Marrazketabar pone a volar al 'Dream Team'

Los veintiséis futbolistas galardonados alguna vez con el DV de Oro, el Dream Team de la Real de las cuatro últimas décadas, vuelan sobre las páginas de este periódico en otra, una más, acertada obra de Mikel Soro, el arquitecto donostiarra residente en Barcelona por trabajo que cuando se pone a dibujar se convierte en Marrazketabar. Otra vez ha dado en la diana.

Él es el artista, el artífice de la lámina enmarcada que recibió cada uno de los protagonistas en la gala en el Reale Arena en la que estuvo presente. «Y de la que salí satisfecho al ver que mi trabajo había gustado a los protagonistas. Tuve buen 'feedback'», confiesa.

Para él también fue reconfortante comprobar que a futbolistas de ayer y de hoy «les gustó la idea de verse reflejados en un dibujo y no recibir un trofeo al uso» para cuya elaboración ha seguido «prácticamente» las mismas pautas que en sus muchas obras vinculadas a la Real. «Antes tiraba de lápiz y papel –relata–, pero ahora los programas de dibujo en ordenador permiten trabajar casi con el mismo tacto con la posibilidad de volver atrás en caso de error y, por qué no decirlo, permiten guardar algunos modelos que poder utilizar como base para futuros proyectos porque a veces hay más tiempo para elaborar pero en otras muchas hay que improvisar».

Del lápiz de Marrazketabar, un realista de pro, han salido infinidad de historias con protagonistas. Las lonas gigantes que cubrieron las tribunas de Anoeta en los partidos a puerta cerrada, como el de la trainera del equipo con Imanol de patrón; la mascota 'Txurdin'; la camiseta de juego azul que se hizo con la silueta del Reale Arena... Todas llevan su firma.

Por hache o por be, en el disco duro de su ordenador ya dormían los dibujos de los campeones de Liga en los ochenta que aparecen en camisetas que el club tiene a la venta en sus tiendas y, cómo no, la generación que conquistó la Copa en Sevilla «pero me faltaban por dibujar algunos a los que no les había hincado el diente antes. Los Savio, Aranzabal, Rekarte, Alkiza...». Ellos también vuelan sobre la contraportada del periódico de Marrazketabar.

No le dice, pero para él este ha sido un trabajo emocionante porque su aita Mikel Soro, hoy un paseante feliz y un aitona orgulloso de sus nietos, fue cronista de la Real durante años en este periódico aunque no llegó a puntuar a los jugadores. «Ese dolor de cabeza que se ahorró», dice entre risas.