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El Gobierno cree que es el momento de abrir una nueva etapa con Cataluña. Una y otra vez, Íñigo Méndez de Vigo ha insistido en que ha llegado «la hora del diálogo político productivo» con la Generalitat dentro de los márgenes de la ley. Después de que Quim Torra haya tomado posesión como presidente catalán, el Ejecutivo está dispuesto a relativizar las «cosas accesorias o de formas». Sin embargo, no vería con buenos ojos el nombramiento de consejeros que a día de hoy están en prisión preventiva.
«Actuaremos si se hace, el Gobierno no actúa sobre hipótesis y no quiere hacerlo», ha avanzado con cautela el portavoz gubernamental sin aportar más detalles sobre qué podría hacer, llegado el caso, el Ejecutivo. En primer lugar, Méndez de Vigo entiende que para que un dirigente político encarcelado tome posesión de un cargo, el juez debería autorizar su salida de prisión. Pero, además, descarta que alguien en esas condiciones se pueda «ocupar» de una consejería.
Es por eso que el ministro portavoz hace un llamamiento a que impere el «sentido común» en la formación del gabinete de Torra. «Ningún Gobierno responsable busca llevar a cabo medidas para subir la tensión. La lectura que haría cualquier persona si eso se produjera (la designación de consejeros encarcelados), es que hay un presidente de la Generalitat de Cataluña que quiere aumentar la tensión», ha advertido.
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