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José Antonio Ardanza, en la última entrevista concedida a DV en fabrero de 2022. De la Hera
Fallece Ardanza, el lehendakari que abanderó los pactos entre diferentes

Fallece Ardanza, el lehendakari que abanderó los pactos entre diferentes

Fue artífice de las coaliciones PNV-PSE y del acuerdo de Ajuria Enea, que lideró la deslegitimación de ETA

Alberto Surio

San Sebastián

Lunes, 8 de abril 2024

El exlehendakari José Antonio Ardanza falleció ayer lunes a los 82 años en su domicilio de Kanala, en la ría de Urdaibai, en Bizkaia, tras una larga enfermedad. Fue lehendakari por el PNV desde 1985 hasta 1999, la presidencia más larga en Euskadi, y en su mandato impulsó el Pacto de Ajuria Enea. Nacido en Elorrio, fue simpatizante jeltzale desde su juventud y una persona comprometida a lo largo de toda su vida con el PNV. Fue lehendakari después de Carlos Garaikoetxea y antes del periodo de Juan José Ibarretxe, al que entregó la makila de lehendakari el 2 de enero de 1999 en la Casa de Juntas de Gernika. Dos años antes de ser elegido lehendakari, en 1983, fue diputado general de Gipuzkoa. También fue alcalde de Arrasate tras vencer en las elecciones de 1979, las primeras municipales en democracia tras la dictadura franquista.

Es el primer lehendakari que fallece tras la aprobación del Estatuto en 1979. El primer Consejo General del País Vasco, de carácter preautonómico, fue creado en 1978 bajo la presidencia del histórico socialista Ramón Rubial y, después, de Garaikoetxea.

La inesperada muerte de Ardanza, que llevaba tiempo enfermo, ha sacudido la campaña electoral vasca, que lógicamente se verá afectada por este hecho luctuoso. Ha sido el representante por excelencia de la Euskadi del pacto entre diferentes. Después de la escisión del nacionalismo institucional entre el PNV y EA, Ardanza fue el artífice del acuerdo de coalición entre el PNV y el PSE, con un reparto equitativo de carteras. El primer vicelehendakari de la coalición fue el socialista Ramón Jáuregui, que después liderararía el PSE tras la marcha de Txiki Benegas y con el que tuvo una gran sintonía personal. Los jeltzales habían quedado tocados tras la escisión protagonizada por Garaikoetxea, que tuvo como trasfondo el polémico debate sobre la Ley de Territorios Históricos. De hecho, en aquellas elecciones autonómicas de 1986, el PNV logró 17 escaños frente a los 19 del PSE. La negociación de un gobierno alternativo entre el PSE, EA y Euskadiko Ezkerra no frutificó por diferencias en torno al traspaso del régimen económico de la Seguridad Social. Finalmente los socialistas llegaron a un acuerdo de gobierno por el que cedían la Lehendakaritza al PNV.

Ardanza también lideró de forma contundente y activa la movilización contra ETA, que canalizó a través del Pacto de Ajuria Enea, en el que se marcaron claras diferencias con el mundo radical no solo en los medios -terroristas- sino también en los fines, que vinculó al totalitarismo que pretendía imponer un proyecto ideológico y político determinado, el de la izquierda abertzale radical, al conjunto de la sociedad. Este fue uno de sus principales legados políticos por el que recibió severos reproches desde ese espectro rupturista. El mayor valedor de Ardanza que trabajó entre bambalinas como asesor personal suyo durante muchos años fue José Luis Zubizarreta, colaborador de este periódico, que provenía en su momento del ámbito de la gestión de los servicios sociales en Bizkaia.

El exlehendakari militó siempre en las posiciones más templadas y posibilistas del nacionalismo vasco. En la etapa final del Pacto de Ajuria Enea, presentó una propuesta -el 'Plan Ardanza'- que establecía la posibilidad de un 'incentivo político' para incorporar al MLNV al juego de la política democrática y propiciar así el final dialogado del terrorismo. Fue crítico con la deriva del Pacto de Lizarra y siempre mantuvo una estrecha relación con Xabier Arzalluz y una disciplina total a los órganos de dirección del PNV.

Tras su retirada de la política activa, Ardanza se implicó en el mundo de la empresa como presidente de Euskaltel. En aquel consejo de administración también participaban Mario Fernández, en su día vicelehendakari, y que entonces era presidente de Kutxabank, y Juan Ramón Guevara, secretario de la entidad y que había sido consejero de Justicia, Presidencia y Desarrollo Autonómico del Ejecutivo autonómico.

Nacido en Elorrio en 1941, Ardanza estudió Derecho en la Universidad de Deusto, en Bilbao, trabajó durante años como asesor de la Caja Laboral. Siempre mantuvo una buena relación con el mundo cooperativo vasco y con la cúpula empresarial del país. En 1979 dio el salto a la política activa.

Uno de los momentos más complejos fue cuando tuvo que asumir la Lehendakaritza tras la marcha de Carlos Garaikoetxea por la escisión. Familias enteras del nacionalismo vasco quedaron traumatizadas por aquella fractura, que se cebó especialmente en la organización jeltzale de Gipuzkoa y de Navarra. También en Álava, en donde el entonces alcalde de Vitoria, José Ángel Cuerda, lideró al sector que en un primer momento permaneció con EA, aunque después se pasó al PNV.

En su última entrevista en DV, publicada el 20 de febrero de 2023, Ardanza asegura que «las coaliciones en Euskadi seguirán siendo necesarias durante varias legislaturas» y pronostica que «los pactos tendrán que ir buscando soluciones a la dualidad vasca y española de nuestra sociedad».

Ardanza también reconoce en la entrevista que después de la violencia de ETA, todos los pactos van a ser posibles porque habrá un tiempo en el que, en su opinión, no habrá mayorías absolutas y serán factibles acuerdos de diferente naturaleza.

La dirección del PNV ha expresado su «gran dolor y tristeza» tras conocer la noticia y ha trasladado su sentido pésame a su mujer, Mari Glori Urteaga, y a sus hijos Nagore y Aitor. Su funeral será mañana a las siete en la basílica de su Elorrio natal.

La campaña electoral no se suspenderá, aunque ayer ya hubo numerosas reacciones de pesar desde instituciones y partidos y el anuncio de tres días de luto oficial.

Su carácter ha estado moldeado por las convicciones y su compromiso con Euskadi, con los valores democráticos y con el respeto a los derechos humanos. De sentimiento religioso profundo, Ardanza era una persona sencilla y de acendrado optimismo vital. Una de sus máximas favoritas para los momentos más complejos era que «después de la tempestad y de la noche oscura, siempre amanece y sale el sol». Era el consejo de un misionero vasco al que apreció toda su vida.

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