Joseba Asiron

El profesor euskaldun recupera la makila

Tras su paso por la Alcaldía y por la oposición en el Ayuntamiento está claro que ya no lo es, pero Joseba Asiron Saez era hasta hace unos años una cara nueva en la coalición soberanista, la más alejada en Navarra de la política profesional. Nacido en Pamplona un 14 de abril (día de la República) de 1962, casado y padre de dos hijos, es licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza y doctor en esta materia por la de Navarra. Profesor de la ikastola San Fermín, ha pasado en las aulas prácticamente toda su vida.

Se ha curtido en movimientos culturales y de defensa del euskera. Al amparo de ellos puso su nombre en un texto que condenó expresamente el asesinato del concejal de UPN Tomás Caballero, perpetrado por ETA en 1998. «Nosotros, euskaldunes navarros en el umbral del siglo XXI, ante el criminal atentado cometido en Pamplona, queremos manifestar nuestra más firme y total condena del injustificable asesinato de Tomás Caballero». Este era el inicio de un manifiesto que, además, subrayaba que «ETA, matando a hombres y mujeres en nombre de Euskal Herria», provoca «un daño evidente a la convivencia», «dolor a la sociedad» y «un perjuicio incalculable al desarrollo del euskara». La declaración fue firmada por 134 personalidades de la cultura vasca entre los que figuraban escritores, profesores, historiadores y traductores.

Cosas de la vida, cuando fue elegido alcalde de Pamplona, la hija del concejal asesinado, María Caballero, publicó una carta en la que sostenía que «Pamplona no merece un alcalde de Bildu» y recordaba que los tres representantes que tenía entonces Batasuna no condenaron el asesinato de su padre. Asiron ha manfiestado en más de una ocasión que no habría dado el paso si ETA siguiera matando o si no hubiese anunciado su disolución (2011). En 2016, ya como regidor, participó por primera vez en el homenaje a Tomás Caballero y denunció su «muerte absolutamente injusta». «La erradicación de la violencia no es una cuestión de estrategia política, sino de dignidad humana, valores, altura ética y moral», añadió.

Entrar de lleno en la arena política le supuso alejarse de sus alumnos. «Espero que merezca la pena», dijo. Y debió de merecerlo, ya que ocho años después sigue unido al Ayuntamiento de Pamplona. Se declara Asiron «una persona muy familiar y muy amiga de sus amigos». Aficionado a viajar, el campo y la lectura, asegura que siempre está «leyendo dos o tres libros». También es autor de varias obras en solitario o en colaboración. Los últimos, 'Historia ilustrada de Euskal Herria' y 'Adiós, Pamplona', vieron la luz en 2014, justo antes de ir en las listas de EH Bildu.

Se estrenó como alcalde con polémica. Los Sanfermines tuvieron en 2015 un arranque movido por la colocación de la ikurriña en la balconada del Ayuntamiento de Pamplona. Los partidos del equipo de Gobierno insistieron en que, de esta manera, estaban «representadas todas las sensibilidades». «La ikurriña es el símbolo del cambio», defendió Asiron. La decisión cosechó las críticas de PPN, PSN y UPN, que denunció la «imposición de una bandera que no es la nuestra», en palabras del exalcalde Enrique Maya. La delegación del Gobierno en Navarra llegó a interponer un recurso contencioso administrativo contra la decisión.

Tampoco tuvo un final tranquilo. En 2018, Asiron se quedó en minoría al expulsar a Aranzadi y a Izquierda-Ezkerra (antigua IU) del equipo de Gobierno del Ayuntamiento después de que ambas formaciones se abstuvieran en la votación del proyecto de inversiones financieramente sostenibles. Así, se rompió el Ejecutivo cuatripartito. EH Bildu y Geroa Bai mantivieron el poder hasta las siguientes municipales. «Es el inicio del fin de un experimento terriblemente nocivo para Pamplona», dijo entonces el portavoz de UPN, Enrique Maya. Los foralistas recuperaron la Alcaldía en los comicios de 2019 de la mano de Navarra Suma (UPN, PP y Ciudadanos) tras ganar las elecciones el 26-M con un resultado que rozaba la mayoría absoluta: trece ediles en una Corporación de 27.

Los siete ediles de EH Bildu se votaron a sí mismos y los cinco del PSN procedieron de la misma manera. Los dos de Geroa Bai, por su parte, apoyaron a Joseba Asiron. Pero no le dieron los números y pasó a ocupar la bancada de la oposición como portavoz de la coalición abertzale. El próximo 28 de diciembre las tornas volverán a cambiar, cuando el pleno de Pamplona dé luz verde la moción de censura para sustituir a la actual regidora, Cristina Ibarrola (UPN).