Secciones
Servicios
Destacamos
Uno es el cable amarillo. El otro, el rojo. Suecia por un lado, Noruega por otro. Cuando se unen, saltan las chispas. Cuestión de energías. La conexión escandinava entre Alexander Isak y Martin Odegaard maravilló ayer al Reale Arena, propició los tres goles de ... la Real Sociedad y trajo de cabeza a un buen Osasuna al que le faltó eso, dos cables que, puestos en contacto, generasen electricidad. Uno y otro se buscaron y, cuando se encontraron, se iluminó la luz que condujo al equipo txuri-urdin hasta los cuartos de final de la Copa.
Entre el minuto 28 y el 33 se encendió el interruptor escandinavo. Bastó que el noruego recibiera el balón con los metros suficientes como para controlar, levantar la cabeza y poner la directa hacia la portería osasunista para que el sueco sintiera el calambre dentro. Isak se orientó al flanco derecho del área y con el sexto sentido que solo los grandes tienen imaginó la misma línea que Odegaard ya trazaba en su mente. A partir de ahí fue cosa de centésimas. Pase raso, rápido y preciso, control orientado y disparo. La calculadora de Isak erró por centímetros y el tiro se fue demasiado cruzado, rozando el poste derecho de la portería de Juan Pérez.
Noticia Relacionada
Corría el minuto 28. Parecía que no volverían ocasiones tan claras con un Osasuna bien plantado. Y solo cinco más tarde, la conexión nórdica dibujó la misma jugada. Otro pase interior de Odegaard dentro del área, igual de veloz y matemático que el anterior -esta vez más escorado al lado derecho y algo más lejos de la portería- acabó con un remate que solo podía ser gol si se bordaba una inverosímil operación geométrica. Era más difícil que el anterior pero Isak hizo que el balón golpeara en la zona interior del poste culminando la brillante jugada de billar iniciada por su colega.
La sociedad entre dos de los fichajes del pasado verano siguió siendo productiva en la segunda parte. En el minuto 51 un córner cerrado botado por Odegaard fue rematado en el primer palo por Isak. Solo un aviso. Dieciocho minutos más tarde, desde la misma esquina, con idéntico toque exquisito de zurda, el noruego la puso en el mismo sitio y esta vez el sueco la clavó. Era el tercero. El de la tranquilidad.
Antes, en el 61, un contraataque que olía a gol, conducido por Isak, fue abortado de manera temeraria por Aridane. Cortó los cables a lo bestia. Falta a unos cinco metros del área. Bastante escorada a la banda derecha. Pero la segunda parte del enlace se encargó de volver a empalmarlos. ¡Y de qué manera! Golazo de libre directo, con rosca monumental más bote en la misma raya de gol. Uno empezó el trabajo y el otro lo culminó.
Y ojo que aún se están conociendo. La afición realista ya se encomienda a su conexión mágica para seguir soñando.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.