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Sucic y Becker celebran el gol del surinamés a los 40 segundos del arranque del partido.

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Sucic y Becker celebran el gol del surinamés a los 40 segundos del arranque del partido. Morquecho
Real Sociedad

Como agua de mayo

La Real llega a tiempo para arreglar un error propio y vence al Espanyol gracias a los goles de Becker y Brais

Beñat Barreto

San Sebastián

Lunes, 10 de febrero 2025, 01:00

Ya llueve menos, pero la victoria de este domingo fue como agua de mayo y era necesaria para regar la desidia liguera txuri-urdin. La Real Sociedad jugó un gran partido ante el Espanyol, debió dejar el choque sentenciado mucho antes, pero se volvió a disparar en el pie y a punto estuvo de dejar pasar una oportunidad magnífica de la que se acordaría el resto de la temporada. Y desde Galicia, donde caen y caen chuzos durante todo el año, vinieron los tres puntos. Brais, gris durante toda la temporada y muy lejos del nivel ofrecido desde que llegó de Vigo, se vistió de héroe para picar la bola por encima de Joan García. En el tumulto del área todo es inmediato. Resulta curioso los sentimientos que es capaz de generar un balón suelto sobre el rectángulo. Los defensas entran en desesperación tratando de despejar el cuero, a la hinchada de la Real le apareció el nerviosismo y si a los delanteros les viene la ansiedad a Brais le salió la calma. Galicia calidade para sumar tres puntos vitales y ahuyentar todo tipo de fantasmas tras tres derrotas consecutivas en competición doméstica.

Real Sociedad

Remiro; Aramburu, Aritz, Aguerd, Javi López; Zubimendi, Marín (Olasagasti, m.62), Sucic (Brais Méndez, m.81); Becker (Kubo, m.77), Óskarsson (Oyarzabal, m.62) y Sergio Gómez (Barrenetxea, m.62).

2

-

1

Espanyol

Joan García; El Hilali, Kumbulla, Calero (Cheddira, m.87), Cabrera; Edu Expósito (Véliz, m.46), Aguado (Bauza, m.81), Král; Roca (Jofre, m.46), Puado y Roberto Fernández (Tejero, m.70).

  • Goles: 1-0, m.1: Becker; 1-1, m.52: Puado; 2-1, m.84: Brais Méndez.

  • Árbitro: Javier Alberola Rojas (Comité Castellano-Manchego). Amonestó a Aritz (52) por la Real Sociedad; y a Aguado (40) y Cabrera (90+2) por el RCD Espanyol.

  • Incidencias: Encuentro correspondiente a la 23ª jornada de LaLiga EA Sports disputada en el Reale Arena ante 29.478 espectadores.

En este tramo de la temporada donde las piernas empiezan a pesar, Imanol está tirando de fondo de armario para no perder una de las señas de identidad de esta Real. Ante el Espanyol alineó a seis piezas frescas; los dos laterales, Aramburu y López, Sucic y los tres hombres de ataque, Gómez, Óskarsson y Becker. Lo agradeció el equipo, muy entonado en la primera mitad tanto con balón como sin él. El reloj casi no había echado a andar y la Real ya mandaba en el marcador en el segundo 38. Joan García se vio obligado a golpear por la presión txuri-urdin bien realizada y Zubimendi lanzó a Sucic para que éste empezara con su show particular. El centro hacia atrás fue a parar a los pies de Becker, que de primeras, con el interior y haciendo botar la pelota marcó el primero de la tarde. Todavía había gente saliendo por las puertas del Topo. A Anoeta hay que venir con tiempo.

Es lo que tiene el fútbol. Llevamos hablando toda la temporada de la falta de gol y de que no se puede fallar tanto de cara a puerta y por fin en los dos últimos partidos las tres primeras acciones terminaron en el fondo de las mallas. Las dos de Osasuna, y ayer la de Becker. Perico que vuela, perico a la cazuela que diría Don Julio. Y eso que Zubimendi de cabeza a la salida de un córner y sobre todo una jugada maradoniana de Sucic debió significar el segundo de la tarde. El croata es un talento descomunal.

