Presos de ETA disidentes lanzan el primer desafío al Gobierno Vasco

El Gobierno Vasco negó este martes que los reclusos decidieran poner fin a su huelga por que hayan «logrado el compromiso de la cárcel», de que «esta semana o la siguiente estará en un módulo normal y que no debe compartir celda con nadie más», como aseguró en redes sociales Tinko, organización que tiene como objetivo «la amnistía total» que afirmaban que «han ganado la lucha». Fuentes del Ejecutivo vasco explicaron que la decisión se produjo después de que Etxeberria recibiera la visita de su mujer y del reconocimiento médico en el que se dieron las primeras muestras de «deterioro físico» del recluso. Indicaron además que «cuando se libre una celda individual» el citado recluso «será trasladado al módulo residencial».

Se trata del primer pulso tras el final de la dispersión y llega justamente el mismo día que se cumple un mes del anuncio del traslado de los últimos internos de la banda a las prisiones de Euskadi.

Los hechos se remontan al pasado día 14, cuando Etxeberria, condenado en 2009 a 27 años y nueve meses de prisión por pertenencia a organización terrorista y por los delitos de transporte y depósito de sustancias explosivas, fabricación de aparato explosivo, falsificación de placas de matrícula y de documentos oficiales, así como por tenencia ilícita de arma, fue trasladado desde la prisión palentina de Dueñas a Zaballa, donde se le comunicó que se le asignaba una celda compartida con otro recluso en un módulo residencial, que el interno rechazó. No aceptar compartir celda con otro preso motivó su traslado al departamento de ingresos y la aplicación de restricciones respecto al régimen ordinario marcadas en el artículo 75 del reglamento penitenciario, lo que, según las mismas fuentes, «no significa que esté en aislamiento».

El pasado día 19, cinco días después de su llegada a Zaballa, Etxeberria comenzó una huelga de hambre y patio, a la que el pasado lunes se sumaron los otros siete reclusos. Se trata de Jon Kepa Preciado, Orkatz Gallastegi, Mikel San Sebastián, Aitor Cotano, Dani Pastor y Jesús Mari Etxebarria, todos ellos internos en el centro penitenciario alavés, así como Patxi Ruiz, que cumple pena en Pamplona. No es la primera huelga de hambre de un preso de ETA desde que el Gobierno Vasco asumió la transferencia. Iñaki Bilbao mantuvo una protesta similar durante 24 días para reivindicar una «Euskal Herria independiente».

En Zaballa, hay en estos momentos 105 celdas ocupadas cada una por dos presos. Esas dependencias se doblan y desdoblan en función de la disponibilidad y en función del número de presos en cada momento, variando cada día esa foto fija. Fuentes del Gobierno Vasco indicaron además que para que Etxebarria no hubiera compartido celda en sus primeros días de llegada al centro alavés, «otro recluso actualmente en una individual debiera haber pasado a una celda doble». En estos momentos en las tres cárceles vascas hay 31 internos e internas de ETA que comparten celda con otro preso, «sin que se haya producido ningún problema especial de convivencia», señalaron fuentes del Ejecutivo.