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JORGE SAINZ
SAN SEBASTIÁN.
Miércoles, 2 de mayo 2018, 15:30
Los dirigentes políticos y mediadores internacionales que avalarán este viernes la desaparición de ETA han dado el 'sí' a participar en el acto de Kanbo una vez que se les han garantizado que el anuncio de final de la banda será «claro y contundente», según fuentes conocedoras de los preparativos. Los representantes extranjeros invitados pusieron esa condición para respaldar el encuentro en Iparralde, además de considerar necesario que hubiera previamente un reconocimiento por parte de la organización del daño causado por sus atentados, algo que se produjo el pasado día 20 a través de un comunicado público.
Los organizadores del acto de Kanbo ultiman ya los detalles del mismo, a la espera de que en las próximas horas, previsiblemente entre hoy o mañana, ETA difunda, probablemente a través de un vídeo en la BBC británica, el comunicado en el que anuncie oficialmente que deja de existir tras 59 años de historia. Centros de diálogo y mediación como la suiza Henri Dunant, que ya se implicó en anteriores procesos de paz, trabajan en este proceso de final de la organización ya desarmada.
El Grupo Internacional de Contacto (GIC) del sudafricano Brian Currin, el Foro Social Permanente y la organización vascofrancesa Bake Bidea están cerrando ya la presencia de un grupo de políticos internacionales, una vez cuadradas sus agendas, que estarán en este encuentro. Su identidad se quiere preservar hasta que comparezcan el mismo viernes en la villa termal. Solo han trascendido, hasta ahora, dos nombres: el del histórico líder del Sinn Féin irlandés Gerry Adams, aliado referencial de la izquierda abertzale, y Jonathan Powell, el exjefe de gabinete del exprimer ministro laborista británico Tony Blair.
Desde el Gobierno español se han producido algunas presiones diplomáticas para intentar condicionar la presencia de la delegación internacional, aunque el hecho de que el encuentro se vaya a celebrar en territorio del Estado francés garantiza que no habrá ningún tipo de problema judicial, según las fuentes consultadas. Pero sobre todo, los participantes están dando el 'sí' tras haber recibido garantías de que el anuncio de ETA supondrá su desaparición definitiva y efectiva, y significará que a partir del viernes no quede nada ni nadie detrás de la sigla de la banda, que terminará arrinconada, siempre según los medios consultados.
PARTICIPANTES
2011
SEMANA DECISIVA
El aval internacional ha sido uno de los factores que han acompañado a todos los pasos dados por ETA, desde el cese de la violencia en 2011 al desarme del pasado año en Baiona. Por ello, en este anuncio de bajada definitiva de la persiana se repetirá este esquema. Se prevé que venga un grupo internacional de entidad, acorde al carácter histórico de la decisión. Es probable que repitan varios de los presentes en la conferencia de Aiete de 2011, que precedió al abandono de la actividad armada, aunque no estará el principal nombre de aquella tarde en Donostia, el exsecretario general de la ONU Kofi Annan. Adams y Powell sí estarán, mientras que la exprimera ministra noruega Gro Harlem Bruntdland no podrá asistir por diversas razones. El resto de congregados en Aiete fueron el exprimer ministro irlandés, Bertie Ahern, y el exministro socialista francés de Interior Pierre Joxe. Es probable que se sume algún nombre nuevo que no participó en aquella cita, aunque se guarda con celo su identidad, en un clima de gran discreción.
El reclutamiento de nombres internacionales no es sencillo debido a la presión política y diplomática de las autoridades españolas. Ya en febrero de 2014, durante el primer gesto de entrega de las armas, escenificado en un hotel de Bilbao, los verificadores del desarme, con el ceilandés Ram Manikkalingam a la cabeza, acabaron en la Audiencia Nacional en Madrid, como testigos, cuando se dirigían al aeropuerto para abandonar España. No hubo ninguna medida judicial contra ellos, pero pasaron por una situación de cierto apuro. Ya en 2011 se guardó con celo el nombre de los participantes, con el golpe de efecto final de la presencia de Kofi Annan. Y eso que entonces en España gobernaban los socialistas de José Luis Rodríguez Zapatero, que dejaron hacer, conscientes de la importancia de que ETA dejara las armas para siempre. No obstante, sí que el Estado movió pieza para evitar, por ejemplo, que se personara en San Sebastián Tony Blair, que ya había avalado el proceso fallido de paz de 2006. Finalmente fue Powell quien le relevó en Aiete, recuerdan las fuentes consultadas
Para evitar riesgos de este tipo, los organizadores del encuentro internacional han optado ahora por trasladarse al País Vasco francés. En todo caso, los impulsores de la cita insisten en que en este evento no se leerá el comunicado final de ETA, un temor que anida sobre todo en los partidos vascos, como el PNV. El pronunciamiento de la banda se conocerá antes, entre hoy y mañana. Y desde el GIC y el Foro Social reiteran que será una cumbre para certificar la entrada de un nuevo escenario político, «no para blanquear a ETA», según los medios consultados.
La cita de Kanbo comenzará oficialmente a las doce del mediodía, aunque desde más de una hora antes se producirá la llegada de los invitados. El evento tendrá dos partes. Primero habrá un encuentro en el interior de Villa Arnaga, donde los dirigentes internacionales se reunirán con políticos y agentes vascos participantes. Posteriormente se leerá una declaración, cuyo contenido está por rematar, en castellano, francés e inglés, para dar por bueno lo que diga ETA la víspera, en el convencimiento de que supondrá su disolución de facto. No se utilizará ese término, que es el que desearía el Gobierno español, pero sí habrá una formulación clara, insisten las citadas fuentes. La declaración de los dirigentes internacionales no se podrá pronunciar en euskera, ya que ninguno de ellos conoce, lógicamente, la lengua vasca.
También habrá una presencia de facilitadores internacionales del grupo de Currin. El uruguayo-israelí Alberto Spektorowski, o el exjefe británico de la Interpol Ray Kendall, estarán presentes. A quienes no se espera es a los verificadores del desarme, cuya labor concluyó con la entrega de armas. Otra de las grandes incógnitas es si habrá, como el año pasado en Baiona, representación eclesiástica como la del arzobispo católico de Bolonia, Matteo Zuppi. No acudirán el lehendakari, Iñigo Urkullu, ni la presidenta de Navarra, Uxue Barkos. Urkullu, de hecho, ha rechazado también la invitación para asistir como participante en los procesos de paz de todos estos años, concretamente el de Loiola.
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