Incansables

La Real bailó al son de Becker y Sucic, pero Aguerd puso en jaque una victoria indispensable

Él mismo reconoce abiertamente que la Real es un equipo trampolín porque se ve para cotas superiores –ojo al nivel de esta Real, Luka–, pero de momento tiene que marcar aquí las diferencias. La arrancada, con el balón cosido a la bota izquierda, ni con el nuevo Ferrari SF-25 de Hamilton. El balcánico fue dejando atrás rivales con una habilidad pasmosa como si fuese sencillo y se plantó delante de Joan García, que le negó el gol con el pie. La parada del año fue bastante mejor que el remate, que ya de por sí era notable. Debió ser el 2-0 para poner tierra de por medio y es precisamente uno de los aspectos a corregir de Sucic. Es buenísimo, pero de momento un gol y dos asistencias cuando podría llevar media docena de cada entre los postes y las acciones marradas.

Al descanso, ni rastro de un Espanyol que si en la primera vuelta puso en serios apuros a Aritz y Pacheco, esta vez el beasaindarra y Aguerd fueron bastante superiores. Tan solo una jugada aislada, en la que el guipuzcoano midió mal en un duelo aéreo, se puede contar como ocasión para apuntar en la libreta. Aramburu empezó la carrera varios metros por detrás de Roberto, pero apretó el acelerador para realizar un corte providencial. Lo celebró como si fuera un gol. Normal, la acción tiene el mismo valor que el remate de Becker.

Empeñados en liarla

Y si al gol del surinamés no llegaron algún que otro aficionado, a otros tantos se les atragantó la merienda con un nuevo fallo defensivo que podría haber sido letal. De un fuera de juego perico y posterior saque de Remiro tan solo pasaron ocho segundos hasta una nueva pena máxima. Efectivamente, pena máxima esa constante sensación de sabotear partidos controlados. El despeje de la defensa catalana fue botando a la zona de Aguerd y López, que no se entendieron ante un Puado que fue el más listo de la clase. Era tan sencillo como que uno estuviese con la marca y el otro en la cobertura. Conocimientos básicos del fútbol. Puado se escoró y puso un centro, mientras que Aguerd metió la pierna para cometer penalti a instancias de Alberola Rojas. El contacto es evidente y el marroquí va con la plancha muy arriba. En área contraria todo Anoeta hubiese entrado en cólera exigiendo penalti. Puado, en un ejercicio de supervivencia puesto que estaba más solo que la una, empató la contienda sin merecerlo.

Pero el Espanyol entró en pánico y volvió al plan inicial en el que lo mejor era defenderse. Esta vez la Real no se asomaba con peligro a las inmediaciones de Joan García, pero Imanol tenía cuatro ases bajo la manga y un joker que no dudó en utilizar. Olasagasti; energía, Barrenetxea; desequilibrio, Oyarzabal; corazón, Kubo; insistencia y Brais... Brais siempre va a tener gol por mucho que no esté bien.

Becker y Sucic continuaron bailando sobre el tapete de Anoeta antes de que pasara todo eso. El extremó jugó uno de sus mejores partidos con la zamarra txuri-urdin en un nuevo ejercicio de demostración de que a pierna natural y en contextos específicos es interesantísimo. Solo hay que saber cuándo ponerlo. Y cómo utilizarlo. Un centro suyo no lo cazó Barrenetxea porque Aguado le aguó la fiesta, mientras que Aramburu intentó una volea que voló por encima del larguero cuando estaba libre de marca.

Comenzaron a sonar algún que otro pito porque el respetable entendía que se marchaba gran parte de la temporada en la competición que te da de comer, pero Brais puso las cosas en su sitio. Esta victoria no se podía escapar. Mención especial a la fe de Aguerd, que mosqueado por su error ganó línea de fondo. Control de Olasagasti, con el que siempre pasan cosas y la mayoría positivas, y sombrerito de Brais para dormir séptimos. ¡Jutlandia, allá vamos!

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