Entrenamiento como si fuese la final de la Champions

La buena noticia para el público es que han podido disfrutar media hora de parte de los titulares, que han entrenado la primera parte de la sesión antes de retirarse a vestuarios. Algo poco común durante el curso, aunque siendo todavía agosto el objetivo sigue siendo poner la maquinaria a punto. No se han ejercitado Merino y Silva, que han pedido el cambio aunque están sanos, Rico, que terminó tocado el partido y Cho, previsiblemente por algún golpe tras las duras entradas del conjunto gaditano. Álex Sola se ha entrenado en solitario en el Z7.

La Real ha hecho público el parte médico correspondiente a Carlos Fernández, donde se apunta que sufrió durante el entrenamiento del sábado una lesión del bíceps femoral izquierdo. El jugador ha comenzado a ser tratado mediante fisioterapia y a trabajar de forma personalizada bajo supervisión. De momento el club no pone plazos a su regreso y apunta que «reanudará sus actividades habituales de forma progresiva y estructurada en función de las características de la lesión y evolución de los síntomas».

Mikel Oyarzabal ha seguido la sesión desde el césped, deseoso de volver al verde. Tendrá que esperar unos meses.

La intensidad de Imanol Alguacil en la sesión ha sido como si la Real estuviera jugándose la final de la Champions. Tras un breve calentamiento se ha pasado a tocar balón en una posesión en espacio reducido con varios comodines para generar superioridades. La peor parte se la ha llevado Urko, que no ha presionado como debía y llegó el rapapolvo de Imanol. «¿Por qué paras, Urko, por qué?», le ha gritado, mientras el gaizteiztarra trataba de respirar. En este ejercicio ya no han participado los titulares, que se han marchado al vestuario para terminar su trabajo complementario.

La segunda parte de la sesión ha tenido mucho más portería, con ejercicios diseñados para terminar las jugadas con gol. Aquí se ha hinchado, muy superior al resto, Jon Karrikaburu. El navarro ha disputado muy buenos minutos ante el Cádiz y durante el entrenamiento ha apretado para seguir ganándoselos. Haciendo caso a su entrenador. «Se lo tienen que ganar en el campo y en Zubieta», ha dicho en la previa. Dicho y hecho. El delantero ha clavado cinco remates consecutivos de cabeza con sendos testarazos, mientras que en los ejercicios de uno contra uno también ha estado acertadísimo. Tiene muchísima variedad en el regate, capacidad para rematar con las dos piernas, y, sobre todo, mucho gol. Se ha llevado los aplausos de Zubieta en más de una ocasión.

Beñat Turrientes también ha estado especialmente fino, sobre todo en tareas defensivas. El beasaindarra ha frenado varias veces a su atacante yendo al suelo y arrebañando el balón, con la felicitación de Imanol, por supuesto. Así, y tras algo más de hora y cuarto de pura intensidad bajo las órdenes de Imanol, la plantilla se ha marchado al vestuario. La Real descansa el martes y volverá a entrenar el miércoles para preparar el encuentro del domingo ante el Barcelona.