificios se halla Xabier Sánchez Robles, el primer condenado del 'caso De Miguel' en ingresar en la cárcel. Fue el único de los cuatro castigados con penas de cumplimiento que no intentó dilatar su paso por prisión. Se convirtió en interno de Zaballa el 16 de mayo.
En cuanto a Ochandiano, este excontable del Parque Tecnológico de Álava –el Gobierno vasco le mantuvo varias semanas en su puesto tras la sentencia definitiva del Supremo en enero– y exburukide se encargaba de la ingeniería financiera de la trama. Según prueban numerosos correos electrónicos exhibidos durante el juicio desarrollado en la Audiencia Provincial de Álava, hace ya cuatro años, daba «instrucciones» a seguir por los otros implicados.
Un botón. En el registro de su camarote se encontró documentación escrita a mano donde se indicaban las maniobras en las distintas sociedades creadas para cobrar comisiones y lucrarse de manera ilícita. Esta prueba intentó ser anulada por su abogado, sin éxito. Y «por ella» fue condenado a un global de casi 7 años de cárcel por prevaricación, cohecho, falsedad en documento mercantil, tráfico de influencias, blanqueo de capitales y asociación ilícita.
Al igual que sucede con su amigo De Miguel, sólo una de sus numerosas condenas alcanzaba los dos años y un día de cárcel. Se trata del cargo de asociación ilícita. En su caso ascendía a dos años y tres meses. Tanto la Audiencia Provincial de Álava como el Tribunal Supremo le han aplicado la fórmula de 'la triple de la mayor' (multiplicar por tres su mayor pena individual como especifica el artículo 76.1 del Código Penal). Es decir, cumplirá un máximo de seis años y nueve meses entre rejas.
El más 'rebelde' durante el juicio ha labrado toda su carrera profesional al cobijo del PNV. Se curtió en las juventudes de EGI, donde dirigió una revista. Ostentó cargos en Osakidetza o el IFBS, el «instituto» que gestiona los Servicios Sociales en Álava. Atacó sin miramientos a Ainhoa Alberdi, la denunciante que propició la investigación ahora culminada, durante su declaración judicial. Al considerar el Gobierno vasco que la sentencia de la Audiencia Provincial de Álava, emitida en diciembre de 2019, no era firme le mantuvo como contable del Parque Tecnológico de Álava hasta marzo de este año.
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