Borja Sémper tuvo una constante presencia en las redes durante su etapa como político. josé ignacio unanue
Política

Borja Sémper: «Pasé por momentos desagradables, a nadie le gusta que le insulten»

«Muchos políticos no aspiran ni quieren que las redes sociales se relajen o prestigien. Cuanto más barro, mejor para ellos»

Fernando Segura

San Sebastián

Jueves, 8 de diciembre 2022, 09:11

Borja Sémper lo ha sido prácticamente todo en la política vasca: parlamentario, presidente del PP de Gipuzkoa, concejal del Ayuntamiento de Donostia y candidato a la Alcaldía... Una intensa trayectoria con una presencia constante en las redes sociales que recuerda con sabor agridulce.

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– ¿ ... El desprestigio o deriva de las redes sociales, especialmente de Twitter, está provocando que los políticos se alejen de ellas o las siguen necesitando?

– Las redes son un canal de comunicación y propaganda aparentemente eficaz, donde parecería que si te dedicas a la política es necesario estar. El problema radica en que muchos políticos no la utilizan para comunicar su posición sobre algún tema, escuchar o interactuar con otros usuarios, sino que son plataformas de agitación donde solo les interesa dirigirse a su propia parroquia. Quienes así funcionan siguen necesitando las redes sociales, en especial Twittter. No aspiran ni quieren que la red social se relaje o prestigie. Cuanto más barro, mejor para ellos.

– ¿Las redes se han convertido en un peligro para la democracia?

– No lo podemos saber, porque a las amenazas conocidas para nuestra convivencia se suman modernas amenazas para la democracia que van a llegar de lugares y formas insospechadas. Las redes sociales son canales de comunicación donde también se pueden compartir y divulgar ideas nocivas, tóxicas y peligrosas. Desde esa perspectiva pueden traer cosas buenas o muy negativas.

– ¿El ascenso del populismo o de políticos como Donald Trump surgen de este caldo de cultivo?

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– Esos fenómenos utilizan las redes sociales para divulgar lo que por canales convencionales sería más difícil. Twitter, por ejemplo, es hoy una plaza pública, pero mucho más cómoda que ir a la plaza del pueblo con un megáfono a insultar o difamar a adversarios. En España tenemos ejemplos 'trumpistas' protagonizados por Podemos y Vox, que utilizan las redes sociales para divulgar bulos o señalar a medios de comunicación, periodistas o particulares, en función del interés político que tengan en denigrar o menospreciar a alguien.

– Usted fue muy activo en redes en su época de político. ¿La experiencia fue positiva o negativa?

– En general, fue positiva.

– ¿Pasó por momentos desagradables?

– Sí, pasé por momentos desagradables porque a nadie en su sano juicio le gusta que le insulten cuentas anónimas. Pero aprendí que lo que se dice en Twitter pertenece a un ecosistema muy particular con un impacto limitado y efímero en la vida real. También que las redes, en definitiva, no dejan de ser una enorme caja de resonancia digital donde ni el prestigio ni la razón suelen ser valoradas, por lo que es mejor no tomárselas demasiado en serio. El problema es que hay mucha gente, también políticos, que se las toman muy en serio y a la tremenda porque es la manera que tienen de sentirse muy importantes o para tratar de mitigar su frustración.

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