El lehendakari Urkullu, con los consejeros Arriola y Mendia ayer a su entrada al Parlamento Vasco. EFE
Debate de política general

Urkullu anuncia medidas en Osakidetza, enfría el tono soberanista y pide la plurinacionalidad

El lehendakari propone «huir del catastrofismo y de la autocomplacencia» mientras la oposición le acusa de que su modelo está agotado

Alberto Surio

San Sebastián

Jueves, 14 de septiembre 2023, 02:00

No fue, al final, un debate de política general tan polarizado ni de tanto voltaje como se esperaba y se habló más del funcionamiento de los servicios públicos en Euskadi que de otros asuntos. Pero la gestión del Gobierno Vasco y el futuro modelo ... territorial del Estado se colocaron en el foco del escaparate. La discusión sirvió para expresar ese nuevo tiempo más pragmático marcado por el principio de realidad. De entrada, el pleno, enfrió considerablemente el perfil soberanista, aunque el lehendakari Iñigo Urkullu volvió a defender su modelo confederal para profundizar el autogobierno vasco dentro de la Constitución española. El tono elevó su temperatura en el turno de réplicas por la tarde. La oposición acusó al lehendakari de representar un modelo agotado y este, a su vez, replicó a sus adversarios de instalarse en el catastrofismo para desgastar al Ejecutivo. Como telón de fondo, la incertidumbre política en España.

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En el plano más político, el lehendakari reclamó en su discurso del último pleno de política general de la legislatura que Euskadi participe con una «aportación sustantiva» en el debate sobre el nuevo modelo territorial del Estado desde la defensa de la plurinacionalidad, un concepto que consideró decisivo y que, en su opinión, ya se deriva del reconocimiento de nacionalidades y regiones que recoge la Constitución de 1978. Urkullu, de paso, expresó su crítica a la «erosión silenciosa» del autogobierno a través de una ofensiva 'neocentralista'.

El pleno de ayer sirvió sobre todo para poner en el punto de mira los problemas en el funcionamiento de los servicios públicos, en especial de Osakidetza, en donde Urkullu anunció medidas para reducir las listas de espera, reforzar la atención primaria, ampliar el número de profesionales sanitarios y modernizar con una dotación de 1.200 millones de euros los equipamientos en la Sanidad pública vasca. «No me duelen prendas en admitir la autocrítica y reconocer que puede haber ámbitos de mejora», aseguró.

Urkullu

«Entre el catastrofismo y la autocrítica hay un territorio para el rigor y la autoexigencia»

Urkullu quiso plantear su intervención como un descargo de su gestión en la legislatura, marcada por la irrupción de la pandemia y las medidas para revitalizar la economía y garantizar la protección social, y subrayó el cumplimiento de otros retos de país: desde la defensa del euskera, la nueva Ley de Educación, pendiente de aprobación, el avance en la transición ecológica y la lucha contra el cambio climático, así como la apuesta por hacer frente al envejecimiento demográfico, la lucha contra la desigualdad y un compromiso por un mejor funcionamiento de los servicios públicos. El conflicto interno de la Ertzaintza se convirtió, en ese sentido, en uno de los puntos sensibles de la discusión.

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La forma y el fondo

Bildu apostó por rebajar el tono con un mensaje conciliador de su nueva portavoz

La sesión tenía como contexto una fuerte polarización política, pero solo al final subió la temperatura del debate entre el PNV y EH Bildu. La izquierda independentista expresó su coincidencia con la defensa que hizo el lehendakari del nuevo estatus de autogobierno y la búsqueda de un nuevo pacto territorial, pero le acusó, a su vez, de no tener proyecto de futuro. Su nueva portavoz, Nerea Kortajarena, se estrenaba con un tono conciliador, con una oferta de 'mano tendida' para alcanzar 'acuerdos de país'. El debate consumó, además, la gran fractura entre el lehendakari, el PP, Vox y Ciudadanos.

Urkullu relegó el perfil soberanista, sin enterrarlo. En su intervención orilló la reivindicación del derecho a decidir. El lehendakari señaló que los meses que faltan de legislatura puede servir para preparar el camino en busca de consensos hacia un nuevo estatus de autogobierno, aunque admitió que la coyuntura electoral que se avecina no es la más propicia para ello.

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Puerto de Pasaia

Pero EH Bildu, pese a la contención en el tono, puso de manifiesto que «los problemas están ahí, este país está cambiando, y hay una desconexión entre la política y el modelo de la coalición PNV-PSE». El lehendakari replicó que su aspiración es que Euskadi tenga una posición de vanguardia respecto al funcionamiento de los servicios públicos. El PP, a través de Carlos Iturgaiz, dejó con claridad el listado de los problemas que planearon sobre la sesión. Según precisó, en el puesto 22, «con el 2% está el problema de la territorialidad, el primer es la cesta de la compra, el segundo la atención sanitaria, con la joya de la Corona que se ha desplomado, y el tercero es la seguridad ciudadana».

Los equilibrios

Los socialistas marcan sus equilibrios entre su apoyo a Urkullu y sus distancias respecto al PNV

El PSE mostró su oposición, sin complejos, a un modelo confederal 'inédito', que es el que, en su opinión, es el que propone Urkullu, que destacó que su propuesta de hoja de ruta pasa por la exigencia del pleno cumplimiento del Estatuto, la preparación de un nuevo estatus de autogobierno y una convención constitucional que aborde el modelo de Estado en clave plurinacional. El líder de los socialistas vascos, Eneko Andueza, jugó al equilibrio entre el apoyo al lehendakari y cierto desmarque respecto al PNV. Expresó su pleno apoyo «al cumplimiento del Estatuto» e invitó a todas las fuerzas políticas a firmar un texto que apueste por el futuro de la convivencia en Euskadi «dentro de la legalidad, con respeto a la pluralidad».

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Urkullu no renunció a la bandera del autogobierno. Anunció que, una vez que se constituya el nuevo Gobierno central, pedirá la celebración de la Comisión Bilateral de Cooperación para darle mayor funcionalidad y culminar el desarrollo pleno del Estatuto de Gernika. En ese sentido, reveló que, entre otras materias, el Gobierno Vasco pedirá la transferencia del puerto de Pasaia, así como la de paradores turísticos y el Fogasa.

El lehendakari realizó un balance positivo de la producción legislativa –35 leyes en estos tres años– y se mostró satisfecho por el cumplimiento de los retos de país planteados al inicio de la legislatura. También puso de relieve en su discurso la importancia que puede tener el reconocimiento del estatus de lenguas cooficiales para el euskera, el catalán y el gallego en el seno de las instituciones europeas.

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