«Este reconocimiento viene bien para sanar las heridas del alma»

Lisardo Cano, Luis María Ralla y Olatz Etxabe pusieron voz a todas las víctimas de abuso policial reconocidas

A. González Egaña

San Sebastián

Martes, 31 de octubre 2023, 22:47

Con inmensa emoción, dos hombres y una mujer, Lisardo Calo, Luis María Ralla Arruti y Olatz Etxabe, pusieron voz este martes a las 66 víctimas reconocidas en el tercer informe del Gobierno Vasco sobre los casos de violencia de motivación política. Los dos primeros eran ... muy jóvenes cuando sufrieron en su propia carne las vulneraciones que ahora han sido reconocidas y en el caso de Olatz apenas tenía 10 años cuando el Batallón Vasco Español asesinó a su aita de diecisiete tiros.

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«Este reconocimiento viene bien para sanar las heridas del alma», expresó Lisardo Calo con la voz entrecortada tras recordar su caso. Fue víctima con 17 años de un disparo de la Guardia Civil durante unos altercados ocurridos en septiembre de 1979, en un día de huelga general, mientras intentaba regresar a su casa. Disfrutaba de la tarde con sus amigos cuando se percató de que había mucha presencia de policía por el Boulevard. «Comencé a sentir miedo y decidí irme a casa. Fui andando hacia Herrera y tenía prisa por llegar a casa. En un momento vi unas furgonetas policiales y escuché ráfagas de disparos, me metí en un callejón y sentí como un impacto, una cosa caliente que me atravesó...», relató Calo por primera vez en público aún con la memoria casi intacta. Una chica le auxilió y le llevaron al hospital. Se tuvo que someter a seis intervenciones y pasó un año entero en el hospital. «Para mí es un sueño poder contar hoy aquí después de 43 años un secreto que solo lo sabía mi familia», expresó.

Luis María Ralla Arruti fue víctima a los 19 años de detención y torturas por miembros de la Brigada Político Social en la comisaría del Gobierno Civil de Amara. Corría el año 1972. Era sindicalista y fue acusado de asociación ilícita y propaganda ilegal. En su relato explicó que en los interrogatorios, llevados a cabo por de numerosos policías, le llamaban a declarar cada cuatro o cinco horas y en todas las ocasiones fue «maltratado y torturado».

Olatz Etxabe, hija de Iñaki Etxabe, asesinado a tiros en el bar que regentaba en el Alto de Kanpazar en 1975 relató que a su aita «le mataron como venganza por un atentado de ETA contra la Guardia Civil». Olatz oyó un ruido fuerte sobre las once de la noche. Su madre y ella se levantaron de la cama y, al bajar, se encontraron a Iñaki Etxabe tendido en el suelo y acribillado a balazos». Etxabe reclamó ayer «más investigación en el caso de su padre» para poder sanar las heridas, igual que en tantos otros que aún siguen sin esclarecer.

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