Lágrimas y emoción en la sede de Prim

Alegría contenida y mucha emoción pero, sobre todo, lágrimas. Las lágrimas de Ernesto Gasco abrazado a Marisol Garmendia resumían el sentir de los socialistas que se encontraban anoche en la sede de la calle Prim tras una jornada de horas de espera, alta tensión y cansancio. Pero el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil no fue el único que derramó tantas lágrimas, Harkaitz Millán tampoco pudo reprimir una emoción contagiosa que corrió como la pólvora entre los socialistas de la candidatura de Garmendia tras conocer su victoria.

Una emoción que desató un sinfín de largos abrazos y de buenas palabras hacia Garmendia. El equipo que ha apoyado, cuidado y sostenido a la aspirante del PSE a la Alcaldía de San Sebastián durante las últimas semanas se sentía aliviado y orgulloso. Sus compañeros, su familia, como le gusta decir a Marisol, confesaron sin complejos, en el bar de la sede de Prim, su alegría y «sus muchas ganas» de ponerse a trabajar para alcanzar el objetivo al que las dos candidaturas aspiraban, arrebatar la Alcaldía donostiarra al jeltzale Eneko Goia. Pero la ya candidata, tranquila y sin perder la sonrisa, prefirió no compartir una copa y se marchó a casa, agotada, después de un día interminable...

La única persona que anoche no se acercó a felicitar a la ganadora de las primarias del PSE fue su rival, Odón Elorza. El diputado no se dejó ver en la sede de Prim hasta última hora. Se refugió con los suyos en el bar de la agrupación y, pese a la insistencia de los periodistas, evitó hacer declaración alguna. Se espera que lo haga hoy en la comparecencia conjunta que protagonizará junto a su contrincante. No obstante, el exalcalde donostiarra sí tuvo un gesto con su compañera de partido y le brindó un saludo a través de su cuenta de Twitter. Un escueto mensaje que decía: «Perdí las primarias en San Sebastián: Enhorabuena a la ganadora y buen triunfo del partido».

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